Las Vacunas: mitos y leyendas

Que las vacunas son uno de los grandes avances de la medicina del siglo XX no debería ponerse en duda. Gracias a ellas, la salud de las persona es mejor ya que con ellas se evita que millones de personas caigan enfermas por enfermedades contagiosas y con ello se han salvado millones de vidas. Solo con esta información debería bastar para que dijeras: «Pues es verdad, lo que debo hacer es vacunar a mis hijos». Sin embargo, las cosas no son tan fáciles y sigue habiendo personas que dudan de la eficacia y seguridad de las vacunas.

Si estás leyendo este texto estarás en uno de los siguientes grupos de padres según tu opinión respecto a las vacunas. El primero de ellos englobaría a aquellos padres que vacunan a sus hijos sin que tengan dudas respecto a que las vacunas son buenas y seguras. Otro grupo estaría formado por aquellos que dudan sobre la seguridad y la eficacia de este tipo de tratamiento preventivo pero que buscan información que les haga seguir confiando en ellas. Y por último, podrías pertenecer al grupo que en la actualidad se denomina «antivacunas» y que han decidido no vacunarse ni ellos ni a sus hijos.

Este último grupo de padres basa sus decisiones en informaciones que han leído en algún sitio que carece de evidencia científica. Existen mitos y leyendas creados alrededor de las vacunas que han «convencido» a los que los leyeron para dejar de confiar en ellas. El problema ocurre cuando un padre toma la decisión de no vacunar a sus hijos, ya que está tomando una decisión terrible. En primer lugar, le está privando del beneficio de las vacunas, es decir, del beneficio de la protección contra enfermedades de las que podría contagiarse y por tanto, está exponiendo a sus hijos a las complicaciones de las mismas (entre ellas, la muerte). Y en segundo lugar, expone a otros niños que no pueden vacunarse a padecer esas enfermedades, como son los niños con las defensas bajas -como por ejemplo los niños con cáncer- o los más pequeños que todavía no han podido vacunarse. Quizá pensarás que no son muchos los que están en este grupo de «antivacunas» pero se estima que en España, 1 de cada 30 padres decide no vacunar a sus hijos, lo que representa aproximadamente 1 niño en cada clase de un colegio.

En este post repasaremos los mitos y leyendas más habituales sobre las vacunas con la intención de que aquellos padres que nos leen se convenzan de que vacunar a su hijos es la mejor opción que pueden tomar.

1. Yo no vacuno a mi hijo porque en el Siglo XXI ya no hay tantas enfermedades como antes y ya no merece la pena vacunarse. FALSO

Este es un mito muy extendido. Cierto es que vivimos en una época y en una parte del mundo en donde las condiciones higiénicas y sanitarias han mejorado espectacularmente en los últimos 100 años. Pero uno de los motivos por los que hemos llegado a este punto son las vacunas. De hecho hay enfermedades erradicadas gracias  a las vacunas, como la viruela, y otras que ya se han convertido en raras como la varicela y el sarampión. Sin embargo, si dejamos de vacunar a nuestros hijos, esas enfermedades que ahora te suenan raras o desaparecidas volverán, y con ellas las complicaciones y las muertes que acarrean.

2. Es mejor contagiarse de una enfermedad y pasarla que protegerte contra ella con una vacuna. FALSO

Cierto es que algunas de las enfermedades contra las que existe una vacuna pueden ser banales (gripe, varicela, rubeola…), lo que genera la falsa creencia de que es mejor contagiarse y «pasarla» para que así la inmunidad que se adquiere sea «natural», pero hay que saber que estas enfermedades no están exentas de complicaciones, entre ellas, la muerte. Es preferible vacunarse que «pasar» la enfermedad y exponerse a riegos innecesarios.

