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¿Estará sordo mi bebé?, la prueba de los oídos del recién nacido

En este blog ya os hemos hablado de las pruebas del talón, uno de los procedimientos que se realizan en los recién nacido cuando nacen para descartar una serie de enfermedades. La que nos ocupa hoy y a la que vamos a dedicar este post es al cribado auditivo neonatal, prueba diseñada para detectar a aquellos bebés que no oyen.

Según datos de la Asociación Española de Pediatría, 5 de cada 1.000 recién nacidos vivos presenta algún grado de sordera, estando el 80% de los casos presente al nacimiento.

Un niño que no oye es incapaz de aprender a hablar, por ello, la detección precoz de esos niños es fundamental para poder llevar a cabo las pruebas diagnósticas y el tratamiento adecuado que permita que en un futuro desarrollen una adecuada comunicación oral adecuada.

Para dar respuesta a esta necesidad, desde hace ya muchos años, se realiza una prueba mientras los niños están ingresados en el hospital para detectar aquellos que no oyen y derivarles al otorrinolaringólogo.

¿En qué consiste la prueba?

Como ya hemos dicho, lo habitual es que el cribado auditivo se realice durante esas 48-72 horas en las que bebé y mamá están ingresados en el hospital. Si por cualquier motivo no se pudiera hacer durante el ingreso, debería realizarse al menos antes del mes de vida del crío.

En la actualidad, la gran mayoría de las maternidades utilizan como prueba de cribado los potenciales auditivos evocados del tronco cerebral automatizados (PAETC-a). Esta prueba evalúa que el sonido que emiten unos «auriculares» que se colocan al recién nacido es registrada por el tronco cerebral, y por tanto se da por hecho que cualquier sonido que pudiera escuchar el recién nacido es registrado por el cerebro.

Esta prueba tiene una gran fiabilidad y se considera que no hay «falsos positivos», es decir, que si vuestro hijo supera la prueba, podéis estar tranquilos porque vuestro hijo oye.

Los PAETC-a es una prueba sencilla, que no causa dolor ni ningún otro efecto en el recién nacido. Para realizarla, el personal encargado colocará unos «auriculares» al recién nacido en las orejas y una serie de cables y pegatinas (en el hombro, la espalda y la frente) para registrar esa actividad que os mencionábamos.

En estas imágenes de arriba podéis observar como es la maquina que se utiliza para hacer la prueba. Tanto las pegatinas como los «auriculares» son desechables y no se reutilizan para otros niños.

Interpretación de resultados

Esta prueba solo nos informa de si el sonido que emiten los «auriculares» llega al cerebro. Por eso, el resultado de la prueba es «PASA» o «NO PASA». Con alguna de las máquinas empleadas puede que el resultado se exponga como «OK» o «DERIVAR». En este caso, OK sería que pasa la prueba y DERIVAR que no la pasa.

¿Pero qué significan realmente estos resultados? Cuando una prueba PASA (o sale OK) significa que el niño oye, y por tanto no hay que hacer más pruebas debido a la gran fiabilidad de la prueba.

Pero lo que realmente preocupa a los padres es cuando la prueba NO PASA o sale a derivar. Esto significa que la maquina no ha conseguido detectar en el cerebro el sonido que emiten los «auriculares». Pero ojo, esto no quiere decir que el niño sea sordo. Hay muchas circunstancias en las que el resultado de la prueba puede salir alterado pero por otras circunstancias distintas a que el niño no oiga, por ejemplo, cuando todavía queda algo de líquido amniótico en el oído o simplemente porque haya mucho ruido ambiental que no permite hacer la prueba correctamente.

En estos casos la prueba se suele repetir al día siguiente antes de que el bebé se vaya de alta y en el caso de que persista alterada se le remite a consulta para repetirla.

Segunda fase del cribado auditivo

A aquellos niños en los que la prueba ha salido alterada se les remite a la consulta del otorrino. El tiempo para hacerlo no debe superar los tres meses de vida. Con esto queremos decir que no hace falta ir corriendo a la semana siguiente del alta a repetir la prueba.

La gran mayoría de esos niños que tiene la prueba alterada al nacer, cuando se repite al mes o dos meses de vida suele ser normal. Con esto finaliza en ellos el cribado auditivo porque se considera que oyen con normalidad y en ellos no hay que hacer más pruebas.

En el caso de que la prueba vuelva a fallar entrarían en una tercera fase para confirmar el diagnóstico con otro tipo de pruebas más específicas y poder hacer una clasificación del tipo de sordera, que al fin y al cabo es lo que va a permitir poner un tratamiento u otro.

