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Cómo evitar que los niños lloren con las vacunas

Vacuna

Fuente: Dos Pediatras en Casa

Las vacunas son uno de los mayores avances de la medicina. Gracias a ellas se han evitado millones de muertes, además de muchas secuelas de enfermedades como la viruela, el sarampión o la meningitis, por mencionar solo algunas de ellas. Actualmente, la Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación sistemática contra 17 enfermedades bajo un esquema de vacunación que se concreta en un calendario en el que el niño recibe las diferentes vacunas durante la infancia para que al llegar a la adolescencia esté inmunizado completamente. Además, debido a la alta eficacia para prevenir enfermedades, hay en marcha múltiples estudios para desarrollar nuevas vacunas, como por ejemplo contra el virus respiratorio sincitial.

Todas las vacunas tiene un perfil de seguridad muy bueno, donde los efectos secundarios graves son prácticamente inexistentes, ya que lo que el balance riesgo beneficio está muy a favor del beneficio, tanto individual como colectivo (sí, vacunar a un niño es también proteger a los demás). Y entre los efectos secundarios leves, los más frecuentes son la fiebre y el dolor en el brazo tras el pinchazo, nada que no se resuelva con un analgésico o un antipirético.

Lo que es casi inevitable es que un niño pequeño llore cuando se le pone una vacuna, los más pequeños por el dolor agudo del pinchazo, pero también por el miedo al propio pinchazo cuando se hacen más mayores. Y aunque nuestras magníficas compañeras, las enfermeras de pediatría, lo hacen con el máximo cuidado y cariño, alguna lagrimilla es irremediable que aparezca. En este post os damos consejos para que, en la medida de lo posible, el acto de administrar una vacuna sea lo más llevadero para vuestros hijos.

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Vacuna del papiloma en niños

chico movil

Fuente: Pixabay

En el año 2008 se incorporó al calendario sistemático en España la vacunación en niñas frente al virus del papiloma humano (VPH). Este virus constituye la enfermedad de transmisión sexual más frecuente, estimándose en diferentes estudios que puede llegar a afectar hasta un 80% de mujeres a lo largo de su vida. Por fortuna, es una infección que en la mayoría de los casos es transitoria sin que de lugar a ningún tipo de síntomas. Sin embargo, hasta en un 10% de esas mujeres la infección se hacer persistente, lo que constituye un factor de riesgo para la aparición de neoplasias, sobre todo a nivel de cuello de utero. De hecho, en el 100% de estos cánceres (el segundo tipo de cáncer más frecuente en mujeres después del de mama) está implicada esta infección, lo que traducido en datos supone cerca de 700 muertes al año en España por esta causa. Pero, además, el VPH está implicado en la aparición de verrugas genitales, tanto en mujeres como en varones.

En este contexto, la vacuna contra el VPH nació con un claro objetivo: disminuir la incidencia de este tipo de cáncer en mujeres. A esta estrategia se sumaría un cribado de detección precoz del VPH, lo que junto a la vacunación universal de las mujeres podría evitar para el año 2050 cinco millones de muertes al año a nivel mundial y la disminución de la incidencia de esta patología en un 47%, según datos de la Organización Mundial de la Salud. A día de hoy, más de 100 países en todo el mundo están ya vacunando a las niñas contra este virus.

Hay que reconocer que esta estrategia de vacunación universal a niñas es un gran avance, pero si tenemos en cuenta que el trasmisor habitual de la infección a la mujer es el varón, cuanto menos parece que falta algo: la vacunación de los niños. En este sentido, multitud de asociaciones, como la Asociación Española de Pediatría, la Asociación Española de Vacunología y la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, por nombrar solo algunas a nivel nacional, se han posicionado sobre la importancia de vacunar también a los niños como parte de esa estrategia para disminuir la infección por VPH en mujeres.

Pero además, no hay que desdeñar que los varones también pueden sufrir los efectos del VPH, ya que ellos también son susceptibles a la aparición de verrugas y de otros cánceres, como todos aquellos de cabeza y cuello y de ano, en los que este virus juega un papel fundamental.

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Si estás embarazada debes vacunarte de la gripe

La Campaña de Vacunación contra la gripe empezará en unos días en toda España y entre los grupos de riesgo que se deben vacunar figuran, como todos los años desde que tenemos memoria, las mujeres embarazadas, ya que pueden desarrollar complicaciones. Por desgracia, sólo el 38,5% de las gestantes españolas se vacunaron de la gripe en la temporada 2018-2019, porcentaje que se antoja muy bajo cuando la gripe puede pasar de ser una infección viral sin importancia en una persona sana a algo muy grave en el caso de las embarazadas, tanto para ellas como para sus futuros bebés, aunque es cierto que en la temporada 2019-2020 esta cobertura aumentó hasta el 5.8% (datos de la Comunidad de Madrid).

En este post te contamos todo lo que debes saber sobre la gripe en el embarazo para que no te queden dudas de que lo mejor que puedes hacer es vacunarte. En le caso de que no estés embarazada pero tengas una amiga que esté esperando un hijo, no dudes en compartir con ella esta información.

El riesgo de tener gripe durante el embarazo

Como sabréis, la gripe es una enfermedad viral que cursa con fiebre alta y malestar general y que, a menudo, dura cerca de una semana. En la mayoría de las personas no suele dar lugar a complicaciones, lo que se traduce en una semana de sofá, antitérmicos y Netflix.

Sin embargo, hay una serie de grupos de riesgo en los que la gripe puede complicarse, como por ejemplo los mayores de 65 años o aquellas personas con enfermedades cardiorespiratorias crónicas, incluidos los niños. Desde hace más de 100 años se sabe que las mujeres embarazadas que contraen la gripe tienen mayor riesgo de complicaciones, así como de hospitalización e, incluso, de muerte.

El motivo por el que la gripe puede ser un proceso más grave en las embarazadas que en la población general se debe a que durante la gestación ocurren una serie de cambios fisiológicos, tales como una mayor frecuencia cardíaca, mayor consumo de oxigeno, menor capacidad pulmonar y una menor capacidad para defenderse contra algunas infecciones por una alteración transitoria en la inmunidad.

¿Y qué pasa con el feto?

A menudo se dice que el riesgo de que una madre contraiga la gripe es sólo para ella y que esta infección no acarrea mayor riesgo para el feto que cualquier otra infección viral, afirmación que se basa en que el virus de la gripe no suele atravesar la placenta y llegar a infectar al futuro bebé.

Es cierto que los posibles riesgos para el feto todavía no están bien estudiados, sin embargo, existen estudios que afirman que el riesgo de malformaciones, como labio leporino, defectos del cierre del tubo neural, hidrocefalia y del corazón, es mayor en madres que tuvieron la gripe durante el primero trimestre de embarazo. Además, también hay investigaciones que han concluido que la gripe durante el embarazo conlleva mayor riesgo de aborto y parto prematuro.

¿Y la vacuna de la gripe funciona en las embarazadas?

Desde hace más de diez años, las embarazadas figuran entre los grupos de riesgo que deben vacunarse de la gripe, recomendación que realiza tanto el Center of Disease Control and Prevention americano como europeo.

La vacuna de la gripe consigue una protección similar en las embarazas que en la población general, lo que ha dado como resultado una reducción en el número de complicaciones e ingresos, así como de abortos y partos prematuros.

Sobra decir que, la vacuna de la gripe durante el embarazo es segura y no presenta más riesgos que en el resto de la población.

Entonces, ¿cuándo deben vacunarse las embarazadas?

La Campaña de Vacunación de la gripe en España suele comenzar durante las últimas semanas de octubre o primeras de noviembre, con el objetivo de que, cuando llegue la epidemia (habitualmente entre diciembre y enero), haya dado tiempo a que las personas que deben vacunarse lo hayan hecho.

Por ello, las embarazadas deben vacunarse en cuanto comience la Campaña de Vacunación, independientemente del trimestre de gestación en el que se encuentren.

Extra bonus: protección al recién nacido

La vacuna de la gripe no está autorizada en niños menores de seis meses de vida. Por ello, aunque no es el objetivo principal de la vacunación durante el embarazo, los más pequeños de la casa disfrutan de protección indirecta si sus madres se vacunan durante el embarazo.

Por un lado, el bebé recibe de su madre anticuerpos contra la gripe antes de nacer, ya que existe paso de estas defensas a través de la placenta. Además, aquellos a los que se les da el pecho, también reciben anticuerpos a través de la leche materna. Debido a estos dos mecanismos, los recién nacidos gozan de cierta protección contra la gripe durante los primeros meses de vida.

Por otro lado, una madre vacunada es poco probable que se contagie de la gripe, lo que hace muy improbable que sea ella la causa de contagio a su bebé. Esto es lo que se conoce como estrategia nido: la protección pasiva de un recién nacido gracias a la vacunación de las personas con las que convive.


