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Meningococo ACWY, ¿una nueva vacuna?

En las últimas semanas hemos recibido varias preguntas en redes sociales o directamente de amigos por WhatsApp sobre si esa «nueva» vacuna, la del meningococo ACWY, que han visto en la prensa, escuchado en la radio o leído en el grupo de padres del colegio es realmente necesaria y segura. Y es que no hay nada como decir «vacuna» y «meningitis» en España como para que una leve histeria se apodere de los que tenéis hijos.

Además, reconozcámoslo, cada vez que aparece una nueva vacuna en el mercado siempre resuena en vuestras cabezas una duda sobre si deberías esperar un poco o si ya ha llegado el momento de ponérsela a vuestros hijos, cosa que añade un poquito más de leña al fuego.

Incluso algunos habréis intentado buscar información al respecto de organismos contrastados y cuál ha sido vuestra sorpresa al ver que la recomendación de unos y otros no era la misma. A esto se podría sumar que el pediatra de vuestros hijos, aunque no todos por fortuna, no sabía ni de qué le estabais hablando.

Así que hemos decidido escribir este post en el cual encontraréis un resumen sobre la justificación de esta «nueva» vacuna contra el meningococo y cuáles son sus indicaciones.

Además, hemos añadido las posturas del Ministerio de Sanidad -que es quién decide qué vacunas se deberían financiar- y de la Asociación Española de Pediatría (AEP) -la cual elabora un calendario de recomendaciones vacunales de forma anual con la evidencia disponible-. Este es un post largo y pausado, pero muy explicativo, con el que esperamos no os queden dudas de lo que debéis hacer para proteger a vuestros hijos de este tipo de infección.

Enfermedad por meningococo: muy grave aunque no muy frecuente

El meningococo, o por su nombre técnico Neisseria meningitidis, es una bacteria que causa lo que se conoce como enfermedad meningocócica, una enfermedad grave que se presenta clínicamente como sepsis (infección en la sangre), meningitis (infección de las cubiertas del cerebro) o de forma combinada. A día de hoy se conocen 12 tipos diferentes de meningogoco, los famosos serogrupos, de los cuales A, B, C, W e Y son responsables de la gran mayoría de casos en humanos.

En el siguiente gráfico podéis ver la evolución de esta enfermedad en España en los últimos diez años en función del serogrupo responsable (fuente: Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Link).

Es una enfermedad grave por varios motivos. El primero de ellos se debe a que tiene una mortalidad que oscila entre el 10 y 25%, es decir, cerca de 1 de cada 4 personas que contrae esta enfermedad fallece. Pero además, del 10 al 30% de los supervivientes desarrolla secuelas graves como amputaciones de miembros o daño neurológico permanente.

La enfermedad meningocócica tiene tratamiento. Sin embargo, el problema que nos encontramos los médicos al intentar tratarla es que, en un alto porcentaje de casos, la enfermedad avanza más rápido de lo que nos gustaría, sin que dé tiempo a que el antibiótico consiga revertir la infección.

A pesar de la gravedad de esta infección, no es una enfermedad muy frecuente en nuestro país. En la temporada 2017/2018 (última temporada de la que se dispone de datos completos), el Instituto de Salud Carlos III (centro de referencia epidemiológico en España) registró 287 casos totales con una letalidad del 12,9%. Sin embargo, y quizá más importante, los grupos de edad en los que esta enfermedad es más frecuente son los menores de 4 años (especialmente los menores de un año) y las personas de edad avanzada (por encima de los 65 años), como se puede observar en la gráfica de abajo. Como os podéis imaginar, los pediatras somos de los médicos a los que más nos preocupa esta enfermedad debido a la relativa frecuencia en que la vemos en nuestros pacientes.

Un dato importante a tener en cuenta, como veremos más adelante, es que el único reservorio de esta bacteria, donde habita sin que cause enfermedad, es la garganta de algunas personas, sobre todo los jóvenes y los adolescentes, el grupo de edad en la que más portadores existen.

Las «viejas» vacunas contra el meningococo

Por fortuna, existen vacunas contra el meningococo, en plural. Porque existen varias. Gracias a ellas, la enfermedad por meningoco está controlada en nuestro país y hace tiempo que no se vive una epidemia. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer.

Hablar de «viejas» vacunas contra el meningococo es un error, ya que son vacunas que actualmente están recomendadas y se emplean en el día a día. Sin embargo, hemos decidido llamarlas así para ponerlas en contraposición a la vacuna contra el Meningococo ACWY (MenACWY), a la que muchos consideráis «nueva».