Niños con factores de riesgo

Existe un pequeño grupo de niños que, a pesar de haber tenido una prueba de cribado auditivo normal, se recomienda que se les repita el cribado antes de los tres meses de vida por existir una serie de factores de riesgo de que desarrollen lo que se llama «hipoacusia tardía». Estos factores de riesgo son

  • Antecedentes de hipoxia perinatal.
  • Antecedentes familiares de sordera neurosensorial o de causa no filiada.
  • Síndromes asociados a hipoacusia.
  • Infecciones del grupo TORCH durante el embarazo.

En este link podeis encontrar el documento informativo para padres que entrega la Comunidad de Madrid sobre el Cribado Auditivo cuando nace un niño.

Y en este otro link podéis acceder a la página de la CODEPEH, de la Confederación Española de Familias de Personas Sordas.

El copyright de las fotos empleadas en este post pertenece a Dos Pediatras en Casa y no se permite su reproducción.

¿Influyen mis emociones al bebé durante el embarazo?

No es raro escuchar en boca de mucha gente frases como «habla con tu bebé, aunque esté dentro de la tripa de escucha» o «tu estado emocional durante el embarazo puede influir en el desarrollo de tu hijo». pero, ¿cuánto de cierto hay en ellas?.

Estas afirmaciones podrían tener sentido ya que el feto se trata de un ser vivo en formación con la capacidad de sentir y percibir ciertos estímulos incluso semanas antes del nacimiento. No en vano, los recién nacidos prematuros sienten dolor cuando se les extrae una analítica o se tranquilizan al hacer canguro con sus padres aunque hubieran nacido varios meses antes de lo que les tocaba. Esto pone de manifiesto que los fetos perciben de alguna forma los estímulos que reciben dentro del vientre de sus madres.

Pero no solo son sensibles a estímulos como un sonido fuerte o un golpecito en la tripa. Todo lo que les rodea dentro de útero materno es capaz de dar lugar a un cambio en el futuro ser. En esta línea podemos leer en la web de la Asociación Española de Psicología Perinatal que «todo lo que ocurre en el embarazo, parto y postparto influye en la vida de las personas», debido a la adaptabilidad que presenta el cerebro a los cambios en el entorno que les rodea, incluso desde antes del nacimiento.

Desde hace ya muchos años existe un gran interés en estudiar el desarrollo humano invirtiéndose en él grandes esfuerzos científicos. Con ello, se busca fomentar una buena salud, además de prevenir la enfermedad, tanto en el ámbito de la medicina como en el de la psicología. En este último, ha sido hace pocos años cuando los estudios han ampliado su foco de observación y análisis a cómo la predisposición genética de cada uno se ve afectados por factores ambientales antes del nacimiento. En este contexto surge la llamada psicología gestacional y perinatal, aquella que se interesa por todos los aspectos psicoafectivos relacionados con la concepción, el embarazo, el parto, el postparto y la crianza temprana.

A nosotros, tanto como padres como pediatras que estamos frecuentemente en contacto con futuras madres, este tema siempre nos ha resultado muy interesante. Pero como sabéis, no nos gusta escribir o publicar en este blog temas en los que no somos especialistas y carecemos de las herramientas para poder hacer una búsqueda de información en condiciones. Por fortuna, la hermana de Elena, Cristina Blanco Iglesias, es psicóloga y se ofreció a preparar un texto para conocer cuánto de cierto hay en eso de «mi bebé me siente desde antes de nacer» y cómo pueden influir las emociones en la relación de una madre embarazada con su futuro niño. Esperamos que os guste.


El embarazo, punto de partida en la relación madre-hijo

El embarazo es el punto de partida de un proceso de adaptación psicológica y emocional en el que las personas comienzan la construcción de una nueva identidad, como futuras madres o futuros padres. Son 9 meses en los que imaginan, reflexionan, se proyectan diciendo y haciendo, cambian actitudes… Y con una naturalidad que, a veces, queda inadvertida, también experimentan cambios en sus emociones. Sienten alegría, miedo, ilusión, preocupación, amor, desconcierto -entre otras muchas cosas- de una forma nueva y en relación con un futuro ser que, sin conocerlo, ya forma parte de sus vidas.

La idea de que la mente y el cuerpo están conectados -y que el equilibrio entre ambas partes es fundamental- ha de estar especialmente presente durante todo el embarazo. Si la madre se siente bien, es decir, si su estado físico y mental es bueno, sus relaciones son positivas y su entorno resulta favorable, es fácil deducir que el feto se verá favorecido por ello.

Por ello, se recomienda que durante el embarazo se preste una atención especial a cuestiones tan importantes como la alimentación, la actividad física y el descanso. Asimismo, cada vez es más frecuente que estas recomendaciones vayan acompañadas de un cuidado del estado emocional de las futuras mamás, y de un control de su nivel de activación, de tal manera que se reduzcan al máximo las situaciones estresantes.