En resumen, la gripe en las embarazadas puede ser una infección muy grave, tanto para ellas como para sus futuros bebés. Por fortuna, existe una vacuna contra esta infección igual de segura que en la población general y con la misma eficacia. Por ello, todas las embarazadas deben vacunarse durante la Campaña de Vacunación contra la gripe, independientemente del mes de embarazo en el que se encuentren.

También puede interesarte:

Bilbiografía:

  • Influenza and congenital anomalies: a systematic review and meta-analysis (link).
  • Populations at risk for severe or complicated influenza illness: systematic review and meta-analysis (link).
  • Risk of fetal death after pandemic influenza virus infection or vaccination (link).
  • Influenza vaccination of pregnant women and protection of their infants (link).

Meningococo ACWY, ¿una nueva vacuna?

En las últimas semanas hemos recibido varias preguntas en redes sociales o directamente de amigos por WhatsApp sobre si esa «nueva» vacuna, la del meningococo ACWY, que han visto en la prensa, escuchado en la radio o leído en el grupo de padres del colegio es realmente necesaria y segura. Y es que no hay nada como decir «vacuna» y «meningitis» en España como para que una leve histeria se apodere de los que tenéis hijos.

Además, reconozcámoslo, cada vez que aparece una nueva vacuna en el mercado siempre resuena en vuestras cabezas una duda sobre si deberías esperar un poco o si ya ha llegado el momento de ponérsela a vuestros hijos, cosa que añade un poquito más de leña al fuego.

Incluso algunos habréis intentado buscar información al respecto de organismos contrastados y cuál ha sido vuestra sorpresa al ver que la recomendación de unos y otros no era la misma. A esto se podría sumar que el pediatra de vuestros hijos, aunque no todos por fortuna, no sabía ni de qué le estabais hablando.

Así que hemos decidido escribir este post en el cual encontraréis un resumen sobre la justificación de esta «nueva» vacuna contra el meningococo y cuáles son sus indicaciones.

Además, hemos añadido las posturas del Ministerio de Sanidad -que es quién decide qué vacunas se deberían financiar- y de la Asociación Española de Pediatría (AEP) -la cual elabora un calendario de recomendaciones vacunales de forma anual con la evidencia disponible-. Este es un post largo y pausado, pero muy explicativo, con el que esperamos no os queden dudas de lo que debéis hacer para proteger a vuestros hijos de este tipo de infección.

Enfermedad por meningococo: muy grave aunque no muy frecuente

El meningococo, o por su nombre técnico Neisseria meningitidis, es una bacteria que causa lo que se conoce como enfermedad meningocócica, una enfermedad grave que se presenta clínicamente como sepsis (infección en la sangre), meningitis (infección de las cubiertas del cerebro) o de forma combinada. A día de hoy se conocen 12 tipos diferentes de meningogoco, los famosos serogrupos, de los cuales A, B, C, W e Y son responsables de la gran mayoría de casos en humanos.

En el siguiente gráfico podéis ver la evolución de esta enfermedad en España en los últimos diez años en función del serogrupo responsable (fuente: Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Link).

Es una enfermedad grave por varios motivos. El primero de ellos se debe a que tiene una mortalidad que oscila entre el 10 y 25%, es decir, cerca de 1 de cada 4 personas que contrae esta enfermedad fallece. Pero además, del 10 al 30% de los supervivientes desarrolla secuelas graves como amputaciones de miembros o daño neurológico permanente.

La enfermedad meningocócica tiene tratamiento. Sin embargo, el problema que nos encontramos los médicos al intentar tratarla es que, en un alto porcentaje de casos, la enfermedad avanza más rápido de lo que nos gustaría, sin que dé tiempo a que el antibiótico consiga revertir la infección.

A pesar de la gravedad de esta infección, no es una enfermedad muy frecuente en nuestro país. En la temporada 2017/2018 (última temporada de la que se dispone de datos completos), el Instituto de Salud Carlos III (centro de referencia epidemiológico en España) registró 287 casos totales con una letalidad del 12,9%. Sin embargo, y quizá más importante, los grupos de edad en los que esta enfermedad es más frecuente son los menores de 4 años (especialmente los menores de un año) y las personas de edad avanzada (por encima de los 65 años), como se puede observar en la gráfica de abajo. Como os podéis imaginar, los pediatras somos de los médicos a los que más nos preocupa esta enfermedad debido a la relativa frecuencia en que la vemos en nuestros pacientes.

Un dato importante a tener en cuenta, como veremos más adelante, es que el único reservorio de esta bacteria, donde habita sin que cause enfermedad, es la garganta de algunas personas, sobre todo los jóvenes y los adolescentes, el grupo de edad en la que más portadores existen.

Las «viejas» vacunas contra el meningococo

Por fortuna, existen vacunas contra el meningococo, en plural. Porque existen varias. Gracias a ellas, la enfermedad por meningoco está controlada en nuestro país y hace tiempo que no se vive una epidemia. Sin embargo, todavía queda mucho trabajo por hacer.

Hablar de «viejas» vacunas contra el meningococo es un error, ya que son vacunas que actualmente están recomendadas y se emplean en el día a día. Sin embargo, hemos decidido llamarlas así para ponerlas en contraposición a la vacuna contra el Meningococo ACWY (MenACWY), a la que muchos consideráis «nueva».

Estas «viejas» vacunas que se administran actualmente en nuestro país y que seguramente ya conocéis sobradamente son dos: la vacuna contra el Meningoco C (MenC) y la vacuna contra el Meningococo B (MenB).

La primera de ellas, la vacuna MenC, se administra de manera financiada por el Sistema Nacional de Salud a todos los niños españoles con un esquema de vacunación de tres dosis: a los 4 meses, a los 12 meses y a los 12 años. Su nombre comercial es Neisvac. Es una vacuna que se incluyó en el calendario sistemático en 2004 y, seguramente gracias a ella, este serogrupo es muy poco frecuente en la actualidad (31 casos de los 287 que se diagnosticaron en 2017/2018).

La segunda vacuna es la vacuna contra el meningococo B, responsable de cerca de la mitad de casos de enfermedad meningocócica en España en la actualidad. Esta vacuna no esta incluida en el calendario oficial del Ministerio de Salud por lo que su coste debe ser asumido por los padres que decidan administrásela a sus hijos, salvo en alguna comunidad autónoma. Existen dos preparados comerciales, Bexsero (aprobada en 2013) y Trumenba (autorizada en 2017). Por si os lo estáis preguntando, actualmente la AEP recomienda la vacunación contra el meningococo B de todos los niños a partir de los 2 meses de edad.

Como se puede ver en el siguiente gráfico, elaborado por el Comité Asesor de Vacunas de la AEP, la incidencia (numero de casos por año) de estos dos serogrupos ha ido descendiendo hasta las tasas actuales en las que se ha estabilizado. En parte, muy probablemente, por estas “viejas” vacunas.

La emergencia de los serogrupos W e Y

A pesar de que en los últimos años las tasas de enfermedad por meningococo debidas a los serogrupos C y B están estables, se ha empezado a notar un pequeño repunte de esta enfermedad, en parte debida a la emergencia de dos serogrupos, el W y el Y. Con los ultimo datos en la mano, representan cerca del 30% de todos los casos declarados de enfermedad meningocócica.

Como se puede ver en el siguiente gráfico, la incidencia de ambos serogrupos ha aumentado exponencialmente respecto a los años anteriores (ojo que la escala no es la misma que el gráfico anterior y da la sensación de que estos serogrupos habrían superado en frecuencia a los serogrupos B y C cuando todavía no es así).

Este repunte preocupa a la toda la comunidad científica ya que, a pesar de que todavía las tasas de estos serogrupos no son muy altas, se prevé que en los próximos años puedan aumentar y pasar a ser los responsables más frecuentes de la enfermedad meningocócica, incluso alcanzando niveles de epidemia.

Os estaréis preguntando que por qué ahora estos serogrupos se han vuelto más virulentos y están provocando más casos que en los años anteriores. La teoría más aceptada es que algunas bacterias son capaces de cambiar su virulencia de buenas a primeras y pasar a ser más agresivas de lo que lo eran antes. Además, se cree que el origen de esas cepas proviene de Reino Unido, ya que el repunte que estamos viviendo en España en este momento de los serogrupos W e Y lo vivieron ellos unos dos años antes que nosotros, como se puede ver en el siguiente gráfico (fuente: Public Health England). Tal ha sido el crecimiento de estos serogrupos en aquel país que desde 2015, en su calendario vacunal financiado, se ha sustituido la vacuna MenC por MenACWY (link).

