Archivo de febrero, 2018

Consejos sobre Lactancia Materna: los beneficios de la lactancia

La Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna de forma exclusiva hasta los 6 meses. Esto se debe en parte a que solo con ella los niños son capaces de crecer y desarrollarse de forma adecuada durante este tiempo. Pero además, la lactancia materna tiene otros beneficios tanto para la madre como para el bebé.

Algunos de estos beneficios te los puedes imaginar, como por ejemplo lo fácil que es alimentar a tu hijo y no tener que estar acordándote de meter un biberón en el bolso cada vez que sales de casa. A todo ello se añade que la lactancia materna es superior a la artificial porque previene muchas enfermedades (tanto al niño como a la madre).

Esperamos que después de la lectura de este post no te queden dudas de que la lactancia materna es la mejor opción tanto para ti como para tu bebé.

Beneficios de la lactancia materna para el bebé

Simplemente con sentido común deberíamos deducir que la lactancia materna es la mejor opción para tu hijo. Al fin y al cabo es lo que ha dispuesto la naturaleza para que se alimenten durante los primeros meses de vida. Pero además, la lactancia materna tiene varios beneficios más para el bebé que han sido demostrados en múltiples estudios:

  • La leche materna contiene inmunoglobulinas. Estas proteínas son una parte fundamental del sistema inmune de los humanos y nos ayudan a defendernos de muchas infecciones. Los niños pequeños tienen poco desarrollada la inmunidad, sin embargo los niños que toman lactancia materna tienen menos infecciones como neumonías, gastroenteritis y otitis respecto a los que toman artificial gracias a esas inmunoglobulinas. Fíjate si es buena que muchas veces se denomina a la leche materna como «la primera vacuna» del niño.
  • Está demostrado que los niños amamantados al pecho tienen menos probabilidades de sufrir Muerte Súbita del Lactante comparado con aquellos que reciben lactancia mixta o artificial, ya que la lactancia materna actúa como factor protector.
  • La lactancia materna prolongada disminuye la probabilidad de sobrepeso y obesidad en la infancia. Esto supone que también disminuyan otras enfermedades como la diabetes, la hipertensión o la hipercolesterolemia, todas ellas asociadas a la obesidad.
  • Los bebés que son amamantados son más inteligentes, tanto en indicadores de desarrollo cognitivo como en logros educativos y desarrollo motriz.

Beneficios para la madre que da el pecho

Además de los beneficios que supone para un niño que le des el pecho, la lactancia materna también tiene beneficios demostrados para la madre que no son nada desdeñables. Así que recuerda, dar el pecho a tu hijo es ganar salud para ti:

  • Está demostrado que las madres que amamantan a sus hijos tiene una mayor capacidad de respuesta así como una mayor seguridad emocional gracias al vínculo que realizan con el bebé. Todo ello se traduce en un menor riesgo de depresión post-parto. A esto hay que añadir que a la mayoría de las madres que optan por la lactancia materna valoran de forma muy positiva el sentimiento de autorrealización que experimentan al dar el pecho a sus hijos.
  • La lactancia materna ha demostrado disminuir el cáncer de mama y ovario en aquellas madres que dan el pecho. Pero además previene contra otras enfermedades como la hipertensión, la diabetes, la hipercolesterolemia, la anemia y la osteoporosis.
  • Las madres que dan el pecho se recuperan antes del parto debido a que la oxitocina (una de las hormonas de la lactancia) hace que el útero se contraiga y vuelva a su tamaño más rápidamente. Además recuperan el peso previo al embarazo más rápidamente.

Beneficios para la economía familiar y el medio ambiente

Por si te han parecido pocos los dos puntos anteriores, ademas de la prevención de todas esas enfermedades tanto en la madre como en el niño, la lactancia materna tiene un importante impacto a nivel social y económico:

  • La lactancia materna es barata. Se calcula que las madres que dan el pecho a sus hijos de forma exclusiva ahorran entre 5 y 10 euros al día. Esto supone un ahorro durante los primeros 6 meses de vida del niño de unos 1.200 euros.
  • A esto hay que sumar el beneficio económico que se produce en la sociedad al tener niños que enferman menos, lo que provoca menor absentismo laboral en sus padres y también menos visitas al pediatra.
  • La lactancia materna también protege al medio ambiente. Para dar el pecho a tu hijo no necesitas envases ni otros utensilios ni tampoco de una fábrica que produzca la leche artificial. Por eso la lactancia materna es más limpia para el planeta.

Estos beneficios que acabas de leer han sido demostrado en muchos estudios y son la base para que los pediatras recomendemos la lactancia materna como la mejor opción de alimentación de un recién nacido. Es fundamental que las madres que dudan si dar lactancia a sus hijos conozcan estos beneficios ya que la decisión de amantar a un niño debe hacerse desde el conocimiento de por qué es mejor una opción que otra. Sin embargo, no debemos olvidar que debemos respetar la decisión de las madres que finalmente optan por dar lactancia artificial a sus hijos y apoyarlas de igual forma que aquellas que amamantan a sus bebés.

