Pulpitos de punto y bebés prematuros: una práctica sin evidencia

Una de las cosas en la que más énfasis pones cuando trabajas en una Unidad de Cuidados intensivos Neonatales es en procurar que el ambiente que rodea a un bebé prematuro sea lo menos agresivo para él. Cuando nace un bebé antes de tiempo, sus órganos deben completar su maduración fuera del útero materno, lo que en ocasiones, sobre todo cuando el bebé es un prematuro extremo, conlleva el desarrollo de complicaciones como hemorragias cerebrales, alteraciones respiratorias que dan lugar a la necesidad de oxigeno durante los primeros años de vida o déficit visuales que pueden condicionar ceguera entre otras. Por ello, los pediatras tratamos con tanto mimo a estos niños, para añadir el menor daño posible al hecho de que un niño nazca antes de tiempo.

Sin embargo, a menudo vemos cómo dentro de las incubadoras de estos niños aparecen objetos de toda índole, desde estampitas de la Virgen de los Desamparados hasta la pata de conejo de la familia que dicen que da suerte. Bueno, quizá esto último sea una exageración, pero de un tiempo a esta parte las Unidades Neonatales de todo el mundo se han visto invadidas por unos pulpitos de ganchillo (o crochet, por su nombre en francés) que prometen ser el salvavidas de los niños prematuros mientras dure su ingreso hospitalario.

A día de hoy, ningún estudio científico ha demostrado las maravillas de estos pulpitos, de hecho, muchos son los neonatólogos que dudan de que sean seguros. Pero para entender de dónde viene esta moda y qué implicaciones tiene, vayamos poco a poco.

La historia de los pulpitos de punto

Todo comienza a finales de 2012 en Dinamarca. Al cabo de unos días del nacimiento de un bebé prematuro, su padre aparece en la Unidad Neonatal con un pulpito de punto. Con la connivencia de los médicos de la unidad, ese pulpito acaba dentro de la incubadora de su hija en un intento de hacer más llevadero el ingreso a la pequeña.

Según cuentan, la niña se aferraba a los tentáculos del pulpito lo que hacía que se arrancara en menos ocasiones los tubos que le permitían seguir respirando o alimentarse, así como los cables que cubrían su cuerpo y la mantenían conectada a un monitor. Pero además, el estar acompañada de ese pulpito, la niña parecía estar más tranquila y calmada.

La persona que tejió ese primer pulpito de forma altruista se llama Josefine Hagen Solgaard y es la fundadora del The Danish Octo Projet. Tras esa primera experiencia, no dudó ni un instante en seguir tejiendo pulpitos para poder «ayudar» a otros bebés prematuros. Según se puede leer en la página web de este proyecto, en Dinamarca ya han entregado más de 34.000 pulpitos sin coste alguno para los bebés que los recibieron o sus familias, ya que esta iniciativa depende de una organización sin ánimo de lucro.

Crochet Octopus for preemies and babies

Como os podéis imaginar, no tardaron en surgir «sucursales» de este proyecto en otras partes del mundo, por ejemplo en países tan variados como Suecia, Francia, Italia, Alemania, Reino Unido, Luxemburgo, Noruega, Holanda, Bélgica, Rumanía o Canadá. En España, la heredera del proyecto danés es la ONG Noupops, que es quien se encarga de recibir los pulpitos de una red de tejedoras voluntarias y distribuirlos a las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales que soliciten sus servicios sin coste alguno ya que estos pulpitos de crochet se reparten de forma altruista.

No hay nada como decir «necesitamos tu ayuda para tejer unos peluches que ayudan a bebés prematuros» para que al poco tiempo surjan miles de personas dispuestas a poner su granito de arena ayudando en la medida de sus posibilidades. Al mismo tiempo aparecen médicos y hospitales que abrazan estas iniciativas y son los primeros en solicitar que se les envíen pulpitos para sus pacientes prematuros.

Pero, ¿funcionan realmente los pulpitos de punto?

Según la pagina web del proyecto original así como la de su prima hermana española, los tentáculos de los pulpitos simularían el cordón umbilical del recién nacido, lo que daría lugar a que el bebé prematuro pensara que sigue dentro de la tripa de su mamá. Esto generaría los beneficios antes mencionados así como una frecuencia cardiaca más regular y un mayor confort al respirar, lo que se traduciría en mayores niveles de oxígeno en sangre.

Como decía más arriba, es habitual que los padres de estos niños traigan a la unidad algún objeto con la intención de desmedicalizar, en la medida de lo posible, el entorno que rodea a estos bebés durante el tiempo que dure el ingreso y hacerlo más amigable, más humano. En ocasiones es el arrullo o la mantita que compraron cuando se enteraron que iban a tener un hijo y, en otras, es ese peluche que ha ido sobrevivido al paso de los años y pertenecía a alguno de los padres.

Free pattern - Amigurumi octopus

Y la verdad es que todo esto estaría muy bien si los supuestos beneficios de los pulpitos de punto se hubieran demostrado. A día de hoy no existe ningún estudio que haya confirmado beneficio alguno para los bebés prematuros, de hecho, hay muchas voces que ponen en entredicho la seguridad de estos peluches.