Como os decíamos hace unos párrafos, los jóvenes y los adolescentes son el principal reservorio de estas bacterias. Se cree que debido al turismo que hay en España de personas de origen inglés, estos «nuevos» serogrupos más virulentos han empezado a tomar protagonismo en nuestro país al contagiarse (o volverse portadores) personas autóctonas.

La «nueva» vacuna contra los meningococos ACWY

Ya os habréis dado cuenta que esta vacuna de nueva no tiene nada. Por ejemplo, en Reino Unido se lleva empleando de forma sistemática más de 4 años.

El gran aporte de esta vacuna es que amplía la cobertura de serogrupos que hasta hora se tenía en España (B y C) al incluir también a los serogrupos A, W e Y.

Esta vacuna existe en dos presentaciones comerciales que se llaman Nimenrix (autorizada en España en 2012) y Menveo (aprobada en 2010). La gran diferencia entre ellas es que la primera se puede administrar desde las 6 semanas de vida y la segunda desde los 2 años de edad.

Sobra decir que ambas vacunas son seguras y eficaces tras haber pasado los estudios pertinentes antes de su comercialización.

¿Qué recomiendan los organismos oficiales al respecto de la vacuna MenACWY?

Sabiendo que existe una vacuna que cubre a los nuevos serogrupos de meningococo que probablemente más van a dar la lata en los próximos años, parece razonable que los organismos responsables de hacer las recomendaciones sobre vacunas y de su financiación se hayan manifestado sobre la necesidad o no de que la población española se vacune.

La AEP en el año 2018 incluía por primera vez en su calendario vacunal la recomendación de que aquellos niños que fueran a viajar y permanecer varios meses en países en donde los nuevos serogrupos estaban reemergiendo, se vacunaran con esta vacuna (link). Sin embargo, y teniendo en cuenta todos los datos anteriormente expuestos en cuanto al crecimiento de los nuevos serogrupos, en el calendario vigente actualmente de 2019, la AEP recomienda que todos los niños sean vacunados a los 12 meses y a los 12 años (link). Además, se recomienda vacunar también a todos los adolescentes hasta los 19 años de forma progresiva para disminuir el numero de portadores potenciales.

La decisión de que se vacune a los bebés y a los adolescentes se basa en que así los primeros estarían protegidos de forma directa e individual de desarrollar enfermedad meningocócica por los nuevos serogrupos mientras se va vacunando a los adolescentes, que son los portadores de las bacterias y los que contagiarían a los más pequeños. Es decir, el enfoque es doble.

A todo esto, en mayo de 2019, el Misterio de Sanidad realiza sus Recomendaciones de Vacunación Frente a la Enfermedad Meningocócica Invasiva (link) y decide que la vacunación de los 12 años con MenC sea sustituida de forma financiada por MenACWY. Además propone que se rescate a los adolescentes hasta los 19 años, cumpliendo así en parte las recomendaciones de la AEP. Sin embargo, este mismo documento no apoya la introducción de esta vacuna a los 12 meses, como también recomendaba la AEP, ya que considera que en este momento la tasa de incidencia de los serogrupos W e Y en la población infantil, es decir, el numero de casos totales en niños, no es tan alta como para tomar la estrategia de proteger directamente a los lactantes (link).

A día de hoy, debido que las competencias en sanidad en España están transferidas a las Comunidades Autónomas, estas recomendaciones del Ministerio están en fase de implantación. Podéis consultar en esta página (link) cuál es la situación actual de cada Comunidad Autónoma al respecto de la vacuna MenACWY.

¿Qué debo hacer entonces con mi hijo?

Ahora que ya conocéis los datos y la postura de las diferentes organizaciones, lo que realmente os debería importar es si es recomendable o no vacunar a vuestros hijos. Hemos decidido dividir por grupos de edad a los niños para que podáis «encajar» a vuestro hijos en alguno de estos grupos:

  • Niños mayores de 12 años: como os hemos avanzado, los niños de este grupo serían los posibles portadores de la bacteria en la garganta, siendo en ellos muy rara la enfermedad meningocócica. Por tanto, el objetivo al vacunarlos es disminuir la probabilidad de que contagien a otras personas. A día de hoy existe un plan nacional para que de forma progresiva durante lo que queda de 2019 y todo 2020 se les vacune de forma financiada. Debido a que en este grupo de edad es más rara la enfermedad, parece prudente esperar a que os llamen desde vuestro Centro de Salud para que les administren la vacuna. Ahora bien, los niños que vayan a residir a países en donde esta nueva vacuna ya está en calendario, habría que vacunarlos sin esperar. Estos países son: EE. UU., Canadá, Reino Unido, Austria, Grecia, Holanda, Italia y Suiza.
  • Niños de 12 años: si tu hijo va a cumplir esta edad y su comunidad autónoma todavía no ha implantado la vacuna de MenACWY, se le vacunará de forma financiada con MenC. Sin embargo, esta dosis de MenC se puede sustituir por MenACWY si los padres quieren, aunque tendrían que sufragar ellos el coste de la vacuna. Es de suponer que si al final optáis por vacunarles de MenC, durante los siguientes meses os llamen para que vuestros hijos reciban esa dosis de rescate de MenACWY que se está implantando.
  • Niños de 12 meses: a día de hoy, el calendario oficial de la mayoría de las Comunidades Autónomas administra a esta edad solo MenC. Sin embargo, como ya se ha expuesto, la AEP recomienda que a esta edad se reciba la primera dosis de MenACWY sustituyendo a MenC. De esta forma estarían protegidos contra estos nuevos serogrupos en el caso de que la vacunación en adolescentes no sea tan exitosa como se prevé y continúen aumentando los casos de los serogrupos W e Y. Como en le caso anterior, el precio de la vacuna tendría que estar sufragada por los padres.

Ya que hemos hablado de que en algunos casos esta vacuna tendrían que sufragarla los padres, parece justo mencionar que tiene un coste de 54€ tanto para Nimenrix como para Menveo. Recordad también que solo sería una dosis.

A estas recomendaciones por grupos habría que añadir que es recomendable que se vacunen, independientemente de la edad, todos aquellos que fueran a residir a países en los que esta vacuna se está administrando de forma sistemática (como sucede con los niños mayores de 12 años).

La gran pregunta: ¿qué hacemos con los niños que tienen entre 12 meses y 12 años?

Seguro que si has llegado hasta este punto del post y tu hijo no encaja en los grupos anteriores, estarás pensando que a ti lo que te interesa saber es qué debes hacer con ese niño que tienes de dos, cuatro, seis o diez años. Y es una duda muy razonable ya que hasta ahora solo habíamos hablado de los niños de 12 meses y 12 años.

Para responderte a esta pregunta, hay que basar la respuesta en la probabilidad individual que tiene cada niño de sufrir una enfermedad meningocócica por los serotipos W e Y. Como dijimos casi al principio del post, la gran mayoría de los casos que vemos en niños ocurren por debajo de los 4 años de edad, siendo una enfermedad que podríamos considerar rara a partir de esa edad.

Teniendo esto en cuenta, la AEP tiene publicado en su manual online del Comité Asesor de Vacunas que «con carácter individual, los niños en edades comprendidas entre 1 y 12 años pueden verse beneficiados también con esta vacuna, aumentando así su protección antimeningocócica«.

¿Y qué quiere decir esto? Pues que de momento y hasta que se tome otra actitud en cuanto a financiar la vacuna a los 12 meses, no está de más que los niños en edades comprendidas entre 1 y 12 años se vacunen de MenACWY, especialmente los menores de 4 años, siempre y cuando sus familias así lo consideren. Con ello estarían protegidos contra estos serogrupos emergentes hasta que se reciba el recuerdo de los 12 años. De forma similar a lo que ocurre en lactantes de 12 meses, al no estar financiada por el estado, serían los padres los que tendrían que sufragar los gastos. En caso de optar por poner esta vacuna «extra» a tus hijos solo habría que administrar una dosis «de pago», ya que el recuerdo a los 12 años sí estaría financiado.

Por descontado, los niños de estas edades que vayan a residir en los países antes mencionados deben ser vacunados con MenACWY.


En resumen, esta «nueva» vacuna se ha empezado a implantar en nuestro país. De momento hay un mandato del Ministerio de Salud para que se administre de forma financiada a los niños de 12 años. Además, la AEP recomienda que esta vacuna se administre a los niños de 12 meses (sustituyendo a la actual MenC), dejando la puerta abierta a los niños del resto de edades, sobre todo a los menores de 4 años, a que se vacunen si sus familias así lo creen oportuno.

Esperamos haber resuelto todas vuestras dudas sobre la vacuna MenACWY. En cualquier caso, os recomendamos que habléis con vuestro pediatra antes de tomar una decisión.

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Este artículo ha sido realizado en base a la literatura científica publicada en la actulidad. Dos Pediatras en Casa no ha recibido ninguna gratifición por escribir este texto.

