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¿Debería existir personal de enfermería en los colegios?

Hace unos días, una compañera enfermera nos escribió para pedirnos nuestra opinión sobre la conveniencia de que en los colegios contaran con una enfermera en horario escolar. Había decidido dirigirse a nosotros porque en su colegio se había planteado el debate sobre esta necesidad. Quería saber nuestra opinión como padres pero también como pediatras , ya que por nuestra profesión conocemos de cerca las necesidades de salud de un niño.

Hemos decidido escribir este post tras realizar una reflexión de cuál puede ser la labor de una enfermera en un colegio para que lo conozcáis de primera mano. Como veréis sobrepasa con creces la labor de administrar un jarabe para la fiebre a un niño.

A pesar de que nosotros somos médicos pediatras, el haber trabajado codo con codo con personal de enfermería en el diagnóstico y tratamiento de nuestros pacientes nos otorga el humilde privilegio de enarbolar una bandera a su favor dadas sus altas capacidades como profesionales sanitarios.

Antes de continuar y para hacer más limpio el texto de este post, nos referiremos al personal de enfermería como «enfermeras» dado el alto porcentaje de mujeres que ejerce esta titulación respecto a los varones. Esperamos no herir ninguna sensibilidad.

Enfermería, una profesión centrada en los cuidados

La mayoría de nosotros, si pensamos en una enfermera, nos imaginaríamos a un profesional sanitario poniendo una vacuna, extrayendo una analítica o administrando una medicación a un paciente ingresado. Pero, ¿conocemos realmente cuáles son las competencias de esta profesión?

Cuando hablamos de competencias, nos referimos a qué tipo de trabajo pueden llevar a cabo. Éstas están muy claras en el artículo 7 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre de ordenación de las profesiones sanitarias. En dicho artículo se especifica que:

«…corresponde a los Diplomados universitarios en Enfermería la dirección, evaluación y prestación de los cuidados de Enfermería orientados a la promoción, mantenimiento y recuperación de la salud, así como a la prevención de enfermedades y discapacidades»

Esos cuidados de enfermería a los que se refiere esta ley son el día a día de una enfermera y estarían constituidos por cualquier actividad destinada a contribuir a la salud de las personas, ya sean sanas o enfermas. Si quieres conocer más sobre los cuidados de enfermería, este texto clásico de 1961 de Virginia Henderson para la Organización Mundial de la Salud es muy interesante (Link).

De todo esto se desprende que una enfermera es un profesional sanitario formado para para ejercer una labor que va mucho mas allá que la simple tarea de administrar un jarabe a un niño que tiene fiebre en un colegio mientras espera que sea recogido por sus padres.

Entonces, ¿qué papel puede tener una enfermera en un colegio?

Suponemos que ha quedado claro después de leer sus competencias que una enfermera sería capaz de desarrollar una gran cantidad de actividades sanitarias en un colegio.

Por un lado, estarían las meramente asistenciales enfocadas a las enfermedades de los niños, pero no por ello menos necesarias. Por ejemplo, valorar la gravedad de un proceso agudo como es un golpe en la cabeza o la dificultad respiratoria de un niño asmático y con ello decidir la necesidad de administrar una mediación o si es preciso derivar al niño a Urgencias. Pero además, cuántos dolores de cabeza se evitarían profesores y directores sabiendo que en el colegio hay una enfermera capaz de asumir el control ante posibles situaciones de emergencia como una convulsión en un niño epiléptico que necesita medicación de rescate o un alérgico que ante un cuadro de anafilaxia precisara adrenalina. El debate sobre lo que un profesor está capacitado para asumir quedaría resuelto.

Otro caso en el que la enfermera tiene mucho que aportar es el caso de las heridas, ya que no hay nadie mejor que ellas para valorar qué tipo de cuidados necesitará para una adecuada curación.

Sin embargo, y dado que estamos hablando de una enfermera en un colegio, creemos que además son capaces de llevar a cabo actividades muy interesantes en el campo de la prevención de enfermedades y promoción de salud en los niños. En este sentido, una enfermera en un colegio podría desarrollar una gran cantidad de programas tanto para niños pequeños como para adolescentes.

Así, a bote pronto, nos vienen a la cabeza una larga lista: promoción de hábitos de vida saludables para la prevención de obesidad infantil y otras enfermedades crónicas, promoción del ejercicio como parte de un estilo de vida saludable desde pequeños, educación sexual en adolescentes, cribado de problemas de salud mental en niños (bullying y acoso), revisión de la alimentación habitual en el comedor escolar para diseño de un menú saludable, revisiones físicas regulares para detección de problemas de salud y derivación a especialistas, cursos de reanimación cardiopulmonar para padres, alumnos y profesores, atención a problemas de niños con enfermedades crónicas (como la diabetes o el cáncer), fomentar el autocudiado de los niños y su camino hacia la autonomía… En fin, una gran cantidad de actividades que desde casa los padres ponemos en marcha pero que una enfermera podría darles continuidad desde un punto de vista profesional y con base científica.

Parece de sentido común que el personal no sanitario de un colegio no asuma muchas de estas funciones, pero contratar a una enfermera para reducir su trabajo a la simple administración de un jarabe para la fiebre, un antibiótico para que el niño cumpla un horario o un inhalador para el asma es un error de concepto, una infravaloración de lo que pueden ser capaces y, a todas luces, un desprecio a su profesión.

La enfermera especialista en pediatría, la superenfermera para niños

Al igual que ocurre con las especialidades médicas, las enfermeras pueden subespecializarse en algunas áreas concretas de salud. Actualmente existen en España las siguientes especialidades, reguladas por el Real Decreto 450/2005, de 22 de abril, sobre especialidades de Enfermería:

  • Enfermería Obstétrico-Ginecológica (Matrona)

  • Enfermería de Salud Mental

  • Enfermería Geriátrica

  • Enfermería del Trabajo

  • Enfermería de Cuidados Médico-Quirúrgicos

  • Enfermería Familiar y Comunitaria

  • Enfermería Pediátrica

Por tanto, existe una enfermera que, además de su grado universitario de formación general, ha realizado dos años de subespecialización en los que ha adquirido las capacidades para:

«…proporcionar cuidados de enfermería especializados de forma autónoma, durante la infancia y adolescencia, en todos los niveles de atención, incluyendo la promoción de la salud, la prevención de la enfermedad y la asistencia al recién nacido, niño o adolescente sano o enfermo y su rehabilitación…»

El programa formativo de la Enfermería Pediátrica figura en el la Orden del Ministerio de Sanidad y Asuntos Sociales 1730/2010, de 17 de junio, y de ella se pueden extraer la gran cantidad de actividades para la que está preparada una enfermera y podría realizar en colegio. Vamos, una joya.


En resumen, una enfermera en un colegio podría elaborar un trabajo muy interesante y enriquecedor para toda la comunidad escolar. Seguramente, bajo su dirección, los niños y sus familias estarían más sanos. Sin embargo, el plantearse contratarla para que solo administre jarabes a los niños para la fiebre o un antibiótico porque en horario escolar le toca una dosis es un error ya que, como hemos dicho, son capaces de eso y mucho más .

NOTA: si algún enfermero/enfermera se ha sentido agredido por este texto le pedimos perdón de antemano. Nosotros somos médicos y gracias al trabajo codo con codo con muchos de vosotros en tantas y tantas guardias de Urgencias, UCI pediátrica, UCI neonatal… conocemos de sobra lo que valéis y hemos querido poner en valor vuestra profesión.  En ningún momento hemos pretendido caer en la condescendencia.