Todas las buenas intenciones que rodean este proyecto están basadas en observaciones individuales, pero nadie se ha preocupado de llevar a cabo un estudio que corrobore lo que el ojo ve y el cerebro humano quiere interpretar. Esto, a la postre, hace que los que somos críticos en nuestro día a día dudemos de si realmente deberíamos permitir el empleo de este tipo de cosas en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales.

¿Son seguros los pulpitos?

Según podemos leer en la página de Noupops, para garantizar la seguridad de estos pulpitos se deben seguir cinco normas básicas al tejerlos, como el tipo de punto, el relleno, la longitud de los tentáculos… incluso proponen unos hilos concretos de marcas determinadas como seguros. Según informan, antes de ser entregados, los pulpitos deben pasar por «estrictos controles de calidad y seguridad antes de llegar embolsados a los hospitales».

Sin embargo, no existe ninguna referencia a qué controles de seguridad se refieren, más allá de las normas mencionadas, o en base a qué normativa europea sobre seguridad en juguetes fabrican estos peluches.

Os parecerá una tontería, pero cualquier juguete, peluche u objeto, antes de salir a la venta y llegar a manos de un niño, debe pasar unos controles de seguridad que garanticen que no es peligroso. Por ejemplo, gracias a estos controles, los chupetes tienen unos agujeros a los lados para que el aire pueda pasar a través de ellos en el caso de que algún niño se lo introduzca en la boca, evitando así que se asfixie.

Más allá de que los pulpitos pasen controles de seguridad antes de desembarcar en las incubadoras de los niños prematuros, el otro gran aspecto que preocupa a los que trabajamos con recién nacidos es si estos objetos pueden ser vehículo de gérmenes que puedan provocar infecciones en nuestros pacientes. La prematuridad condiciona un estado de inmunosupresión en el cuál una infección, que en un niño no prematuro no generaría grandes problemas, podría tener un desenlace fatal. En este sentido existen estudios que han demostrado que los juguetes que se introducen en las incubadores de los bebés prematuros son portadores de bacterias que podrían dar lugar a una infección, incluso en niños sanos.

MiniCoral3

Tal es nuestra preocupación por las infecciones en las Unidades Neonatales que, los médicos que trabajamos en ellas, nos quitamos los relojes y los anillos durante nuestra jornada laboral y nos frotamos con ahínco las manos con soluciones antisépticas cada vez que interactuamos con alguno de nuestras pacientes.

No parece muy razonable que expongamos a nuestros pacientes a un mayor riesgo de infección al introducir los pulpitos de punto en una incubadoras, o cualquier otro objeto, por muy buena intención que tengamos al hacerlo.

¿Y qué pasa con los bebés que no son prematuros?

Quizá estarás pensando que todo esto está muy bien, pero que lo que tu tienes no es un hijo prematuro y que ni siquiera está ingresado. Que lo que realmente te gustaría es utilizar estos pulpitos como objeto de compañía para tu bebé mientras duerme en su cuna. La verdad es que no veo ningún inconveniente en que un niño tenga un objeto de apego como un peluche, una mantita o un chupete.

Sin embargo, por debajo del año de edad se recomienda que los niños duerman boca arriba, sin objetos en su cuna, ya que tanto el dormir boca abajo como la presencia de objetos en el entorno en el que duerme el bebé, se ha relacionado con un aumento de riesgo de muerte súbita del lactante.


Vamos a ir cerrando el tema de los pulpitos. Creo que, tras lo que has leído, tendrás clara cuál es mi opinión. Si te digo la verdad, ojalá existiera algún dispositivo que hiciera más llevadero el paso por la incubadora de un bebé prematuro durante su ingreso hospitalario. Yo sería el primero en pedir que se incluyera en los protocolos de mi hospital. Sin embargo, de lo que si soy fan absoluto es de las cosas que han demostrado ser eficaces y no entrañan un peligro para mis pacientes. Hasta entonces prefiero mantenerme al margen de prácticas como la de los pulpitos que, por el momento, parece que tienen algo más de mágico que de realidad.

Bibliografía empleada:

  • «Knitted octopuses inside the incubators, a non-evidence based viral practice», publicado en la revista médica Early Human Development en febrero de 2019 (link).
  • «Bacterial Colonization of Toys in Neonatal Intensive Care Cots» publicado en la revista médica Pediatrics en el año 2000 (link).
  • «Los púlpitos», publicado en Mi Reino por un caballo de JM LLoreda (link).
  • «Púlpitos solidarios para bebés prematuros: una moda innecesaria, peligrosa e infantil», publicado en Hipertextual en abril de 2017 con entrevistas a médicos expertos en el cuidado de bebés prematuros (link).
  • «Pulpos de ganchillo para los bebés prematuros: Una iniciativa controvertida», publicado en Etapa Infantil (link).
  • «El boom de los pulpitos solidarios y su eficacia no demostrada científicamente», publicado en El Español (link).

1 comentario · Escribe aquí tu comentario

  1. Dice ser Geno Abril

    ¡Hola! Muy interesante el post. Vivo en Ginebra y aquí están empezando con la misma moda por la influencia francesa. En Francia encuentras los pulpos en casi todas las UCIN.
    Una corrección a lo que habéis escrito., La palabra «crochet» viene del francés, no del inglés y significa literalmente gancho o ganchillo

    22 abril 2019 | 7:59 pm

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