¿Qué tipos de «reacción» dan las vacunas?

La gran mayoría de los lectores de este blog conocen cuál es nuestra postura sobre las vacunas: son seguras y salvan vidas. Así que no dudéis ni un instante en que nosotros nos alineamos al lado de los que piensan que las vacunas son uno de los grandes avances de la medicina y, gracias a ellas, muchas de las enfermedades que antes existían ahora son infrecuentes en nuestro entorno como la varicela o el sarampión.

Esperamos que vosotros, como padres que sois, estéis también a favor de la vacunación como una parte fundamental de la protección de los niños contra enfermedades potencialmente graves. Sin embargo, muchos preguntáis en consulta por la posible reacción de la vacuna y qué es lo que tenéis que observar en los siguientes días tras la vacunación.

Vacunas hay muchas y por tanto, como cualquier otro medicamento, pueden tener diversos efectos secundarios. Es muy importante destacar que la mayoría de estas reacciones son leves y se solucionan sin secuelas en unos días. Merece la pena conocer cuáles son las más frecuentes para que no os pillen por sorpresa y sepáis cómo actuar. Si estáis interesados en conocer cuáles son todos los posibles efectos secundarios de una vacuna concreta podéis consultar su ficha técnica.

Las reacciones a las vacunas se clasifican en reacciones locales, es decir, en el lugar en donde se administraron, o sistémicas, cuando la reacción se produce en un lugar a distinto a donde se aplicó la vacuna.

Reacciones locales a la vacunación

La gran mayoría de las reacciones locales son leves y se resuelven sin secuelas en unos días.

Lo más frecuentes es dolor, hinchazón y enrojecimiento en la zona de punción de la vacuna. Su frecuencia varía de unas vacunas a otras y oscila entre un 50% para la vacuna contra la Difteria-Tétanos- Tosferina (DTPa) y un 5% para la de la Hepatitis B. También hay que tener en cuenta que estas reacciones locales suelen ser más frecuentes en las dosis de recuerdo sucesivas que con la primera vacuna.

Este tipo de reacción aparece en las primeras 48 horas tras la administración de la vacuna y se resuelven solas en 2-3 días. Si el niño está muy molesto y la inflamación o el dolor es grande, se puede aplicar hielo en la zona 2-3 veces al día y administrar un analgésico como el paracetamol.

Hay reacciones locales más graves como la infección en el lugar de la administración. En ocasiones puede avanzar a la formación de un absceso, aunque en ambos casos son excepcionales y poco frecuentes. A veces es difícil diferenciar si la inflamación local se debe a reacción inflamatoria o al inicio de una infección local. La evolución del proceso nos dará las claves para catalogarlo de un tipo de reacción u otra.

Reacciones sitémicas a las vacunas

En este caso, el efecto secundario se manifiesta de forma general y no se circunscribe solamente al lugar de administración. Este tipo de reacciones son menos frecuentes que las reacciones locales y suelen presentarse en menos del 10% de los pacientes.

Las reacciones sistémicas más frecuentes son la fiebre y el malestar general que suele acompañarse de dolor de cabeza e irritabilidad. Estos síntomas no dejan de ser el reflejo de que nuestra inmunidad está actuando contra la vacuna para generar las defensas que nos protegerán posteriormente, es decir, como si estuviéramos teniendo una infección en chiquitito. Este tipo de reacciones, la fiebre y demás síntomas, aparecen generalmente en las primeras 24-36 horas después de la vacunación y no suelen durar más de uno o dos días.

Para que el niño se encuentre mejor mientras pasan esas horas en las que presenta fiebre y demás síntomas sistémicos, se le puede administrar paracetamol a dosis habituales.

En ocasiones, sobre todo con la vacuna triple vírica y la de la varicela, pueden aparecer manchitas en la piel al cabo de varios días tras su administración, en general entre los 7 y 15 días. Estas manchitas o «exantema», como lo llamamos los pediatras, pueden estar presentes durante unos días.

Es importante que estéis tranquilos si la reacción que hacen vuestros hijos es fiebre ya que no quiere decir que vuestro hijo contagie la infección de la que se ha vacunado. Sin embargo, en el caso de que la reacción fuera tipo exantema y la vacuna fuera de virus vivos atenuados (como la varicela) sí que podrían contagiar una forma muy leve de la enfermedad que se vacunó.

Reacciones adversas raras a las vacunas

Las reacciones vacunales que habéis leído más arriba son las que se consideran frecuentes ya que las vemos con mucha frecuencia tras vacunar a un niño. Como hemos dicho son leves y se resuelven sin secuelas en unos días.

A veces, como medicamentos que son, las vacunas también pueden tener efectos secundarios graves que, por fortuna, son muy raros de tal forma que sigue compensando vacunar a un niño y evitarle la posibilidad de contraer una infección que puede ser grave y potencialmente mortal.

Algunas de estas reacciones se manifiestan como covulsiones y otras son tan raras que ni siquiera os sonará su nombre, como el síndrome de Guillan-Barré. Lo que si que debéis saber es que su frecuencia es muy rara y aparecen cada muchos miles de dosis.

Y aunque estas reacciones las consideramos raras, no suelen dejar secuelas una vez se han resuelto. Y si todavía eres de los que piensa que las vacunas causan autismo, nos congratula mucho decirte que estás equivocado y que no aparece en la lista de posible reacción de ninguna vacuna.

Alergia a las vacunas

Las vacunas no dejan de ser algo «extraño» con lo que entramos en contacto para que nuestro cuerpo cree defensas contra una infección. Toda vacuna está compuesta, a grosso modo, por tres componentes. Una primera que representa al bicho contra el que queremos generar inmunidad; una segunda que se llama co-adyuvante, el cual potencia la reacción inmunitaria; y por último los conservantes, que sirven para que la vacuna no se estropee desde su fabricación hasta que se administra.

Las personas podemos tener alergia contra todos esos componentes de las vacunas por lo que tras su administración debemos estar atentos a que el niño no presenta ningún síntoma compatible con una ración alérgica (manchas en la piel a los pocos minutos, dificultad respiratoria…).

La impartancia del pediatra y las reacciones a las vacunas

Uno de los papeles más importantes que tiene un pediatra es informar a los padres sobre las diferentes enfermedades que pueden tener sus hijos y qué hacer en caso de que se presenten.

En este sentido, el pediatra juega un doble papel. En primer lugar como esa persona de confianza que explica a los padres que las vacunas son seguras y de los riesgos que evitarán a sus hijos en caso de que decidan vacunarlos. Pero también el pediatra debe informar a los padres de los posibles efectos secundarios para que los padres sean capaces de reconocerlos y administrar un tratamiento de forma temprana para que sus hijos se encuentren mejor mientras éstas ocurren.


Espero no haberos «asustado» con las posibles reacciones de las vacunas y que después de este post no hayáis cambiado de opinión respecto a la vacunación de vuestros hijos. Os puedo asegurar que vacunar a los niños es regalarles un futuro mejor sin enfermedades graves que, en este caso sí, pueden dejar secuelas. Un pinchazo con un poco de dolor y un par de días de fiebre merecen la pena contra la posibilidad de caer enfermo por una enfermedad que te condicione el resto de tu vida…

Si quieres leer más sobre las reacciones a las vacunas puedes consultar este enlace del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (Link) o este otro de la Organización Mundial de la Salud (Link, en inglés).

El meningococo: ¿por qué hay varias vacunas?

Un motivo frecuente por el que nos llaman familiares y amigos es porque se hacen un lío con las vacunas del meningococo. Esto se debe a que existen varios tipos de meningococo (conocidos como serogrupos) y, por tanto, existen diferentes vacunas para prevenir las enfermedades que provocan.

En este post encontrarás información útil sobre las diferentes vacunas que existen para el meningococo, cuáles son las indicaciones y cuál debe ser la pauta de vacunación en cada una de ellas.

¿Qué enfermedades provoca el meningococo?

Antes de empezar, pongámonos en contexto. La enfermedad meningocócica es una enfermedad grave, tan grave que la mortalidad de esta infección se acerca al 10% en niños y hasta un 25% en adultos y adolescentes. Esto, en medicina, es muchísimo. Además, el 10-30% de los supervivientes desarrolla secuelas graves.

La forma de presentación clásica es como sepsis meningocócica o meningitis. Ambas cursan con fiebre, mal estado general y, en muchas ocasiones, unas manchas en la piel que al apretarlas no desaparecen (las temidas petequias). La evolución suele ser muy rápida, incluso fulminante, lo que da lugar a que en muchas ocasiones el tratamiento se inicie más tarde de lo deseado para poder salvar la vida del paciente. Lo que justifica la alta mortalidad de la enfermedad.