El estrés materno influye en el feto

Cuando las personas nos vemos ante situaciones que sentimos que nos sobrepasan -a nivel físico, emocional, o ambas- nuestro cuerpo libera entre otras una sustancia llamada cortisol. Esta sustancia es conocida como la hormona del estrés y su función es llevar al cuerpo a un estado de activación que nos ayude a enfrentarnos a esas situaciones estresantes. Sin embargo, es sabido que unos niveles en sangre demasiado altos de esta hormona, o durante periodos prolongados, puede llegar a ser nociva para el organismo que lo produce.

Vivette Glover es una reputada psicobióloga perinatal, una de las más importantes investigadoras contemporáneas en este campo. Tras diversos estudios científicos, afirma de manera sólida que “el modo en que un feto se desarrolla en el útero afecta al futuro niño durante toda la vida».  Uno de los pilares sobre los que se sustenta esta afirmación son sus investigaciones sobre los niveles de cortisol maternos, producidos en respuesta al estado emocional y físico de la madre durante el embarazo. En sus estudios ha llegado a asociar los niveles de cortisol presentes en la placenta con alteraciones en la capacidad de aprendizaje durante la infancia junto a otras dificultades y trastornos psicoafectivos (link), extendiendo también la asociación a la relación de apego entre la madre y su bebé (link). Esta experta tiene frases tan contundentes como que «se ha visto que cuanto más alto es el nivel de cortisol en el líquido amniótico que rodea al bebé, más bajo es el coeficiente intelectual del futuro niño. Es una prueba de que los niveles altos de cortisol afectan al cerebro en formación y, por ende, a la capacidad de aprendizaje».

Un campo todavía por explorar

Hoy por hoy, se siguen llevando a cabo investigaciones que puedan determinar de qué manera y en qué medida esto ocurre.

Un ejemplo de ello es el estudio de la relación de pareja y el impacto que tiene ésta para el feto durante el periodo gestacional (link). En este sentido se ha demostrado que el apoyo paterno durante el embarazo –o falta de él- influye directamente en el bienestar físico y mental de la madre, y por tanto en el del futuro bebé.

En este sentido se están desarrollando multitud de estudios que buscan asociar una situación concreta que ocurre durante el embarazo con posibles alteraciones en el futuro bebé. Ejemplos de ello serían la forma y el estrés en la que el parto se produce (link) o los efectos del estrés derivado de la dedicación laboral de las mujeres profesionales embarazadas (link, link, link). La Dra. Glover apunta a la necesidad de continuar investigando para permitir elevar conclusiones suficientemente contrastadas, de manera que sean tenidas en cuenta a la hora de diseñar e implementar procedimientos y protocolos de atención integral a las mujeres y sus bebés durante el embarazo.

¿Y qué podemos hacer nosotras que estamos embarazadas?

Seguro que habéis escuchado en varias ocasiones que ponerle música al feto es bueno; hay estudios que así lo apuntan (link). ¿Pero habéis pensado alguna vez que besar y abrazar la barriga de la madre también puede serlo?

En este sentido, la Vivette Glover ha llegado a afirmar que «hoy en día existen muchas pruebas, muchas investigaciones que demuestran que el modo en que el bebé se desarrolla en el útero afecta al niño durante toda la vida. Y la manera en que el bebé se desarrolla en éste depende del estado de la madre, de su alimentación y de sus emociones» y que » la ansiedad sufrida durante el embarazo duplica el riesgo de que el niño padezca ansiedad o trastornos de conducta durante la infancia».

Somos muchos los profesionales de la psicología que pensamos que el estrés puede llegar a tener un efecto negativo sobre el desarrollo neurológico del feto. Si por el contrario, le exponemos a estados relajados y a emociones positivas muy probablemente podremos evitarlo. Es una más de esas pequeñas acciones que madres y padres podéis llevar a cabo antes del nacimiento de vuestras hijos, que además de generar bienestar, contribuirá a construir los cimientos de una relación positiva entre vosotros.

«Hablad y acariciad a vuestros hijos con amor y tranquilidad, incluso antes del nacimiento»

Si os ha interesado este tema, os recomendamos ver la entrevista llevada a cabo por Eduardo Punset a Vivette Glover, en el programa REDES (2012).


Tambien podeis consutlar los siguientes recuersos:

Consejos sobre Lactancia Materna: el calostro

Tras es el nacimiento de un hijo, las madres que han decidido dar el pecho experimentan unos cambios hormonales que permiten que se establezca la lactancia materna. Para ello, debe desaparecer la progesterona de la sangre (hormona que producía la placenta durante el embarazo), permitiendo entonces que la prolactina (la hormona de la lactancia) de la orden a la glándula mamaria para que produzca leche.

Ese momento se conoce como subida de la leche (o bajada, según el lugar del mundo donde nos leáis) y ocurre de media entre las 48-72 horas tras un parto vaginal. En caso de una cesárea puede ocurrir un poco más tarde.

