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5 motivos de consulta por los que no hace falta ir a Urgencias

Ambulancia

Fuente: Unsplash

En muchas ocasiones nuestro amigos y familiares nos consultan por algún síntoma que tienen sus hijos y por los que dudan si acudir a Urgencias.

Por definición, la urgencia médica es aquella situación médica que no pone en peligro la vida del niño de forma inmediata y que puede ser evaluada en las siguientes horas. Distinta es la emergencia médica, en la que la evaluación debe ser lo más precoz posible.

Más allá de estas definiciones, los pediatras vemos cómo en muchas ocasiones las familias acuden con sus hijos a Urgencias o sin cita al Centro de Salud pensando que lo que tiene su hijo es una urgencia y debe ser resuelto en ese mismo momento.

Como es comprensible, cualquiera quiere poner solución lo antes posible a un problema (sea médico o no), pero en el caso de la pediatría, muchos de esos motivos de consulta se resuelven solos con unos mínimos autocuidados sin la necesidad de una evaluación médica inmediata, la cual se puede posponer si la situación clínica persiste pasados unos días.

En el post de hoy os contamos cinco situaciones por las que no hace falta acudir a Urgencias (ya se del hospital o del centro de salud), ya que pueden ser evaluadas con cita por el pediatra de cabecera en los siguientes días.

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Otitis externa: cuando duele el oído en verano

Con la llegada del verano y la época de las piscinas, son muchos los niños que se quejan de dolor en el oído provocado por una otitis externa. Es importante conocerlas ya que las causas y el tratamiento es diferente a las otitis medias, a las que podríamos llamar » otitis del invierno», ya que suelen coincidir con un catarro, los cuales son más frecuentes en los meses fríos del año.

En este post te contamos todo lo que tienes que saber sobre la otitis externa para que puedas reconocerla pronto en caso de que tus hijos la padezcan y pongas en marcha cuanto antes las medias oportunas para tratarlas.

Diferencias entre otitis externa y otitis media

Desde el punto de vista anatómico, el oído se puede dividir en tres partes.

La primera de ellas es la que se conoce como oído externo y comprende la oreja y el conducto auditivo hasta el tímpano. El oído medio es la parte del oído que se encuentra desde el tímpano hasta una membrana que se conoce como ventana oval. Debido a su forma de cavidad se conoce como caja timpánica. En ella se encuentra la cadena de huesecillos que recordaréis del colegio (yunque, martillo y estribo). Esta cadena de huesecillos acaba en una membrana que da entrada al oído interno, el cual, mediante unas estructuras complejas transforma las ondas de sonido en un impulso eléctrico que envía al cerebro.

Esta distinción entre las diferentes partes del oído es muy importante ya que el tipo de otitis va a depender de qué estructuras se afecten. En concreto, las otitis externas son aquellas que se producen por una infección en el oído externo, es decir ANTES del tímpano, mientas que en las otitis medias, la infección se encuentra dentro de la caja timpánica, y por tanto DETRAS del tímpano. Pero además, las otitis externas están causadas por una serie de bacterias diferentes a las otitis medias y, por tanto, su tratamiento es diferente.

¿Cuál es la causa de las otitis externas?

La principal bacteria que provoca las otitis externas es la Pseudomona auruginosa. A esta bacteria le gusta mucho la humedad por lo que es muy frecuente que las otitis externas se produzcan en verano coincidiendo con los baños en las piscinas de los niños. Este es el motivo por el que estas otitis se conocen también como otitis externas o del nadador.

Pero ademas de la Pseudomona, cualquier otra bacteria que produjera una infección en el conducto auditivo estaría causando una otitis externa. Estas otras bacterias suelen ser bacterias que tenemos en la piel y que aprovechan alguna herida para sobreinfectar la piel.

¿Qué factores las favorecen?

Además de la humedad, cualquier otro factor que influya en el estado «normal» del conducto auditivo, podría considerarse un factor de riesgo para padecerla. Algunos ejemplo serían heridas o pequeños granitos, falta de cerumen o pieles muy secas.

Por ello es muy importante que busquéis un equilibrio entre la limpieza de los oídos de vuestros hijos (recordad, solo por fuera con la punta de una toalla) y permitir cierto grado de cera, ya que ésta protege contra las agresiones externas del oído.

¿Qué síntomas produce?

A diferencia de las otitis medias, en las que el dolor de oído y la fiebre en el contexto de un cuadro catarral son los síntomas principales, las otitis externas se caracterizan por presentar dolor de oído SIN fiebre, el cual aumenta al apretar las estructuras de cartílago de la oreja y el conducto auditivo o simplemente al traccionar de la oreja hacia arriba.

Además, los pediatras, cuando exploramos a estos niños nos encontramos inflamado el conducto auditivo externo con cierto grado de secreción junto con un tímpano de características normales, a diferencia de las otitis medias en las que el tímpano está afectado y el conducto auditivo es de características normales.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento de la otitis externas es tópico aplicando unas gotas de un antibiótico que se llama Ciprofloxacino. En general, la pauta es cada 12 horas durante una semana.

Esta es otra de las grandes diferencias de las otitis externas respecto a las otitis medias ya que en estas últimas, en caso de emplearse antibiótico se hace por vía oral y con otro principio activo (debido a las diferentes bacterias que causan esas otitis). Sin embargo, debido a que en las otitis externas el conducto auditivo esta expuesto al exterior y es accesible a un tratamiento tópico, se emplea antibiótico en gotas.