Por fortuna, la incidencia (el numero nuevo de casos de enfermedad meningocócica al año) en España es bajo. En 2016 se detectaron 0,56 casos por cada 100.000 habitantes (unos 250 casos si hablamos en números absolutos), casi la mitad de los que se diagnosticaban en 2012.

En parte se debe a que en en España existe una alta tasa de vacunación.

¿Cuántos tipos de meningococo existen?

El meningococo (o Neiseria meningitidis por su nombre técnico) es una bacteria de la que se han descrito 12 serogrupos diferentes. Los médicos nos referimos a ellos mediante letras. De entre todos ellos, solo 6 pueden infectar a humanos, en concreto los serogrupos A, B, C, X, W e Y. Por fortuna, para todos ellos existen vacunas.

En la mayoría de los países de Europa, los serogrupos más frecuentes (y casi exclusivos) son el B y el C, como sucede en España. De hecho, en nuestro país, el 77,5% de los casos en niños de enfermedad meningocócica durante la temporada 2015-2016 se debió al serogrupo B.

Sin embargo, en determinados países como Inglaterra, se ha detectado un incremento de los casos por los serogrupos W e Y. Esto es importante ya que la indicación de una vacuna no tiene por qué ser la misma en nuestro país que en otro de nuestro entorno.

¿Quién padece la enfermedad?

La gran mayoría de las personas que sufren una enfermedad por meningococo son niños. Lo más frecuente es que se trate de menores de un año, seguidos de cerca por el grupo de los niños entre 1 y 4 años de edad.

Sin embargo, el reservorio mayoritario de la enfermedad es un reducido grupo de adolescentes y adultos jóvenes. Esto significa que son portadores del meningococo en su garganta sin llegar a padecer la enfermedad, pero si que son capaces de transmitirlo a otras personas.

De ahí la importancia de la vacunación en niños pequeños para que, en el hipotético caso de entrar en contacto con algún portador de la bacteria, no llegaran a desarrollar la enfermedad.

¿Qué vacunas existen para el meningococo?

Actualmente existen tres tipos diferentes para cubrir a los serogrupos de meningococo a los que nos hemos referido:

  • Contra el serogrupo C.
  • Contra el serogrupo B.
  • Contra los serogrupos A, C, W e Y.

Como hemos dicho, las indicaciones para cada una de ellas son diferentes, a esto se suma que algunas de ellas están subvencionadas por el Sistema Nacional de Salud mientras que el coste de otras debe ser afrontado por los padres. Analicémoslas una a una.

Vacuna contra el Serogrupo C

Esta vacuna está incluida en todos los calendarios de las comunidades autónomas de España y, por tanto, financiada por el Sistema Nacional de Salud desde hace ya muchos años. Existe una amplia experiencia con ella y es empleada a nivel europeo por una gran cantidad de países.

La pauta de vacunación que siguen los calendarios oficiales consiste en tres dosis: dos de ellas a los 4 y 12 meses y un recuerdo a los 12 años de edad. Por tanto, todos los niños y adolescentes de nuestro país deberían recibirla.

Vacuna contra el Serogrupo B

A diferencia de la anterior, esta vacuna no está incluida en el calendario financiado por lo que el gasto debe ser afrontado por las familias. La experiencia con esta vacuna en España es de varios años, sin embargo, no ha sido hasta el calendario de vacunación de 2018 propuesto por el Comité Asesor de Vacunas de la AEP, en el que la recomendación de la vacunación se ha convertido en universal para todos lo niños empezando su administración a partir de los 2 meses de edad. Esperemos que pronto sea incluida en el calendario financiado como ya ha solicitado la propia AEP.

La pauta de vacunación es distinta según la edad de inicio de la primera dosis, es decir, no es lo mismo iniciar la vacunación con 2 meses (el niño recibiría 3 dosis) que con 2 años (solamente dos dosis). Para no liar las cosas debido a la complejidad de las diferentes pautas, lo mejor que puedes hacer es consultar con tu pediatra si tienes decidido vacunar a tu hijo con esta vacuna. Si te quedan dudas puedes consultar este post que escribimos hace tiempo sobre ella.

Por último, en España están comercializadas dos vacunas diferentes contra el meningococo B: Bexsero y Trumenba. La primera de ellas está autorizada desde los dos meses de edad, mientras que la segunda puede utilizarse en los mayores de 10 años.

Vacuna contra los Serogrupos ACWY

Esta es la vacuna más «novedosa» ya que se incluyó en calendario por primera vez en el año 2018. Desde la actualización de calendario de 2019, el Comité Asesor de Vacunas de la AEP recomienda la vacunación universal de todos los niños con una dosis a los 12 meses y otra a los 12 años. Y especialmente en determinadas circunstancias:

  • Adolescentes mayores de 14 años que vayan a residir en países en donde esta vacuna se administra de forma sistemática, es decir EEUU y Reino Unido.
  • Niños a partir de las 6 semanas de edad que vayan a viajar a países con alta incidencia por estos serogrupos.

La pauta de vacunación es una sola dosis para los mayores de un año y dos dosis para los menores de 12 meses (con al menos 2 meses de separación entre ellas). Además de un recuerdo a los 12 años de edad.

Actualmente están comercializadas dos vacunas contra los serogrupos ACWY, Nimenrix (que se puede administrar desde las 6 semanas de vida) y Menveo (autorizada en mayores de 2 años). En Marzo de 2019 en Ministerio de Salud español aceptó incluir esta vacuna en calendario financiado con una dosis a los 12 años. Puedes leer más sobre ella en este post que escribimos hace unos meses (link).


Después de este repaso a todas las vacunas que existen contra el meningococo, lo que debes hacer es hablar con tu pediatra de cuáles son las que debes administrar a tus hijos dependiendo de sus propias circunstancias.

Sobra decir que desde Dos Pediatras en Casa recomendamos la vacunación como una de las estrategias más importantes para promover la salud de los niños.

Si te gusta lo que has leído, hemos publicado un libro con explicaciones sencillas y amenas sobre las cuestiones de salud más importantes de la infancia. Sale a la venta en librerías y puntos de venta habituales el 13 de enero de 2021, pero la preventa ya está activada:

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Os dejamos por aquí el calendario oficial vigente de la AEP (enero 2021):

NOTA: Dos Pediatras en Casa no ha recibido ningún tipo de gratificación por realizar esta entrada del blog.

La imagen de cabecera del post pertenece a el banco de imágenes torange.biz bajo una licencia  CC BY 4.0.

Las vacunas NO provocan autismo

El autismo, o mejor dicho, el trastorno del espectro autista (TEA), es un trastorno caracterizado por dificultades en la comunicación y la socialización junto con una conducta anómala que conduce a intereses restringidos y, en algunas ocasiones, movimientos estereotipados. El cerebro de estas personas maneja de forma distinta la información que recibe desde el entorno así como la que quieren expresar, lo que a la postre da lugar a las características que hemos mencionado.

La causa (o causas) del porqué de este trastorno todavía no se conocen al 100%. Se ha implicado una serie de genes y también unos cuantos síndromes bien definidos y conocidos con este trastorno. Sin embargo, en una gran mayoría de los casos de las personas que presentan TEA, no se encuentra una causa que lo justifique.

Lo que si está claro y más que demostrado es que las vacunas NO provocan autismo. Seguramente habrás oído a algún padre que ha decido no vacunar a sus hijos porque tienen «miedo de que les provoque autismo» o que han leído en nosequé periódico una noticia que pone en duda la seguridad de las vacunas a este respecto.

Desgraciadamente, porqué se ha relacionado autismo y vacunas es uno de los episodios más tristes de la historia actual de la medicina. Un episodio marcado por la codicia de un médico que quiso beneficiarse económicamente del miedo de los pacientes. En este post encontrarás la verdadera historia de como se fraguó una de las grandes mentiras de la medicina y del daño que ha generado.

El artículo del Dr. Wakefield, el origen de todo

En el año 1998, la reputada revista The Lancet (para que te hagas una idea, esta revista es a la medicina lo que el Hola a farándula) publicó un estudio clínico titulado «Ileal-lymphoid-nodular hyperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children» (en español, Hiperplasia ileal nodular linfoide, colitis no específica y desorden generalizado del desarrollo en niños) firmado por el mencionado Dr. Wakefild. Bajo este título se presentaba un estudio que el que se investigaba la relación en niños con trastornos del comportamiento y alteraciones digestivas.

Entre las conclusiones del artículo, que incluía solo a 12 pacientes presuntamente sanos antes de entrar en el estudio, se relacionaba una serie de factores con la aparición de trastornos del comportamiento (básicamente autismo). Y entre uno de esos factores figuraba que la vacuna triple vírica (sarampión, paperas y rubeola o MMR por su nombre en inglés) era la causante de este trastorno.