Durante esos 2-3 primeros días en los que la producción de leche se pone en marcha, el bebé se alimenta de calostro, una sustancia que por sus características especiales merece que le dediquemos un post entero dentro de nuestra sección Consejos sobre Lactancia Materna.

¿Qué es el calostro?

El calostro es la primera «leche» que produce el pecho hasta que acontece la subida. Es una sustancia espesa y amarillenta. Durante estos primeros días, en espera de que la madre comience con la producción de leche madura, el bebé se alimentará de esta sustancia.

Características especiales

Esta leche especial se diferencia de la leche madura, no solo en que el calostro se produce en pequeñas cantidades, sino también en su composición.

Posee una gran cantidad de proteínas, vitaminas e inmunoglobulinas respecto a la leche que posteriormente producirá la mamá, a pesar de su pequeño volumen.

Las inmunoglobulinas son un tipo de moléculas que nos defienden contra las infecciones y juegan un papel muy importante en la inmunidad de los recién nacidos dada la poca madurez que presentan durante los primeros meses de vida. Debido a esta característica, el calostro se conoce como «la primera vacuna».

Otro de los papeles importantes del calostro es el efecto laxante que posee. Gracias a él, el intestino del recién nacido se pone en marcha después de llevar «parado» varios meses dentro del útero materno permitiendo la expulsión de las primeras deposiciones del niño (meconio).

¿Pero será suficiente?

Como ya hemos dicho, la madre produce poca cantidad de calostro. Sin embargo, es el volumen adecuado para amamantar a un recién nacido durante los primeros días de vida.

Recordad que el estómago de un recién nacido es del tamaño de una canica y con el paso de los días se va haciendo más grande. El pequeño volumen del calostro se adapta perfectamente a ese pequeño estómago que tiene vuestro hijo en el momento de nacer.

Para que no se produzca una perdida de peso excesiva hasta que a la madre le suba la leche, es importante que las tomas sean frecuentes, al menos 10-12 al día.

¿Puedo guardar el calostro para más adelante?

Si tienes un hijo sano, lo que debes hacer es amamantarle desde el nacimiento. No tiene sentido guardar calostro para más adelante.

Sin embargo, los recién nacidos que requieren ingreso al nacer por alguna enfermedad no suelen comer durante las primeras horas/días de vida. En este caso podrías extraerte el calostro y guardarlo en una jeringa para más adelante.

Recuerda que el calostro puede conservarse a temperatura ambiente (27-32ºC) unas 12 horas, en nevera 6 días, en congelador pequeño 2 semanas, en cogelador Combi 6 meses y en congelador indutrial (-20ºC) hasta 12 meses.


En resumen, el calostro es la leche que ha diseñado la naturaleza para los primeros días de vida y permite que el recién nacido realice una adaptación a la vida extrauterina de manera adecuada.

El copyright de la imagen de cabecera de este post pertenece a danielpeinado.photo bajo una licencia CC BY 2.0.

La prueba del talón

Tras el nacimiento de un recién nacido, durante el ingreso en el hospital, se llevan a cabo una serie de pruebas que tratan de detectar enfermedades que podrían condicionar la salud del niño tanto a corto como a largo plazo. De esta forma se continúa con el trabajo que realizaron los ginecólogos durante el embarazo en busca de posibles alteraciones en el futuro bebé.

Sin embargo, ciertas alteraciones no son detectables dentro de la tripa de las futuras mamás y requieren del estudio en el niño una vez que ha nacido. Por ejemplo, un pediatra debe explorar a todo recién nacido tras las primeras horas de vida para confirmar que la adaptación a la vida extrauterina ha sido adecuada y no presenta ninguna alteración física destacable. Dentro de estas medidas preventivas, también se administra vitamina K para prevenir la enfermedad hemorrágica del recién nacido y una pomada ocular con antibiótico para prevenir la conjuntivitis neonatal.

Entre esas acciones que buscan la detección precoz de enfermedades, dos de ellas tiene especial importancia y se conocen como pruebas de screening. Por un lado, el cribado auditivo neonatal, que permitirá saber si el recién nacido presenta algún tipo de sordera, y por otro, el cribado neonatal para enfermedades endrocrino-metabólicas, que comúnmente se conocen como Prueba del talón. En este post hablaremos de esta última.

¿Qué tipo de enfermedades busca esta prueba?