Estas «viejas» vacunas que se administran actualmente en nuestro país y que seguramente ya conocéis sobradamente son dos: la vacuna contra el Meningoco C (MenC) y la vacuna contra el Meningococo B (MenB).

La primera de ellas, la vacuna MenC, se administra de manera financiada por el Sistema Nacional de Salud a todos los niños españoles con un esquema de vacunación de tres dosis: a los 4 meses, a los 12 meses y a los 12 años. Su nombre comercial es Neisvac. Es una vacuna que se incluyó en el calendario sistemático en 2004 y, seguramente gracias a ella, este serogrupo es muy poco frecuente en la actualidad (31 casos de los 287 que se diagnosticaron en 2017/2018).

La segunda vacuna es la vacuna contra el meningococo B, responsable de cerca de la mitad de casos de enfermedad meningocócica en España en la actualidad. Esta vacuna no esta incluida en el calendario oficial del Ministerio de Salud por lo que su coste debe ser asumido por los padres que decidan administrásela a sus hijos, salvo en alguna comunidad autónoma. Existen dos preparados comerciales, Bexsero (aprobada en 2013) y Trumenba (autorizada en 2017). Por si os lo estáis preguntando, actualmente la AEP recomienda la vacunación contra el meningococo B de todos los niños a partir de los 2 meses de edad.

Como se puede ver en el siguiente gráfico, elaborado por el Comité Asesor de Vacunas de la AEP, la incidencia (numero de casos por año) de estos dos serogrupos ha ido descendiendo hasta las tasas actuales en las que se ha estabilizado. En parte, muy probablemente, por estas “viejas” vacunas.

La emergencia de los serogrupos W e Y

A pesar de que en los últimos años las tasas de enfermedad por meningococo debidas a los serogrupos C y B están estables, se ha empezado a notar un pequeño repunte de esta enfermedad, en parte debida a la emergencia de dos serogrupos, el W y el Y. Con los ultimo datos en la mano, representan cerca del 30% de todos los casos declarados de enfermedad meningocócica.

Como se puede ver en el siguiente gráfico, la incidencia de ambos serogrupos ha aumentado exponencialmente respecto a los años anteriores (ojo que la escala no es la misma que el gráfico anterior y da la sensación de que estos serogrupos habrían superado en frecuencia a los serogrupos B y C cuando todavía no es así).

Este repunte preocupa a la toda la comunidad científica ya que, a pesar de que todavía las tasas de estos serogrupos no son muy altas, se prevé que en los próximos años puedan aumentar y pasar a ser los responsables más frecuentes de la enfermedad meningocócica, incluso alcanzando niveles de epidemia.

Os estaréis preguntando que por qué ahora estos serogrupos se han vuelto más virulentos y están provocando más casos que en los años anteriores. La teoría más aceptada es que algunas bacterias son capaces de cambiar su virulencia de buenas a primeras y pasar a ser más agresivas de lo que lo eran antes. Además, se cree que el origen de esas cepas proviene de Reino Unido, ya que el repunte que estamos viviendo en España en este momento de los serogrupos W e Y lo vivieron ellos unos dos años antes que nosotros, como se puede ver en el siguiente gráfico (fuente: Public Health England). Tal ha sido el crecimiento de estos serogrupos en aquel país que desde 2015, en su calendario vacunal financiado, se ha sustituido la vacuna MenC por MenACWY (link).

Como os decíamos hace unos párrafos, los jóvenes y los adolescentes son el principal reservorio de estas bacterias. Se cree que debido al turismo que hay en España de personas de origen inglés, estos «nuevos» serogrupos más virulentos han empezado a tomar protagonismo en nuestro país al contagiarse (o volverse portadores) personas autóctonas.

La «nueva» vacuna contra los meningococos ACWY

Ya os habréis dado cuenta que esta vacuna de nueva no tiene nada. Por ejemplo, en Reino Unido se lleva empleando de forma sistemática más de 4 años.

El gran aporte de esta vacuna es que amplía la cobertura de serogrupos que hasta hora se tenía en España (B y C) al incluir también a los serogrupos A, W e Y.

Esta vacuna existe en dos presentaciones comerciales que se llaman Nimenrix (autorizada en España en 2012) y Menveo (aprobada en 2010). La gran diferencia entre ellas es que la primera se puede administrar desde las 6 semanas de vida y la segunda desde los 2 años de edad.