Os podeis imaginar el revuelo que creó en aquella época un resultado como éste, ya que miles de niños recibían a diario esta vacuna. Fue la gota que colmó el vaso para el conocido como «movimiento antivacunas». A raíz de este artículo, este movimiento se hizo más potente y la información corrió como la pólvora generando la duda a millones de padres en todo el mundo de si vacunar a sus hijos era lo correcto. Han pasado 20 años desde entonces y pediatras, médicos, enfermeras y demás personal sanitario todavía tenemos que luchar a diario para convencer a muchas de estas familias de que ese argumento que relacionaba vacunas y autismo fue fruto de una trama fraudulenta encabezada por el Dr. Wakefield.

Una trama fraudulenta para enriquecerse con el miedo de los pacientes

Tras la publicación de este artículo, sociedades científicas y reputados investigadores empezaron dudar de la fiabilidad de los resultados del estudio de Wakenfield, a pesar de ello, la revista que había publicado el artículo se negaba a retirarlo. Sin embargo, dicen que el tiempo pone a cada uno en su sitio, aunque a veces se tenga que esperar más del tiempo que uno querría.

El héroe en esta historia es un periodista llamado Brian Deer.  Poco a poco fue investigando y finalmente publicó una serie de artículos en el periódico The Times que destapaban la trama fraudulenta del Dr. Wakefield. Por un lado había manipulado los resultados del estudio para poder relacionar la vacuna MMR con el autismo, pero además descubrió que el doctor había incluido en el estudio a niños que ya presentaban este trastorno antes de ser vacunados, es decir, no eran pacientes sanos.

En el año 2004, la propia revista The Lancet reconocía que el artículo original nunca debió ser publicado. Sin embargo, no fue hasta el año 2010 en el que la revista no se retractó del artículo. En medicina, cuando una revista se retracta significa que retira el apoyo al mismo, es decir, que no da por válidos los resultados del mismo.

Pero, ¿cuales eran los intereses verdaderos del Dr. Wakefield?

Lo más triste de todo son los motivos que llevaron al Dr. Wakenfield a cometer este fraude publicando unos resultados que se alejaban al máximo de lo que debería ser un estudio de calidad científica. Como en la gran mayoría de sucesos de este tipo, detrás de todo esto solo había dinero y motivaciones económicas

El periodista Brian Deers destapó que toda esta trama que había urdido el doctor solo tenía una motivación: enriquecerse. Había diseñado un plan para «tratar» a esas personas con autismo que lo habían desarrollado después de la vacuna a través de nuevos nuevos estudios y fármacos que, por supuesto, cobraría a precio de oro jugando con la esperanza de los padres de ver como mejoraría la salud de sus hijos.

Por eso, nos referimos al Dr. Wakefield como uno de los grandes canallas de la medicina. Nuestra profesión está al servicio de las personas que tratamos con intención de mejorar su vida. Como en cualquier profesión es muy lícito querer enriquecerse, incluso dar un pelotazo con una patente y retirarse, pero el objetivo debe ser siempre mejorando la calidad de vida de las personas. Como médicos tenemos un gran poder pero tenemos el deber de poner ese poder al servicio de nuestros pacientes y no dejarles de lado utilizándolos como una herramienta para hacer dinero.

En el año 2010, el mismo en el que se hizo el retracted al artículo de Wakefield, el Consejo General Medico de Reino Unido decidió retirar su licencia médica, lo que le impidió ejercer como médico en ese país desde entonces.

En el año 2011, la revista The British Medical Journal (otra de las grandes de la medicina) publicó dos artículos que resumen todas las investigaciones de Brian Deers como colofón a todo esta (desgraciada) historia sobre el fraude de las vacunas y el autismo. Si sabes inglés te pueden resultar muy interesantes (son este y este). También puedes entrar en la página del periodista para ampliar información (link).

El daño ya está hecho, está en nuestra mano revertirlo

Pese a que han pasado ya mucho años desde que se destapó la mentira de las vacunas y el autismo, el daño que generó el Dr. Wakefield ha perdurado hasta nuestros días. Sociedades pseudocintíficas utilizan las conclusiones de su artículo para abanderar su lucha contra las vacunas, convenciendo a miles de personas en el mundo de que no deben vacunar a sus hijos.

En España se calcula que uno de cada 30 niños no recibe las vacunas que debería por el miedo de sus padres a las mismas. Con ello se pone en peligro la vida de, no solo el niño que no se vacuna porque sus padres no quieren, sino también de todos nosotros al ser los primeros un posible vector de una enfermedad. Gracias a las vacunas muchas enfermedades están controladas, incluso alguna erradicada como la viruela, y han pasado a solo estudiarse en libros. Sin embargo, si dejamos de vacunar a nuestros hijos, muchas de esas enfermedades volverán con todo lo que ello supone. Así que, vacunad a vuestros hijos sin miedo ya que es una de las mejores cosas que podéis hacer por su salud.


Si nos lees habitualmente sabrás que nosotros defendemos la seguridad y la eficacia de las vacunas. Seguramente tu pensarás como nosotros y, salvo contarte la historia de por qué se relaciona vacunas con autismo, poco o nada te ha podido aportar este post. Sin embargo, está en tu mano difundir ésta o cualquier otra información que pueda ayudar a convencer a todos esos padres que no vacunan a sus hijos de que están equivocados. Nosotros contamos contigo, juntos podremos conseguirlo.

Otros recursos de interés:

  • Te dejamos por aquí un enlace que habla sobre la historia del movimiento antivacunas que nos ha parecido muy interesante (link).
  • Puedes consultar también nuestra entrada sobre los otros mitos y leyendas que existen en torno a las vacunas (link).
  • Y en este otro puedes encontrar información sobre qué es el Tratorno del Espectro Autista (link)

Las Vacunas: mitos y leyendas

Que las vacunas son uno de los grandes avances de la medicina del siglo XX no debería ponerse en duda. Gracias a ellas, la salud de las persona es mejor ya que con ellas se evita que millones de personas caigan enfermas por enfermedades contagiosas y con ello se han salvado millones de vidas. Solo con esta información debería bastar para que dijeras: «Pues es verdad, lo que debo hacer es vacunar a mis hijos». Sin embargo, las cosas no son tan fáciles y sigue habiendo personas que dudan de la eficacia y seguridad de las vacunas.

Si estás leyendo este texto estarás en uno de los siguientes grupos de padres según tu opinión respecto a las vacunas. El primero de ellos englobaría a aquellos padres que vacunan a sus hijos sin que tengan dudas respecto a que las vacunas son buenas y seguras. Otro grupo estaría formado por aquellos que dudan sobre la seguridad y la eficacia de este tipo de tratamiento preventivo pero que buscan información que les haga seguir confiando en ellas. Y por último, podrías pertenecer al grupo que en la actualidad se denomina «antivacunas» y que han decidido no vacunarse ni ellos ni a sus hijos.

Este último grupo de padres basa sus decisiones en informaciones que han leído en algún sitio que carece de evidencia científica. Existen mitos y leyendas creados alrededor de las vacunas que han «convencido» a los que los leyeron para dejar de confiar en ellas. El problema ocurre cuando un padre toma la decisión de no vacunar a sus hijos, ya que está tomando una decisión terrible. En primer lugar, le está privando del beneficio de las vacunas, es decir, del beneficio de la protección contra enfermedades de las que podría contagiarse y por tanto, está exponiendo a sus hijos a las complicaciones de las mismas (entre ellas, la muerte). Y en segundo lugar, expone a otros niños que no pueden vacunarse a padecer esas enfermedades, como son los niños con las defensas bajas -como por ejemplo los niños con cáncer- o los más pequeños que todavía no han podido vacunarse. Quizá pensarás que no son muchos los que están en este grupo de «antivacunas» pero se estima que en España, 1 de cada 30 padres decide no vacunar a sus hijos, lo que representa aproximadamente 1 niño en cada clase de un colegio.

En este post repasaremos los mitos y leyendas más habituales sobre las vacunas con la intención de que aquellos padres que nos leen se convenzan de que vacunar a su hijos es la mejor opción que pueden tomar.

1. Yo no vacuno a mi hijo porque en el Siglo XXI ya no hay tantas enfermedades como antes y ya no merece la pena vacunarse. FALSO

Este es un mito muy extendido. Cierto es que vivimos en una época y en una parte del mundo en donde las condiciones higiénicas y sanitarias han mejorado espectacularmente en los últimos 100 años. Pero uno de los motivos por los que hemos llegado a este punto son las vacunas. De hecho hay enfermedades erradicadas gracias  a las vacunas, como la viruela, y otras que ya se han convertido en raras como la varicela y el sarampión. Sin embargo, si dejamos de vacunar a nuestros hijos, esas enfermedades que ahora te suenan raras o desaparecidas volverán, y con ellas las complicaciones y las muertes que acarrean.