Sospechosos habituales: la varicela

La varicela es una enfermedad infecciosa de causa vírica que los pediatras cada vez vemos menos debido a que existe una vacuna que puede prevenirla. Sin embargo, esta enfermedad es un clásico de las consultas de pediatría por la espectacularidad de las manchas que provoca en la piel y su alto índice de contagiosidad (suelen caer varios niños de la clase…). Por ello merece un puesto de honor dentro de nuestra sección de Sospechosos Habituales.

A lo largo del post te explicamos en qué consiste esta enfermedad y qué debes hacer en caso de que tus hijos la estén padeciendo.

¿Quién provoca la Varicela?

La varicela es la enfermedad que ocurre tras la infección con el virus Varicela-Zoster por primera vez. Es una enfermedad muy contagiosa típica de la infancia y, salvo que se vacunen, todos los niños suelen pasarla antes de llegar a la vida adulta.

Puede ocurrir durante todo el año, aunque es más frecuente en invierno.

¿Cómo se contagia?

La forma de transmisión es directa, a través del contacto con las vesículas o lesiones que provocan, pero también a través de las gotitas que se producen al estornudar, toser o hablar. Debido a este último mecanismo es muy probable que todas las personas que no la hayan pasado y que estén en contacto directo con el niño se contagien.

¿Qué síntomas produce?

Lo  que caracteriza a la varicela es su exantema, es decir, las manchitas que produce. Estas empiezan siendo simples rojeces sobre las que aparece una vesícula (pequeña ampolla con líquido) que posteriormente se rompe para dejar una pequeña herida y finalmente una costra. De forma clásica a este exantema se le describe como “gota de rocío sobre pétalo de rosa”, ya que no se debe diagnosticar una varicela hasta que no aparecen las ampollitas.

Chickenpox_blister_2006.01.06

Lesión típica de varicela en la que se puede observar la vesícula sobre un once de piel rojizo.

Estas lesiones pueden afectar a cualquier parte del cuerpo incluyendo cara, cuero cabelludo y mucosas (por ejemplo la boca). Además podemos encontrar lesiones en varios estadios (unas con vesículas, otras en costra, otras solo rojizas…). Es muy típico que estas manchitas den lugar a mucho picor.

Además de el exantema pueden padecerse otros síntomas típicos de infecciones virales como fiebre y malestar general incluso desde antes de que aparezcan las manchas.

img_0542

Lesiones típicas de varicela de distribución universal.

¿Cómo se diagnostica?

El pediatra con experiencia es capaz de diagnosticar la varicela sin ningún tipo de prueba ya que el cuadro clínico es muy característico. En ocasiones los padres consultan antes de que las manchitas se hayan convertida en vesículas lo que obliga a volver a ver al niño en 1 o 2 días para confirma la infección o descartarla.

¿La Varicela tiene tratamiento?

En general basta con un tratamiento sintomático, es decir, encaminado a que el niño se encuentre mejor. En este sentido se emplearán analgésicos-antitérmicos para bajar la fiebre y un antihistamínico para aliviar el picor. Para las manchas de la piel se puede emplear una solución secante (pregunta a tu pediatra) mientras estén húmedas.

Es muy importante vigilar que el niño no se rasque ya que es muy frecuente que las manchas de la piel se sobreinfecten (complicación más frecuente de la varicela). Una vez que se curan las lesiones debemos evitar que les de el sol (o ponerles protección solar alta) para evitar que dejen marcas en la piel.

Existe un antivírico (el aciclovir) que es activo frente al virus de la varicela-zoster. Sin embargo, en niños sanos no suele emplearse ya que su efecto es limitado y no está exento de efectos secundarios. Normalmente se reserva para utilizarse en adultos o en niños con problemas en sus defensas (cáncer, inmunodeficiencia…). Para que resulte eficaz debe iniciarse en las primeras 24 horas del inicio de la infección.

¿Debo dejar a mi hijo con Varicela en casa?

Como ya hemos comentado, la varicela es una enfermedad muy contagiosa. Los niños que la padecen deben aislarse de los adultos que no la hayan pasado (especialmente las embarazadas). Además se considera una enfermedad de exclusión escolar por lo que no deben acudir al colegio o la guardería hasta que todas las manchitas estén secas (en fase de costra).

¿Qué complicaciones puede tener la Varicela?

La gran mayoría de los niños se curan de la Varicela en unos días sin grandes consecuencias. En ocasiones puede complicarse con la sobreinfección de las manchitas de la piel por lo que se debe evitar el rascado. Existen otras complicaciones más graves pero también muy infrecuentes que suelen ocurrir en niños con pocas defensas.

Sin embargo, en adultos la varicela puede ser muy grave por lo que como hemos dicho debe evitarse el contacto de los niños infectados con los adultos que no la hayan pasado.

¿Me puedo contagiar dos veces de la Varicela?

La inmunidad a la que da lugar la Varicela es permanente, es decir, solo se puede pasar una vez en la vida. Sin embargo, tras la Varicela el virus se queda latente pudiendo dar lugar en adultos (menos frecuentemente en niños) a lo que se conoce como Herpes Zoster. Este cuadro clínico es autolimitado y afecta exclusivamente a una zona de la piel (en general en el costado).

img_9854

Aspecto de un herpes Zoster en el costado de una adolescente

¿Existe una vacuna contra la Varicela?