Sobra decir que ambas vacunas son seguras y eficaces tras haber pasado los estudios pertinentes antes de su comercialización.

¿Qué recomiendan los organismos oficiales al respecto de la vacuna MenACWY?

Sabiendo que existe una vacuna que cubre a los nuevos serogrupos de meningococo que probablemente más van a dar la lata en los próximos años, parece razonable que los organismos responsables de hacer las recomendaciones sobre vacunas y de su financiación se hayan manifestado sobre la necesidad o no de que la población española se vacune.

La AEP en el año 2018 incluía por primera vez en su calendario vacunal la recomendación de que aquellos niños que fueran a viajar y permanecer varios meses en países en donde los nuevos serogrupos estaban reemergiendo, se vacunaran con esta vacuna (link). Sin embargo, y teniendo en cuenta todos los datos anteriormente expuestos en cuanto al crecimiento de los nuevos serogrupos, en el calendario vigente actualmente de 2019, la AEP recomienda que todos los niños sean vacunados a los 12 meses y a los 12 años (link). Además, se recomienda vacunar también a todos los adolescentes hasta los 19 años de forma progresiva para disminuir el numero de portadores potenciales.

La decisión de que se vacune a los bebés y a los adolescentes se basa en que así los primeros estarían protegidos de forma directa e individual de desarrollar enfermedad meningocócica por los nuevos serogrupos mientras se va vacunando a los adolescentes, que son los portadores de las bacterias y los que contagiarían a los más pequeños. Es decir, el enfoque es doble.

A todo esto, en mayo de 2019, el Misterio de Sanidad realiza sus Recomendaciones de Vacunación Frente a la Enfermedad Meningocócica Invasiva (link) y decide que la vacunación de los 12 años con MenC sea sustituida de forma financiada por MenACWY. Además propone que se rescate a los adolescentes hasta los 19 años, cumpliendo así en parte las recomendaciones de la AEP. Sin embargo, este mismo documento no apoya la introducción de esta vacuna a los 12 meses, como también recomendaba la AEP, ya que considera que en este momento la tasa de incidencia de los serogrupos W e Y en la población infantil, es decir, el numero de casos totales en niños, no es tan alta como para tomar la estrategia de proteger directamente a los lactantes (link).

A día de hoy, debido que las competencias en sanidad en España están transferidas a las Comunidades Autónomas, estas recomendaciones del Ministerio están en fase de implantación. Podéis consultar en esta página (link) cuál es la situación actual de cada Comunidad Autónoma al respecto de la vacuna MenACWY.

¿Qué debo hacer entonces con mi hijo?

Ahora que ya conocéis los datos y la postura de las diferentes organizaciones, lo que realmente os debería importar es si es recomendable o no vacunar a vuestros hijos. Hemos decidido dividir por grupos de edad a los niños para que podáis «encajar» a vuestro hijos en alguno de estos grupos:

  • Niños mayores de 12 años: como os hemos avanzado, los niños de este grupo serían los posibles portadores de la bacteria en la garganta, siendo en ellos muy rara la enfermedad meningocócica. Por tanto, el objetivo al vacunarlos es disminuir la probabilidad de que contagien a otras personas. A día de hoy existe un plan nacional para que de forma progresiva durante lo que queda de 2019 y todo 2020 se les vacune de forma financiada. Debido a que en este grupo de edad es más rara la enfermedad, parece prudente esperar a que os llamen desde vuestro Centro de Salud para que les administren la vacuna. Ahora bien, los niños que vayan a residir a países en donde esta nueva vacuna ya está en calendario, habría que vacunarlos sin esperar. Estos países son: EE. UU., Canadá, Reino Unido, Austria, Grecia, Holanda, Italia y Suiza.
  • Niños de 12 años: si tu hijo va a cumplir esta edad y su comunidad autónoma todavía no ha implantado la vacuna de MenACWY, se le vacunará de forma financiada con MenC. Sin embargo, esta dosis de MenC se puede sustituir por MenACWY si los padres quieren, aunque tendrían que sufragar ellos el coste de la vacuna. Es de suponer que si al final optáis por vacunarles de MenC, durante los siguientes meses os llamen para que vuestros hijos reciban esa dosis de rescate de MenACWY que se está implantando.
  • Niños de 12 meses: a día de hoy, el calendario oficial de la mayoría de las Comunidades Autónomas administra a esta edad solo MenC. Sin embargo, como ya se ha expuesto, la AEP recomienda que a esta edad se reciba la primera dosis de MenACWY sustituyendo a MenC. De esta forma estarían protegidos contra estos nuevos serogrupos en el caso de que la vacunación en adolescentes no sea tan exitosa como se prevé y continúen aumentando los casos de los serogrupos W e Y. Como en le caso anterior, el precio de la vacuna tendría que estar sufragada por los padres.