La prueba del talón es una prueba de screening, es decir, trata de encontrar en un grupo de niños aparentemente sanos, algunos que podrían tener una enfermedad en concreto. Esta prueba no busca todas las enfermedades conocidas, solo unas cuántas (bastantes) pero que deben cumplir una serie de requisitos:

  • Debe ser una enfermedad que si no se detecta a tiempo puede causar la muerte o graves lesiones físicas y/o mentales de la que se conoce la evolución esperada sin tratamiento. Debe existir un periodo de latencia entre el nacimiento y el desarrollo de síntomas.
  • El diagnóstico precoz de la enfermedad debe ser coste/efectivo, es decir, que sea más rentable la prueba de cribado y las intervenciones derivadas que esperar a que el paciente tenga síntomas.
  • La prueba de cribado debe ser simple, segura, valida, fiable y eficiente. Además, debe ser aceptada por la población diana.
  • Debe existir un tratamiento curativo, al menos parcialmente, asequible y fácil de aplicar que realmente merezca la pena aplicar antes de que el niño presente síntomas.
  • La enfermedad debe ser relativamente frecuente (al menos 1 entre cada 15.000 recién nacidos) y la prueba debe aplicarse al mayor número de recién nacidos posible, idealmente a todos para que el programa sea realmente eficaz.

En resumen, son enfermedades que al nacer el niño no se pueden diagnosticar hasta pasado un tiempo (a veces días, otras veces años…) pero que con una intervención y/o tratamiento precoz antes de que produzcan síntomas se puede cambiar de forma muy importante el pronóstico de dicha enfermedad.

¿Qué enfermedades concretas detecta?

Desde el inicio de este programa de cribado, el numero de enfermedades que detecta la prueba ha ido creciendo. Desde el año 2013, en todas las comunidades autónomas se debe realizar el diagnóstico de al menos siete:

  • Hipotiroidismo congénito
  • Fenilcetonuria
  • Fibrosis quística
  • Deficiencia de acil coenzima A deshidrogenada de cadena media (MCADD)
  • Deficiencia de 3-hidroxi acil-CoA deshidrogenasa de cadena larga (LCHADD)
  • Acidemia glutárica tipo I (GA-I)
  • Anemia falciforme.

Sin embargo, dependiendo de la comunidad autónoma donde vivas, puede que en tu hijo se realice el cribado de más enfermedades, por ejemplo en Madrid se detectan diecinueve.

Estas fotos de arriba corresponden a los cartones de recogida de muestras de la Comunidad de Madrid.

¿En qué consiste la prueba?

Si coloquialmente se la llama «prueba del talón» por algo será, ¿no?.

Esta prueba utiliza una pequeña muestra de sangre extraída tras una incisión con una lanceta en el talón para detectar la presencia en sangre de un marcador de las enfermedades antes mencionadas en un laboratorio especializado.

Para ello, se depositan en un papel absorbente unas pocas gotas de sangre que se remitirá al laboratorio antes mencionado. El talón no debe apoyar en el cartón y la gota de sangre debe caer sobre el mismo. La toma de la muestra se realiza a las 48 horas de vida del recién nacido. Recordad que es muy importante que rellenéis bien los datos en el cartón para luego poder recibir los resultados.

En esta secuencia de imágenes podéis ver cómo es el procedimiento completo.

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Es importante que la prueba se intente realizar mientras el niño está enganchado al pecho de la madre ya que le sirve como analgesia y no suele quejarse en exceso. En caso de niños que no reciban lactancia materna, se les puede ofrecer la succión no nutritiva de un chupete.

Para aquellos que estéis preocupados por la pruebas, tenéis que saber que se realiza a millones de niños en todo el mundo a diario sin que presente grandes complicaciones.

En las siguientes fotos puede verse el aspecto del cartón con la sangre una vez impregnada.

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¿Cómo reciben los padres los resultados?

Como hemos dicho, los laboratorios especializados realizan el estudio de las muestras enviadas. En le caso de que el resultado sea normal, se envía a los padres por correo ordinario el resultado de los análisis.

En el caso de que se detecte alguna alteración, en la gran mayoría de los casos no significa que el niño tenga la enfermedad en concreto, sino que se necesitan más pruebas para establecer el diagnóstico definitivo. En estos casos, el laboratorio contactará por vía telefónica con los padres para indicarles a dónde acudir para la extracción de una nueva muestra y poder establecer  un diagnóstico definitivo e iniciar un tratamiento precoz. Puede ocurrir que finalmente no se confirme la enfermedad, denominándose entonces como un «falso positivo».

En el caso de que la muestra fuera insuficiente para su análisis o los resultados iniciales fueran dudosos, también se informaría a los padres para una nueva extracción.

Supuestamente no existen «falsos negativos» con este tipo de pruebas, por lo que si recibes la carta y pone que tu hijo no presenta la enfermedad puedes quedarte muy tranquila porque es casi imposible que la prueba falle.

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Ejemplo de pruebas metabólicas normales en la Comunidad de Madrid

Un poquito de historia

Y para acabar, un poco de historia sobre esta prueba y su recorrido con el paso de los años..