2. Es mejor contagiarse de una enfermedad y pasarla que protegerte contra ella con una vacuna. FALSO

Cierto es que algunas de las enfermedades contra las que existe una vacuna pueden ser banales (gripe, varicela, rubeola…), lo que genera la falsa creencia de que es mejor contagiarse y «pasarla» para que así la inmunidad que se adquiere sea «natural», pero hay que saber que estas enfermedades no están exentas de complicaciones, entre ellas, la muerte. Es preferible vacunarse que «pasar» la enfermedad y exponerse a riegos innecesarios.

3. Los efectos secundarios de las vacunas son muy frecuentes y peligrosos. FALSO

Como todo en medicina, las vacunas pueden tener efectos secundarios, que en general son leves y autolimitados, como por ejemplo fiebre y enrojecimiento en la zona de punción. Pese a todo son preferibles estos efectos secundarios que las enfermedades y sus complicaciones contra las que nos protegen las vacunas.

4. Las vacunas causan autismo. FALSO

Este es quizá el mito más extendido y en el que se basan la gran mayoría de los argumento de la gente que no quiere poner a sus hijos vacunas. Los estudios del Dr. Wakenfild, médico que desarrolló la supuesta teoría del autismo y las vacunas, fueron una farsa que le valió la retirada de su licencia médica. No existe ningún estudio que haya demostrado tal asociación. Puedes leer más sobre el origen de este bulo en la pagina de la Confederación Autismo España.

5. Yo no vacuno a mis hijos porque las vacunas contienen mercurio. FALSO

Algunas vacunas contienen Tiomersal, un compuesto que contiene etilmercurio y que funciona como conservante de algunas vacunas como la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), la hepatitis B, la rabia, la gripe y las infecciones por Haemophilus influenzae de tipo b (Hib) y meningococos. Sin embargo, la cantidad de mercurio que contienen es tan escasa que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera que sean una fuente suficiente de mercurio como para que sea peligroso. Puedes leer más sobre el tema en este documento de la OMS.

6. Puede que los efectos secundarios de las vacunas a corto plazo sean leves, pero sus efectos a largo plazo son graves y, algunos de ellos, desconocidos. Incluso puedes morir por vacunarte. FALSO

Como sucede con todos los medicamentos, las vacunas han superado rigurosos controles de seguridad a través de numerosisimos ensayos clínicos para conocer si son seguras o no. Todas las vacunas que se administran en la actualidad son seguras y sus efectos secundarios a largo plazo son excepcionales. De hecho, son tan excepcionales que es más probable una complicación por una de estas enfermedades que uno de esos efectos secundarios.

7. Si vacuno a mi hijo de varias cosas a la vez estoy sobrecargando su sistema inmunitario, y eso no es bueno. FALSO

Si los calendarios vacunales infantiles proponen que se vacune a los niños de varias cosas  la vez es porque está demostrado que de esta forma son eficaces. Esto significa que  hay estudios previos que ya han comprobado que esa combinación es segura y posible.

8. Combinar la vacuna de la difteria, tétanos y tosferina con la de la poliomielitis aumenta la probabilidad del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. FALSO

De hecho, lo que está demostrado es que la vacunación de los niños se encuentra entre los factores protectores que disminuyen la probabilidad de Muerte Súbita del Lactante. Otro de los grandes beneficios de que vacunéis a vuestros hijos.

9. Las vacunas no son necesarias y solo enriquecen a la industria farmacéutica. FALSO

Es evidente que las vacunas cuestan dinero (a los gobiernos que las compran para vacunar a la población o a los padres que deciden administrar vacunas no financiadas a sus hijos) y esto supone una gran cantidad de dinero que va directa a las empresas que fabrican estas vacunas. Es una relación difícil de explicar ya que como en todo en lo que existe una relación económica de por medio hay muchos intereses. Sin embargo, las vacunas no están diseñadas para enriquecer exclusivamente a la industria farmacéutica ya que los beneficios de la vacunación son claros y evidentes para aquellas personas que las reciben.

10. Cada vez que mi pediatra me manda una vacuna no financiada se lleva un porcentaje de comisión de lo que cuesta. FALSO

Los pediatras que estamos al pie del cañón realizando recomendaciones a los padres de los niños que atendemos, lo hacemos con la clara convicción de que lo mejor para sus hijos es que se vacunen. Nosotros no cobramos un extra por lo que recetamos, ya sean vacunas o medicamentos. Esos intereses oscuros son inexistentes y, en muchos casos, la excusa para no vacunar a un niño.


Si tienes dudas sobre las vacunas de tus hijos o sobre las vacunas en general te recomendamos la página del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, puedes entrar en este link.

¿Debería poner a mi hijo la vacuna del Meningococo B?

Ya hablamos en este blog de la vacuna del rotavirus y quedó pendiente hacer una entrada sobre la vacuna del meningococo B (coloquialmente llamada vacuna «de la meningitis»). El motivo de haber hablado de estas dos vacunas es que pese a no estar financiadas por el Sistema Nacional de Salud existe una recomendación por parte de la Asociación Española de Pediatría para incluirlas en el calendario vacunal. Esto provoca que actualmente en España los padres que quieran vacunar a sus hijos frente a estas infecciones tengan que cubrir los gastos comprándola en farmacias.

Con el post de hoy queremos explicaros por qué esta vacuna está recomendada y de qué protege en caso de que vacunemos a nuestros hijos, pero empecemos por el principio.

¿Quién es el meningococo B?

El meningococo es una bacteria que causa infecciones poco frecuentes pero muy graves como son la sepsis (infección de la sangre) y meningitis. Debido a la gravedad de estas enfermedades, el niño que las padece puede presentar secuelas graves e incluso morir a causa de la infección. El tratamiento de ellas se realiza con antibiótico pero en ocasiones la infección avanza más rápido que el tratamiento sin que los médicos podamos hacer nada para prevenir las graves consecuencias de esta enfermedad.

El nombre «técnico» de esta bacteria es Neiseria meningitidis de la que existen varios subtipos (los médicos nos referimos a ellas como serogrupos). Entre ellos destaca el tipo B ya que es el más frecuente actualmente en España. Esto se debe a que en la actualidad existe una vacuna contra el serogrupo C (que antes era el más frecuente), incluido de rutina en calendario vacunal y financiado por el Sistema Nacional de Salud.

El meningococo B es endémico en España, es decir, se mantiene constante el número de casos lo que hace que sea previsible saber cuánta gente va a haber enferma a lo largo del año. Esto lo diferencia del resto de meningococos, los cuales suelen causar epidemias, apareciendo brotes de muchos casos de la enfermedad sin que se pueda llegar a preveer.

¿Cómo se contagia?

Esta bacteria se encuentra en la nariz y la garganta, sobretodo de los adolescentes, y en la mayoría de los casos no produce síntomas. Son conocidos como portadores de la bacteria y representan el reservorio natural. Desde estas personas portadoras, podemos contagiarnos y desarrollar la enfermedad, siendo lo niños más pequeños en los que ocurre con más frecuencia. 

La causa de por qué en unas personas produce síntomas y en otras no, todavía no está clara. Existen personas en las que las defensas de su cuerpo no son capaces de mantener a raya al meningococo con el que accidentalmente pudieran entrar en contacto y es en ellas en las que se produce la infección y el desarrollo de la «enfermedad meningocócica» propiamente dicha. Sin embargo, la mayoría de las veces que alguien padece una enfermedad por meningococo no existe una causa que lo justifique.

Debido a esta «lotería» y a que la infección puede ser muy grave la estrategia más adecuada para prevenirla es vacunarnos contra ella.

¿Qué vacunas existen contra el meningoco B?

Por el momento solo está comercializada una vacuna contra esta infección que pueda ponerse a cualquier edad y se llama Bexsero®. Puede parecer una vacuna «nueva», pero la realidad es que lleva en el mercado más de 5 años a nivel Europeo (autorización para su comercialización en noviembre de 2012) y en España desde 2014.

El precio de la dosis en España ronda los 100€ lo que hace que la pauta de vacunación por niño varíe entre 200€ y 400€ en función del número de dosis que haya que administrarle.

Con fecha de 31 de enero de 2018 el Ministerio de Sanidad ha autorizado otra vacuna que vendría a hacer la competencia al Bexsero®. Su nombre es Trumenba® y solo se puede administrar a los mayores de 10 años y ya está disponible en farmacias. Esperamos que gracias a la competencia entre ellas, el precio global de vacunación baje.

¿Es segura la vacuna?

Antes de la comercialización de una vacuna se requiere de un proceso de investigación en el que se demuestre por un lado que no produce efectos secundarios importantes y por otro que realmente sea eficaz contra la infección contra la que va dirigida. Esta vacuna, al igual que todas las que están en el mercado, ha superado todos esos estudios y pasos previos por lo que podéis estar tranquilos si decidís vacunar a vuestros hijos.