Ya que hemos hablado de que en algunos casos esta vacuna tendrían que sufragarla los padres, parece justo mencionar que tiene un coste de 54€ tanto para Nimenrix como para Menveo. Recordad también que solo sería una dosis.

A estas recomendaciones por grupos habría que añadir que es recomendable que se vacunen, independientemente de la edad, todos aquellos que fueran a residir a países en los que esta vacuna se está administrando de forma sistemática (como sucede con los niños mayores de 12 años).

La gran pregunta: ¿qué hacemos con los niños que tienen entre 12 meses y 12 años?

Seguro que si has llegado hasta este punto del post y tu hijo no encaja en los grupos anteriores, estarás pensando que a ti lo que te interesa saber es qué debes hacer con ese niño que tienes de dos, cuatro, seis o diez años. Y es una duda muy razonable ya que hasta ahora solo habíamos hablado de los niños de 12 meses y 12 años.

Para responderte a esta pregunta, hay que basar la respuesta en la probabilidad individual que tiene cada niño de sufrir una enfermedad meningocócica por los serotipos W e Y. Como dijimos casi al principio del post, la gran mayoría de los casos que vemos en niños ocurren por debajo de los 4 años de edad, siendo una enfermedad que podríamos considerar rara a partir de esa edad.

Teniendo esto en cuenta, la AEP tiene publicado en su manual online del Comité Asesor de Vacunas que «con carácter individual, los niños en edades comprendidas entre 1 y 12 años pueden verse beneficiados también con esta vacuna, aumentando así su protección antimeningocócica«.

¿Y qué quiere decir esto? Pues que de momento y hasta que se tome otra actitud en cuanto a financiar la vacuna a los 12 meses, no está de más que los niños en edades comprendidas entre 1 y 12 años se vacunen de MenACWY, especialmente los menores de 4 años, siempre y cuando sus familias así lo consideren. Con ello estarían protegidos contra estos serogrupos emergentes hasta que se reciba el recuerdo de los 12 años. De forma similar a lo que ocurre en lactantes de 12 meses, al no estar financiada por el estado, serían los padres los que tendrían que sufragar los gastos. En caso de optar por poner esta vacuna «extra» a tus hijos solo habría que administrar una dosis «de pago», ya que el recuerdo a los 12 años sí estaría financiado.

Por descontado, los niños de estas edades que vayan a residir en los países antes mencionados deben ser vacunados con MenACWY.


En resumen, esta «nueva» vacuna se ha empezado a implantar en nuestro país. De momento hay un mandato del Ministerio de Salud para que se administre de forma financiada a los niños de 12 años. Además, la AEP recomienda que esta vacuna se administre a los niños de 12 meses (sustituyendo a la actual MenC), dejando la puerta abierta a los niños del resto de edades, sobre todo a los menores de 4 años, a que se vacunen si sus familias así lo creen oportuno.

Esperamos haber resuelto todas vuestras dudas sobre la vacuna MenACWY. En cualquier caso, os recomendamos que habléis con vuestro pediatra antes de tomar una decisión.

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Este artículo ha sido realizado en base a la literatura científica publicada en la actulidad. Dos Pediatras en Casa no ha recibido ninguna gratifición por escribir este texto.

Las meningitis «buenas» y «malas»

Una de las enfermedades que más aterra a los padres es la meningitis. No en vano es un una enfermedad que puede tener consecuencias tan devastadores como la muerte del niño o secuelas neurológicas graves. Sin embargo, la gran mayoría de las meningitis que vemos en la edad infantil curan sin tratamiento ya que están provocadas por virus y son las que, en un intento de tranquilizar a esos padres, nos referimos a ellas como las meningitis «buenas». Y aunque son «buenas» porque curan sin secuelas casi siempre, suelen requerir ingreso hospitalario. En el otro bando están las meningitis «malas», las provocadas por bacterias, que son las que suelen cursar con complicaciones.

En este post encontrarás información sobre las meningitis y cómo las afrontamos los pediatras.

¿Qué es una meningitis y qué la provoca?

La meningitis, como su propio nombre indica, es la inflamación de las meninges, envolturas que rodean el cerebro.