El cribado neonatal de las enfermedades endrocrino-metabólicas no es algo nuevo. En nuestro país, en el año 1967, el Doctor en Farmacia Don Federico Mayor Zaragoza inició en Granada lo que en el año 1978 cuajaría en el llamado «Plan Nacional de Prevención de la Subnormalidad Infantil«. Entre las medidas que se proponían figuraba el establecimiento de una red técnica que permitiera la detección precoz de alteraciones metabólicas en el recién nacido. Las primeras enfermedades que se estudiaron fueron la fenilcetonuria y el hipotiroidismo congénito, las cuáles causan retraso mental en los niños, de ahí el nombre que se decidió  para el plan nacional que, a todas luces, hoy en día sería inadmisible.

Sin embargo, el programa tardó en coger marcha por falta de presupuesto. En el año 1982 fueron transferidas las competencias para el desarrollo de dichas medidas a las comunidades autónomas y no fue hasta el año 1990 en que el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud convirtió dicho plan en el «Programa Integrado de Salud Materno-Infantil», como se puede leer en este documento del Ministerio de Sanidad. En dicho documento se establecían las actividades mínimas para la prevención de la minusvalía psíquica, término mucho más adaptado a nuestro tiempo. Entre ellas figura el «diagnóstico precoz de enfermedades hereditarias consistente en la detección, en los primeros días de vida, de alteraciones metabólicas, endocrinas u otras que lleven deterioro somático o psíquico del niño», lo que hoy en día se conoce como «Programas de Cribado Neonatal de Enfermedades Endocrino-Metabólicas», popularmente conocidas como «pruebas del talón» y que persiste como prueba básica en nuestros días,


En resumen, la prueba del talón es una prueba que detecta de manera precoz una serie de enfermedades graves que tratadas a tiempo presentan un mejor pronóstico. Es muy importante que accedáis a que sea realizada en vuestros hijos ya que puede marcar la diferencia entre tener un hijo con una enfermedad grave o un hijo con una enfermedad grave pero con buen pronóstico.

Otros enlaces de interés:

Doce cosas que (quizá) no sabías de los recién nacidos

Los recién nacidos no vienen al mundo con un manual de instrucciones. Ni siquiera con un esquema explicando como «funcionan». En pediatría solemos decir que los niños no son adultos en pequeñito y esta máxima se hace más evidente en los neonatos (niños menores de un mes) debido a las grandes diferencias en su cuerpo y en la forma que tienen de comportarse.

Estas diferencias provocan dudas en los p/madres hasta el punto de hacerles pensar que sus hijos no están sanos. A lo largo de este post descubrirás un montón de cosas sobre los recién nacidos que te permitirán iniciar la p/maternidad desde el conocimiento y la seguridad.

  1. La respiración de los recién nacidos es diferente a la de los niños mayores. A veces tienen un patrón que les hace respirar muy deprisa durante unos segundos para luego realizar una pausa de menos de 10 segundos antes de volver a respirar, dando la sensación de que ésta se entrecorta. Es lo que se conoce como respiración periódica.
  2. Durante el primer día de vida suelen mantenerse en un estado de alerta tranquila debido a la descarga de adrenalina que realizan durante el parto. Posteriormente pasan a un estado de letargia en el que es difícil despertarlos para a los 2-3 días de vida iniciar a una fase más activa.
  3. La cabeza de los recién nacidos es muy grande en comparación con el resto del cuerpo por lo que cubrirla con un gorro durante las primeras 24 horas de vida ayuda a que no se enfríen.
  4. La mayoría de estos bebés hacen su primera micción en las 24 primeras horas de vida, aunque hasta un 30% retrasa el primer pis al segundo día de vida.
  5. Las primeras deposiciones de los bebés se conocen como meconio. Son de aspecto verde muy oscuro (casi negro) y son muy espesas y pegajosas (como la pez). A veces tarden 2-3 días en pasar a hacer deposiciones de aspecto normal.
  6. El cordón umbilical no tiene terminaciones nerviosas. No tengáis miedo de limpiarlo porque no duele.
  7. Todos los recién nacidos pierden peso y se considera normal hasta un 10%. A los 4-5 días de vida suelen comenzar a ganar peso para recuperar el peso inicial a la semana de vida.
  8. Los sentidos que más desarrollados tienen son el olfato y el tacto. Evita usar colonias tanto en él como en la madre. Las manoplas para las manos tampoco ayudan, deja que el bebé toque a su madre. Todo ello mejora el vínculo y el establecimiento de la lactancia materna.
  9. La piel de los recién nacidos suele estar seca y en ocasiones se cuartea. Esto se debe al paso de un medio húmedo (líquido amniótico) dentro de la madre a un medio aéreo en donde vivimos. No es imprescindible el uso de cremas para hidratarla, de hecho no suelen mejorar con ellas en estos primeros días.
  10. Los neoantos tienen el mismo frió y el mismo calor que las personas adultas. Si crees que hace frío, abrígales. Por el contrario, si tienes calor, seguramente a ellos también debas quitarles algo de ropa.
  11. Los recién nacidos solo saben expresarse con el llanto. Es normal que cuando algo no les guste lloren ya sea porque estén incómodos, quieran comer o hayan hecho sus necesidades, entre otras cosas. Si después de atenderles el niño sigue llorando debería ser valorado por un pediatra.
  12. La fiebre no es normal en los neonatos. En caso de que tu bebé tenga fiebre debes acudir al hospital.