También hay que recordar que las otitis externas son muy molestas y dolorosas por lo que un tratamiento con un antiinflamatorio como el ibuprofeno, incluso pautado, está más que justificado.

Ademas, mientras no haya desaparecido el dolor y durante los primeros días de tratamiento, los niños no deben bañarse porque al aumentar la humedad en los oídos estaremos favoreciendo que la infección no se cure correctamente.


Esperamos que hayáis aprendido a diferenciar las otitis externas ya que en verano son relativamente frecuentes. Si a vuestro hijo le molesta el oído acudid al pediatra para que, en le caso necesario, instaure el tratamiento lo antes posible.

Otitis media aguda: mitos y leyendas

Retomamos una de las secciones más populares del blog para hablaros hoy de una de las patologías más frecuentes en invierno, la otitis. La infección del oído medio es la primera causa de prescripción de antibióticos en pediatría, aunque no siempre son necesarios para resolver esta enfermedad.

Esperamos que después de la lectura del post despejemos las dudas más habituales y queden claros los conceptos más importantes sobre élla.

1. La causa principal de la otitis media aguda son las bacterias. VERDADERO

Como cualquier infección, ésta puede estar causada por virus o por bacterias, y la infección del oído no es una excepción. Sin embargo, la causa principal son las bacterias, en concreto el neumococo. La cronología de la otitis suele comenzar con una infección viral como un catarro en la que se acumula mucosidad en el oído medio (detrás del tímpano), lo que propicia que unos días después se produzca una sobreinfección por una bacteria.

2. Basta con que mi hijo tenga dolor de oído para diagnosticar una otitis. FALSO

El síntoma principal de una otitis es el dolor de oído, sin embargo, el diagnóstico se confirma al observar el tímpano abombado (por presentar mucosidad detrás de él) y rojo (por estar inflamado). Si el niño es mayor nos contará que le duele mientras que en niños pequeños se manifestará como irritabilidad y llanto.

3. Si el pediatra ve el tímpano rojo es porque mi hijo tiene una otitis. FALSO

Pese a que acabamos de decir que el tímpano suele ponerse rojo en las otitis es un signo que puede aparecer simplemente por el llanto en el momento de la exploración. Por ello de forma aislada no tiene mucho valor para diagnosticar una otitis.

4. Para tener una otitis hay que tener fiebre. FALSO

Como hemos dicho, la otitis se diagnostica por la presencia de dolor de oído y una exploración patológica. Por tanto la fiebre no es indispensable. Sin embargo es un síntoma que frecuentemente acompaña a la otitis, sobretodo en niños pequeños (por debajo de los dos años).

5. Si le toco la oreja a mi bebé y le duele es porque es una otitis. VERDADERO (A MEDIAS)

Lo que se conoce como signo del trago, apretar la parte delantera del conducto auditivo, puede ser un signo de otitis media aguda en niños pequeños en los que el conducto auditivo es cartilaginoso. En otras ocasiones este signo aparece en las otitis típicas del verano (otitis externas) en las que la infección se localiza en el conducto auditivo. Por ello, el signo del trago en una otitis media debe acompañarse de otra clínica como la irritabilidad y la visualización de un tímpano alterado. 

6. Si mi hijo tiene una otitis necesita una analítica para confirmarlo. FALSO

Las analíticas no son necesarias en las otitis porque la clínica y la exploración son suficientes para el diagnóstico. En casos muy concretos (niños muy pequeños por debajo de 3 meses o con complicaciones por una otitis) puede ser necesaria una analítica u otras pruebas como un scanner.

7. Si mi hijo tiene dolor de oído tengo que salir corriendo al hospital para que el pediatra lo vea antes de darle algun analgésico. FALSO

El dolor es un síntoma que siempre hay que tratar, ya sea por un dolor de oído o por otra causa. Pero además, un analgésico/antiinflamatorio como el ibuprofeno es la primera linea de tratamiento de las otitis. Por tanto, lo indicado es iniciar el tratamiento en casa para el dolor antes de acudir al médico.

8. Las otitis siempre se tratan con antibióticos. FALSO

Como hemos dicho la causa principal de las otitis son las bacterias, pero hasta el 80% de los casos se resuelven sin antibiótico de forma espontánea con un antiinflamatorio. La administración de antibióticos se reserva a niños pequeños (menores de dos años) o con otitis graves (fiebre alta, superación el oído, afectación de los dos oídos…).

9. Si el pediatra no me manda unas gotas para la otitis es que se equivoca. FALSO

El tratamiento de las otitis media aguda se realiza por vía oral con un antinflamatorio o con amoxiciliana a altas dosis (y en ocasiones con amoxicilina – ácido clavulánico) en el caso en el que se necesite antibiótico. Las gotas óticas puede emplearse en caso de otitis media aguda supurada junto al antibiótico vía oral pero nunca de forma aislada. Otros casos diferentes son las otitis externas (típicas del verano y las piscinas) en las que la causa es diferente y al estar la infección en el conducto del oído y no detrás del tímpano sí que se emplean tratamientos tópicos.


La información de este post ha sido extraída del «Documento de consenso sobre etiología, diagnóstico y tratamiento de la otitis media aguda» de la Asociación Española de Pediatría que puedes consultar en este Link.