Una meningitis puede ocurrir por muchas causas, pero la inmensa mayoría de las veces en pediatría se debe a una infección. Y como ya hemos explicado en más de una ocasión, las infecciones son aquellas enfermedades provocadas por microorganismos. En el caso de las meningitis, la causa más frecuente son los virus (entorno al 90%) seguidos de las bacterias (5-10%). Existen otras causas de meningitis infecciosas (parasitos y hongos) que son muy raras y pueden aparecer en personas inmunodeprimidas, pero que no merece la pena que tratemos en este post. Por último, cuando no conseguimos saber cuál es la causa de la meningitis,  nos referimos a ella como «meningitis aséptica», lo que significa que no hemos conseguido aislar el bicho que la provoca.

Esta distinción entre las posibles causas de las meningitis es muy importante debido a que el tratamiento y el pronóstico difiere de unas a otras. De forma coloquial, los pediatras nos solemos referir a las meningitis víricas como «meningitis buenas» ya que se resuelven solas en unos días sin dejar secuelas. Por el contrario, las «meningitis malas» son aquellas que están provocadas por bacterías y pueden dar lugar a secuelas (aunque esto no siempre es obligatorio).

Los virus que más frecuentemente provocan meningitis son los enterovirus, los cuales son más frecuentes en primavera, por lo que en esa época del año esta patología se ve con mayor frecuencia.

De todas las bacterias que provocan meningitis, las más importantes son dos: el meningococo y el neumococo. Ambas bacterias provocan meningitis durante todo el año, aunque el meningococo puede ser causa también de epidemias, es decir, cuando de repente aparecen más casos de lo esperado. Como veremos al final, por fortuna contamos con vacunas para protegernos contra estas bacterias.

Si os estais perguntando que cuál es la proporción en nuestro medio de meningitis «buenas» respecto a las «malas», la respuesta es de diez meningitis provocada por virus frente a una causada por bacterias. Esto se debe a la alta tase de vacunación que tenemos en nuestro país y en los de nuestro entorno.

¿Qué síntomas provoca la meningitis?

La triada clásica de síntomas de la meningitis es fiebre, dolor de cabeza y vómitos. A esto hay que añadir que los niños con una meningitis, ya sea de las «buenas» o de las «malas», suelen presentar decaimiento marcado y mal estado general. Muchos niños comentan que el dolor de cabeza que les provoca la meningitis es el peor de sus vidas, lo que pone de manifiesto la intensidad del dolor que suelen presentar. En ocasiones, sobre todo en las meningitis provocadas por bacterias, puede aparecer diminución del nivel de conciencia, somnolencia o convulsiones. En niños pequeños que no son capaces de manifestar su dolor o el malestar general suelen presentarse con irritabilidad.

En muchos casos, los padres acuden al hospital pensando que su hijo tiene una meningitis porque presenta fiebre y dolor en el cuello. Sin embargo, este último síntoma, no es específico de la meningitis, es decir, lo vemos con frecuencia en otras patologías como las anginas o en algunas neumonías. Lo que sí es importante es la exploración de los signos meningeos por parte del pediatra, esas maniobras que hacemos en la consulta en la que doblamos el cuello del niño estando tumbado o le elevamos las piernas. Con ello, somos capaces de evaluar si es probable que un niño tenga una meningitis o no.

¿Cómo se diagnostican la meningitis?

Cuando los pediatras vemos a un niño con un cuadro clínico que encaja con una meningitis y presenta signos en la exploración física compatibles con ella, realizamos lo que se conoce como punción lumbar.

Esta técnica consiste en pinchar con una aguja muy fina la espalda para extraer del canal medular el líquido que recubre las meninges y poder analizarlo. Esta prueba, a la que muchos padres tienen pavor, es la única forma que existe en este momento de poder diagnosticar de forma fehaciente una meningitis.

El líquido que extremos, conocido como líquido cefaloraquídeo, se analiza en el laboratorio de manera urgente para determinar si el niño presenta una meningitis o no. Y solo analizando el líquido cefaloraquídeo se puede diagnosticar si un niño padece una meningitis, por eso decimos que una punción lumbar es imprescindible para llegar al diagnóstico. Además, junto con la historia clínica del niño y la analítica de sangre que habremos hecho, podemos diferenciar con bastante exactitud si la meningitis de ese niño concreto es de las «buenas» o de las «malas». Siempre se procede al cultivo de ese líquido, el cual nos confirmará en unos días si finalmente la causa es una bacteria o un virus.

¿Cuál es el tratamiento de la meningitis?