Como has podido leer los recién nacidos son diferentes a los bebés mayores que ellos y muy diferentes a los niños que ya caminan. Si crees que algo no cuadra con tu bebé o crees que le pasa algo, lo mejor que puedes hacer es pedir una cita con tu pediatra del Centro de Salud para contarle tus inquietudes. Evita siempre que puedas acudir a las Urgencias del Hospital, allí hay niños enfermos que pueden contagiar a tu hijo, y no es lo mismo un catarro en un niño de 1 año que de 10 días de vida.

El test de APGAR: las notas del bebé en el parto

Muchas madres nos preguntan tras el parto que cuáles han sido las notas del niño al nacer. En ocasiones, cuando los pediatras vamos a ver los recién nacidos por primera vez a la planta, la pregunta suele ser que cuándo se le va a hacer el test de APGAR al niño. Muchos padres desconocen realmente para qué sirve y cuándo se realiza, aunque suelen conocer que refleja qué tal ha tolerado el bebé el parto.

En el post de hoy te contamos todo lo que tienes que saber sobre el test de APGAR para que no te pillen a contra pie en el parto de tus hijos.

¿Quién inventó el test de APGAR?

Pues nada más ni nada menos que la Dra. Virginia Apgar. Sí, sí, una doctora y además corrían los años 50 del siglo pasado.

Sin embargo, la Dra. Apgar no era ni pediatra ni neonatóloga. Era anestesista y estaba muy interesada en poder comparar la tolerancia de los bebés al parto entre diferentes hosptiales. Por eso desarrolló esta escala la cual perdura tras más de 60 años, lo que pone de manifiesto su importancia y validez tras tantos años.

¿Para qué sirve el test de APGAR?

Este test se emplea para la valoración del estado clínico del recién nacido tras el parto y su adaptación a la nueva vida.

Las puntuaciones al minuto de vida reflejan la tolerancia del bebé al hecho de nacer (el parto en si mismo), mientras que el mismo test aplicado a los cinco minutos da información sobre como se ha adaptado el niño al medio ambiente nuevo (diferente al liquido amniótico dentro del útero).

¿Cómo se calcula?

El test de APGAR es un test clínico que se realiza mediante la observación del niño y consta de cinco variables: frecuencia cardiaca, esfuerzo respiratorio/llanto, coloración, tono muscular y reflejos. Dependiendo del estado de cada una de ellas se obtiene una puntuación. En la siguiente tabla te exponemos cómo se calcula.

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Ocasionalmente el test se repite cada 5 minutos en caso de que esté alterado hasta los 20 minutos de vida.

¿Quién lo calcula?

Pese a la creencia popular no tiene por qué realizarlo el pediatra. Basta cualquier personal sanitario que esté lo suficientemente entrenado para realizar una valoración de un recién nacido y que esté presente en el momento del nacimiento. La mayoría de las veces la puntuación del test la dará la/el matron@, ya que ell@s son los que asisten partos normales.

¿Cuándo está alterado?

La puntuaión máxima es 10 puntos, sin embargo se considera normal entre 7 y 10. Puntuaciones entre 4 y 6 reflejan que la adpatación del niño no esta siendo óptima por lo que suelen requerir cuidados por parte del pediatra. Por último, puntaciones inferiores a 3 ponen de manifiesto una situación de emergencia en las que se deben emplear maniobras de reanimación avanzada.

Otro dato que tiene importancia es la evolución del test entre el primer minuto y el quinto minuto, ya que si éste último muestra mejoria respecto al del primero es un buen indicador pronóstico.

¿Qué importancia tiene este test?

Como habrás podido deducir las puntuaciones bajas en el test reflejan que el bebé recién nacido no ha tolerado bien el parto y algo pasa. En estos casos el pediatra debe actuar, en primer lugar realizando una reanimación al niño con la intensidad que requiera la situación y en segundo lugar buscar la causa de qué es lo que ha ocurrido.

Sin embargo, el valor del test nos es un buen indicador a largo plazo de mortalidad ni de evolución posterior. Solo se ha relacionado la posibilidad de daño neurológico grave en niños con puntuaciones entre 0 y 3 a los cinco minutos de vida o en aquellos en los que ha precisado reanimación mas allá de los 10 minutos.