3. Los efectos secundarios de las vacunas son muy frecuentes y peligrosos. FALSO

Como todo en medicina, las vacunas pueden tener efectos secundarios, que en general son leves y autolimitados, como por ejemplo fiebre y enrojecimiento en la zona de punción. Pese a todo son preferibles estos efectos secundarios que las enfermedades y sus complicaciones contra las que nos protegen las vacunas.

4. Las vacunas causan autismo. FALSO

Este es quizá el mito más extendido y en el que se basan la gran mayoría de los argumento de la gente que no quiere poner a sus hijos vacunas. Los estudios del Dr. Wakenfild, médico que desarrolló la supuesta teoría del autismo y las vacunas, fueron una farsa que le valió la retirada de su licencia médica. No existe ningún estudio que haya demostrado tal asociación. Puedes leer más sobre el origen de este bulo en la pagina de la Confederación Autismo España.

5. Yo no vacuno a mis hijos porque las vacunas contienen mercurio. FALSO

Algunas vacunas contienen Tiomersal, un compuesto que contiene etilmercurio y que funciona como conservante de algunas vacunas como la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP), la hepatitis B, la rabia, la gripe y las infecciones por Haemophilus influenzae de tipo b (Hib) y meningococos. Sin embargo, la cantidad de mercurio que contienen es tan escasa que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no considera que sean una fuente suficiente de mercurio como para que sea peligroso. Puedes leer más sobre el tema en este documento de la OMS.

6. Puede que los efectos secundarios de las vacunas a corto plazo sean leves, pero sus efectos a largo plazo son graves y, algunos de ellos, desconocidos. Incluso puedes morir por vacunarte. FALSO

Como sucede con todos los medicamentos, las vacunas han superado rigurosos controles de seguridad a través de numerosisimos ensayos clínicos para conocer si son seguras o no. Todas las vacunas que se administran en la actualidad son seguras y sus efectos secundarios a largo plazo son excepcionales. De hecho, son tan excepcionales que es más probable una complicación por una de estas enfermedades que uno de esos efectos secundarios.

7. Si vacuno a mi hijo de varias cosas a la vez estoy sobrecargando su sistema inmunitario, y eso no es bueno. FALSO

Si los calendarios vacunales infantiles proponen que se vacune a los niños de varias cosas  la vez es porque está demostrado que de esta forma son eficaces. Esto significa que  hay estudios previos que ya han comprobado que esa combinación es segura y posible.

8. Combinar la vacuna de la difteria, tétanos y tosferina con la de la poliomielitis aumenta la probabilidad del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. FALSO

De hecho, lo que está demostrado es que la vacunación de los niños se encuentra entre los factores protectores que disminuyen la probabilidad de Muerte Súbita del Lactante. Otro de los grandes beneficios de que vacunéis a vuestros hijos.

9. Las vacunas no son necesarias y solo enriquecen a la industria farmacéutica. FALSO

Es evidente que las vacunas cuestan dinero (a los gobiernos que las compran para vacunar a la población o a los padres que deciden administrar vacunas no financiadas a sus hijos) y esto supone una gran cantidad de dinero que va directa a las empresas que fabrican estas vacunas. Es una relación difícil de explicar ya que como en todo en lo que existe una relación económica de por medio hay muchos intereses. Sin embargo, las vacunas no están diseñadas para enriquecer exclusivamente a la industria farmacéutica ya que los beneficios de la vacunación son claros y evidentes para aquellas personas que las reciben.

10. Cada vez que mi pediatra me manda una vacuna no financiada se lleva un porcentaje de comisión de lo que cuesta. FALSO

Los pediatras que estamos al pie del cañón realizando recomendaciones a los padres de los niños que atendemos, lo hacemos con la clara convicción de que lo mejor para sus hijos es que se vacunen. Nosotros no cobramos un extra por lo que recetamos, ya sean vacunas o medicamentos. Esos intereses oscuros son inexistentes y, en muchos casos, la excusa para no vacunar a un niño.


Si tienes dudas sobre las vacunas de tus hijos o sobre las vacunas en general te recomendamos la página del Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, puedes entrar en este link.

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