Dependiendo de la causa de la meningitis el tratamiento varía ostensiblemente.

En le caso de las meningitis provocadas por virus, el tratamiento es sintomático. Se utilizan analgésicos para el dolor y, en caso de que el niño vomite mucho o no quiera comer, se pueden utilizar sueros intravenosos. Normalmente requieren ingreso que no suelen durar más de 3 o 4 días.

En el tratamiento de las meningitis bacteriana, además del tratamiento sintomático, se emplean antibióticos. En ocasiones se comienza con dos y posteriormente, dependiendo del germen que crezca en los cultivos, se ajusta el espectro del tratamiento a la bacteria que causa el cuadro clínico. La duración del tratamiento varía desde una semana hasta 15 días, ya que no todas las bacterias se tratan igual. En un primer momento, estas meningitis se atienden en las unidades de cuidados intensivos para vigilar de cerca que no requieran otros tratamientos de mantenimiento más avanzado como respiradores o medicación para mantener la tensión arterial. La duración total del ingreso dependerá de la respuesta al tratamiento y de las secuelas que pueda presentar el niño.

¿Qué secuelas provocan las meningitis?

Como dijimos al principio, las meningitis que habitualmente dan secuelas son las provocadas por bacterias, de ahí que se las conozca como meningitis «malas».

Si os acordais de cuando hablábamos de las bacterias que las pueden provocar, mencionábamos dos: el meningococo y el neumococo. Ambas son meningitis muy graves, pero las secuelas y la evolución puede variar enormemente de una a otra.

El menigococo es una bacteria que provoca meningitis de forma muy rápida. Es decir, el cuadro clínico ocurre en unas pocas horas. Por eso suele decirse que si no se coge a tiempo puede dar lugar lugar a un cuadro clínico devastador en el que aparece un fallo multiorgánico que puede desencadenar la muerte, hasta en un 10% de los casos. En el 90% restante puede aparecer algún tipo de secuela grave como insuficiencia renal crónica o amputación de algún miembro, pero en muchos casos el tratamiento es eficaz y el cuadro clínico se resuelve sin secuelas.

Por el contrario, la meningitis por neumococo suele ser algo más larvada, aconteciendo en dos o tres días. La mortalidad por esta infección ronda también el 10%, pero lo que la diferencia de las provocadas por meningoco es que las secuelas son muchos más frecuentes: uno de cada cuatro supervivientes. Entre las secuelas de la meningitis por neumococo destacan la sordera y, en menor frecuencia, el daño cerebral que puede manifestarse como epilepsia (convulsiones) o parálisis cerebral.

¿Cómo se contagian las meningitis?

Tanto las provocadas por virus como por bacterias se contagian por contacto estrecho con las secreciones del paciente que la padece o de algún portador asintomático.

Cuando hay un brote de meningitis bacteriana, las autoridades sanitarias suelen evaluar el caso clínico para establecer qué personas estuvieron en contacto con los enfermos y son candidatas a tomarse una profilaxis, una medicina que intentará que sea menos probable que esas personas que han estado en contacto con un niño con meningitis desarrollen la enfermedad.

Sin embargo, muchas personas son portadoras de estas dos bacterias sin que desarrollen nunca una meningitis y, de hecho, muchas otras se colonizan sin desarrollarla tampoco. Esto habla a favor de que padecer una meningitis es una «lotería» ya que entran en juego a menudo muchos factores que no podemos controlar.

¿Cómo podemos prevenir las meningitis?

Como la gran mayoría de las infecciones, poco podemos hacer más allá de extremar las medidas de higiene como el lavado de manos o animar a los niños a toser tapándose con la zona del codo.

Sin embargo, y por fortuna, existen vacunas contra el meningococo y el neumococo por lo que, gracias a ellas, podemos prevenir que nuestros hijos padezcan una meningitis de las «malas». Existen varios tipos de meningococo (tipo B, C, A, W, Y…) y para todos ellos existen vacunas que han demostrado ser eficaces, como ya os hablamos de ellas en esta otra entrada del blog. De momento, salvo para el tipo C, no están financiadas por el Sistema Nacional de Salud aunque el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación contra estos microorganismos para todos los niños. También existe una vacuna eficaz contra los serogrupos del neumococo que provocan meningitis con más frecuencia y, en este caso, la vacuna esta subvencionada por el estado y se emplea ya de forma rutinaria en todos los niños españoles.


Si te interesa la meningitis existe una ONG que se llama Asociación Española Contra la Meningitis que comparte noticias e información sobre esta patología.