En resumen y como podéis ver no se trata de la nota qué ha sacado el bebé ni mucho menos de su primer examen en la vida. Es una traducción clínica y útil, para todo aquel que sepa interpretarlo, de cómo estaba ese bebé en el momento en que nació.

Estoy embarazada, ¿de qué me vacuno?

Si estás embarazada es porque has decidido traer a este mundo a una nueva personita. Durante los siguientes nueve meses tendrás que extremar tu cuidado personal ya que ahora sois dos los que camináis juntos. Muchas serán las visitas al médico y al ginecólogo, ellos te darán las pautas y consejos a seguir.

Te preguntarás entonces porqué somos los pediatras los que te damos un consejo en el embarazo. Durante la infancia de un niño se administran muchas vacunas, por ello somos nosotros los especialistas en este tipo de prevención de enfermedades.

Durante el embarazo se producen cambios en la inmunidad que pueden dar lugar a enfermedades más graves de lo normal tanto para ti como para tu bebé, por lo que lo ideal es tener el calendario vacunal al día antes de quedarte embarazada. Sin embargo hay ciertas vacunas fuera del calendario habitual que se deben poner expresamente durante el embarazo.

En el post de hoy te explicamos cuáles son estas vacunas y  el motivo por el que son altamente recomendables.

¿Qué vacunas se recomiendan durante el embarazo?

Están indicadas las vacunas de la gripe y de la tosferina de forma universal a todas las embarazadas (a no ser que haya una contraindicación expresa para su administración). Sin embargo el motivo de la vacunación es distinta en cada uno de los casos. En el caso de la gripe es para proteger sobretodo a la madre y en el de la tosferina es para proteger al futuro niño.

Estas dos vacunas están recomendadas en el embarazo por las siguientes sociedades científicas (entre otras muchas): Organización Mundial de la Salud,  Sociedad Española de Obstetricia y Ginecología y la Asociación Española de Pediatría, por lo que no tienes excusas para no ponértelas. Además en España están sufragadas por el Sistema Nacional de Salud a través de las Comunidades Autónomas.

Vacuna de la gripe durante el embarazo

La gripe es una enfermedad provocada por un virus de la que nos podemos proteger mediante una vacuna.

Estar embarazada es un factor de riesgo para padecer una gripe de mayor gravedad por lo que está recomendada la vacunación de todas las embarazadas.El momento para administrarla es durante la campaña de la gripe (normalmente en España en noviembre y diciembre) independientemente del trimestre en el que se encuentre el embarazo. Así de simple.

Además, se ha relacionado la infección por gripe en el primer trimestre con algunas malformaciones en el feto y al final del embarazo con parto prematuro. Por ello si te vacunas estarás protegiendo también al futuro bebé.

Otro hecho importante es que la vacuna de la gripe no se puede administrar a menores de 6 meses de edad. Al vacunar a las futuras mamás se realiza lo que se conoce como «estrategia nido» (vacunación de los convivientes para que no contagien a alguien que no se puede vacunar).

Por último, las personas que convivan con personas con factores de riesgo deben recibir también la vacuna, por ello tanto tus hijos como tu pareja deberían vacunarse si estás embaraza.

La seguridad de está vacuna ha sido probada en múltiples estudios por lo que puedes estar tranquila de que estás haciendo lo mejor por tu hijo.

Vacuna de la tosferina durante el embarazo

El caso de la tosferina es diferente.

La tosferina es una enfermedad provocada por una bacteria que se llama Bordetella pertussis y en general es una enfermedad leve que se cura con antibiótico sin dejar secuelas. Sin embargo, la tosferina puede ser una enfermedad muy grave en niños menores de 4 meses de edad.

Los niños empiezan la vacunación de la tosferina a los 2 meses, por lo que cuando son pequeños están totalmente desprotegidos y pueden infectarse. Es por ello que la vacunación de la embarazada es fundamental para proteger a los niños recién nacidos.

Esta protección se consigue a través de dos mecanismos. El primero con una «estrategia nido» similar a la gripe. El segundo de ellos se basa en la producción de anticuerpos en la embarazada al poner la vacuna, los cuáles pasarán al feto por la placenta y  protegerán al bebé cuando nazca de forma directa durante unos meses impidiendo que se contagie de la tosferina hasta que pueda vacunarse.

Por tanto, y debido a este mecanismo, la recomendación es que la embarazada se vacune de tosferina durante el tercer trimestre del embarazo, entre la 27 y 36 semanas (siendo óptimo entre la 28 y la 32).. Al igual que la vacuna de la gripe su administración es segura durante el embarazo.

Otras vacunas

Hay otras vacunas que se pueden administrar durante el embarazo como son la del tétanos, difteria, hepatitis A y B… Sin embargo estas vacunas se administran solo en casos especiales (falta de inmunización previa, viajes a países donde hay alguna enfermedad,…), por lo que no debes preocuparte por ellas.