De hecho, ya son varios los países que han incluido esta vacuna en su calendario oficial financiado y se administra de forma gratuita a toda la población de Reino Unido, República Checa, Australia, Francia o algunas regiones de Alemania.

¿Quién debería vacunarse?

La vacuna contra el meningococo B se puede poner desde los 2 meses de vida en adelante, incluidos los adultos. Parece razonable que si las infecciones por meningococo B se producen sobretodo en niños, sean éstos el objetivo principal de vacunación. Con esta estrategia se conseguirían dos cosas: por un lado proteger a los niños que más la sufren pero también disminuir el número de personas que son reservorio de la bacteria.

En este sentido, la Asociación Española de Pediatría a través del Comité Asesor de Vacunas (CAV) propone la inclusión de esta vacuna en su calendario para todos los niños desde los 2 meses de vida. Esta recomendación aparece como novedad en el calendario vacunal de este año 2018.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

No difieren gran cosa respecto a los de otras vacunas, sobretodo fiebre y dolor/enrojecimiento en el área de administración de la vacuna. Estos contratiempos pueden tratarse con paracetamol como se hace con otras reacciones vacunales.

Es cierto que al administrarla junto a otras vacunas la reactogenicidad puede ser mayo (es decir, que den más fiebre), pero nada que no se pueda solucionar con un pco de paracetamol en 24-48 horas.

¿Cuál es la pauta de vacunación?

Como ya hemos dicho el número de dosis que debe recibir un niño para inmunizarse varía en función de la edad a la que se inicia la vacunación:

  • Menores de 6 meses de vida: deben recibir 2 dosis con un esquema de administración con 2 dosis separadas 2 meses entre ellas y un recuerdo durante el segundo año de vida (en general entre los 12 y 15 meses de vida).
  • Niños de 6 meses a los 2 años de vida: esquema similar pero con 3 dosis, dos primeras separadas 2 meses y un recuerdo en el segundo año de vida.
  • De los 2 años a los 10 años: 2 dosis separadas al menos 2 meses.
  • Niños (y adultos) mayores de 11 años: 2 dosis separadas al menos un mes.

En enero de 2021 el CAV publica una nueva actualización de sus recomendaciones del calendario vacúnale en el que el esquema de vacunación frente a a MenB sería con dos dosis a los 2 y 4 meses (junto al resto de vacunas sistemáticas) y un recuerdo entre los 12 y meses.

Existen muy pocas contraindicaciones para adminsitrarla, sobre todo alergias a los componentes de la vacuna.

La pregunta del millón, ¿debería entonces vacunar a mi hijo?

Después de haber leído todo lo anterior esperamos que hayas entendido el por qué de lo recomendable que es vacunar a tus hijos contra el meningococo B. Es verdad que es una enfermedad poco frecuente (en España durante la temporada 2016/2017 hubo un total de 58 casos declarados) pero que puede tener consecuencias devastadoras (de esos 58 fallecieron 4, lo que representa un 7% de mortalidad, que en medicina es muchísimo).

A todo esto se añade el hecho de que a pesar de existir una recomendación oficial por parte del Comité Asesor de Vacunas son los padres los que deben financiar las vacunas. Los pediatras entendemos que a muchos padres les parezca una exageración que haya que pagar tanto dinero y que no entiendan por qué el gobierno del país no decide financiarla, pero las recomendaciones médicas se hacen en base a las necesidades de salud de los niños y luego son los políticos los que deciden si destinan dinero para subvencionarlas o no. Ya pasó algo parecido hace unos años con otras vacunas (la del neumococo y la varicela). Cuando se empezaron a comercializar en España eran los padres los que asumían el desembolso económico, pero con el tiempo han sido incluídas en el calendario oficial financiado y todos los niños que las reciben en España lo pueden hacer sin coste extra alguno. Esperamos que en poco tiempo ocurra lo mismo y esta vacuna sea incluida en el grupo de las financiadas.


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  • Desde la página web de El Corte Inglés: LINK.

Si quieres leer más sobre la vacuna del meningococo B puedes visitar la página del Comité Asesor de Vacunas de la AEP en este Link.

NOTA: Dos Pediatras en Casa no ha recibido ninguna financiación ni ninguna gratificación por hacer este post. Si hemos decidido escribir sobre esta vacuna es porque estamos convencidos de que las vacunas mejoran la salud de los niños.

El copyrigth de la imagen de cabecera pertenece a Sandra Donoso a través de una licencia CC BY-NC-ND 2.0.

¿Debería poner a mi hijo la vacuna del rotavirus?

Todos los años el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría emite un informe en el que se dan una serie de recomendaciones respecto a qué vacunas deberían recibir los niños. Con estas recomendaciones se elabora un calendario vacunal como pauta de vacunación en la infancia.

Una de las vacunas recomendadas es la del rotavirus. En el post de hoy te explicamos por qué deberías vacunar a tus hijos ya que por desgracia esta vacuna, pese a existir una recomendación, no se financia actualmente en España por el Sistema Nacional de Salud lo que implica que son los padres los que deben afrontar el gasto.

¿Qué provoca el rotavirus?

El rotavirus es un microorganismo que da lugar a una gastroenteritis (diarrea) sobre todo en los niños que acuden a la guardería. En general, todos los niños pasados los dos años están inmunizados porque han entrado en contacto con el virus de una forma u otra.

Su trasmisión, como en la mayoría de las infecciones que dan lugar a gastroenteritis, es facal-oral, es decir, a través del contacto con las heces de los niños que la padecen.

Sin embargo, la gastroenteritis por rotavirus no es una gastroenteritis cualquiera siendo la primera causa de ingreso por este motivo en nuestro entorno ya que suele dar lugar a deshidratación. En los paises desarrollados esto se solucionaría con un suero intravenoso, mientras que en los países en subdesarrollados puede llegar a causar la muerte del niño.

¿Por qué es recomendable la vacuna?

Teniendo en cuenta que el rotavirus da lugar a la gastroenteritis más grave que puede tener un niño se entiende que la vacunación para esta infección esté recomendada. En nuestro país la inmunización de estos niños evitará hospitalizaciones  lo que conllevaría también pérdidas de jornadas de trabajo de sus padres.

¿Cuáles son las vacunas que existen en España?

 Actualmente en nuestro país existen dos vacunas comercializadas que se llaman Rotateq® y Rotarix®. Ninguna de las dos está financiadas por el Sistema Nacional de Salud por lo que son los padres los que tienen que comprarla en una farmacia y conservarla en nevara hasta el día de su administración.

La vacuna Rotateq® consiste en 3 dosis mientras que Rotarix® son 2. El precio de la pauta completa de vacunación de ambas es similar.

¿Cuándo debo vacunar a mi hijo frente al rotavirus?

Los padres que decidan vacunar a sus hijos deben saber que la pauta de vacunación comienza después de la semana 6 pero no mas tarde de las 12 semanas de vida. Más tarde de estos 3 meses ya no se puede vacunar del rotavirus por lo que debe decidirse pronto.

Las dosis de deben espaciarse al menos un mes pero además la pauta de vacunación debe haberse terminado antes de la semana 24 en el caso del Rotarix® (antes de los 6 meses) y de la semana 32 en el del Rotateq® (antes de los 8 meses).

¿Como es la vacuna del Rotavirus?

A diferencia de las vacunas que habitualmente se ponen, esta vacuna no es pinchada sino que se da bebida (vía oral). Se recomienda que sea una enfermera o un médico entrenado el que la administre al niño ya que en el caso de que la vomitara sería como si no se hubiera administrado.

¿La vacuna es segura?, ¿tiene efectos secundarios?

Para que una vacuna este comercializada debe haber pasado una serie de controles sanitarios que garanticen la seguridad de éstas y las vacunas del rotavirus no son diferentes. Antes de su aprobación la vacuna del rotavirus se sometió a varios ensayos clínicos con miles de pacientes en los que se comprobó la seguridad de las mismas.

Sin embargo, pueden dar lugar a efectos secundarios leves como un diarrea leve, vómitos y fiebre. Ninguno de ellos de la suficiente entidad como para que no se recomiende su uso.

¿Existe alguna contraindicación?

Esta vacuna no debe ser administrada en caso de anafilaxia a alguno de sus componente. Tampoco en aquellos niños con antecedente de invaginación intestinal ni tampoco en niños con inmunodeficiencias graves.


Si queires saber más puedes visitar la página del Comité Asesor de Vacunas en este Link.

NOTA: Dos Pediatras en Casa no ha recibido ninguna financiación ni ninguna gratificación por hacer este post. Si hemos decidido escribir sobre esta vacuna es porque estamos convencidos de que las vacunas mejoran la salud de los niños.