Desde hace ya muchos años existe una vacuna segura y eficaz contra la Varicela. Esta incluida en el calendario de vacuna de la mayoría de los países de Europa y en España está subvencionada por el Sistema Nacional de Salud. Esta vacuna es altamente eficaz previniendo la mayoría de los casos. En ocasiones un niño vacunado puede contagiarse de la Varicela pero suelen ser cuadros muy leves (unos pocos granitos sin fiebre).

La pauta de vacunación recomendada por el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría es: una primera dosis a los 15 meses y un recuerdo entre los 3 y 4 años. Los niños que se hubieran contagiado antes de la Varicela no necesitan vacunarse.


Las fotos empleadas en esta entrada han sido extraídas de la web Wikimedia Commons. La imagen de cabecera no tiene copyright y la segunda puede ser compartida bajo una licencia CC BY-SA 3.0 siendo su autor Zeimusu (basándose en el reclamo del autor por el copyright), la tercera tampoco tiene copyright. Los derechos sobre la última foto pertenece a Dos Pediatras en Casa.

Catarros y mocos: mitos y leyendas

Los catarros y los mocos. Los mocos y los catarros. Viejos conocidos de las consultas de pediatría y tan presentes en los niños pequeños que parece que hubieran nacido con ellos. La cultura popular ha creado muchos mitos y leyendas alrededor de este síntoma banal que no genera nada más que incomodidad a nuestros hijos.

En este post repasamos qué es un catarro y qué son los mocos desmontando sus mitos y leyendas.

1. Los catarros son consecuencia del frío. FALSO

Cierto es que los catarros suelen ocurrir principalmente en los meses fríos del año, sin embargo estos se producen por infecciones por virus. A los niños hay que abrigarles para que no pasen frío, pero no para que no se acatarren.

2. Mi hijo tiene muchos mocos, seguro que le va a salir un diente. FALSO

No hay ninguna base científica en esta afirmación. Ningún estudio de calidad ha conseguido demostrar que la salida de un diente produzca mucosidad nasal. Durante los primeros 2-3 años de vida de un niño salen un montón de dientes de leche por lo que es habitual que coincidan en el tiempo la salida de uno de ellos con un catarro que produzca moco.

3. Mi hijo no puede tener un catarro porque no tiene fiebre. FALSO

La fiebre es un síntoma más de infección. No es imprescindible tener fiebre para que un pediatra diagnostique a un niño de un catarro. Lo habitual es tener tos y mucosidad nasal, y en ocasiones algo de fiebre.

4. Mi hijo está muy enfermo, lleva con mocos varios meses. FALSO

La duración media de la mucosidad durante un catarro son unos 15-20 días. Si tenemos en cuenta que un niño de guardería se contagia de unos 10-12 al año (concentrados en el invierno) lo normal es que siempre esté con mocos.

5. A mi hijo le ha bajado el moco al pecho. FALSO

Las catarros no bajan la pecho, es decir, el moco no gotea por detrás de la garganta, accede a la traquea y llega al pulmón. Eso no ocurre así. Sin embargo, los virus que dan lugar a bronquitis y bronquiolitis empiezan siempre por un cuadro catarrral que con los días evoluciona. Durante estos días el virus que lo provoca va colonizando la vía aérea y al final llega al pulmón. Esa llegada del virus al pulmón es la que genera moco y no al revés.

6. Tengo que «sacarle» los mocos a mi hijo para que no le bajen al pecho. FALSO

Como ya hemos dicho, que se produzca una bronquitis depende de la capacidad de los virus de invadir la vía aérea inferior y no de lo frecuente que los padres limpien los mocos a sus hijos.

7. El moco de mi hijo se ha infectado porque ha cambiado de color a verde y/o amarillo. FALSO

Durante un catarro común el moco cambia y evoluciona de color. Al principio suele ser líquido y trasparente para en unos días hacerse espeso con un color amarillo o verde. Esto ocurre normalmente en cualquier catarro y no es un signo de que esté ocurriendo ninguna complicación.

8. Tengo que limpiar los mocos de mi hijo para que respire mejor. VERDADERO

La nariz  es la zona más estrecha de toda la vía aérea, además muchos niños no saben respirar por la boca. En caso de que los mocos taponen la mitad de la nariz entraría la mitad de aire al respirar. Por eso es muy importante limpiar la nariz de los niños.

9. La mejor forma de limpiar los mocos es con un «sacamocos». FALSO

Los lavados nasales son la forma más eficaz de limpiar la nariz. Para ello es necesario tener un poco de «mala leche» y hacerlo con fuerza, como si se limpiara una tubería. Los aspiradores de moco resultan poco eficaces ya que no llegan a la orofaringe (parte de atrás de la nariz, donde se junta con la garganta), además de ser poco higiénicos.

10. Para disminuir los catarros es bueno tomar vitaminas. FALSO

Una alimentación sana y normal aporta los nutrientes necesarios para que un niño se desarrolle y mantenga unos niveles de vitaminas adecuados. La toma «extra» de vitaminas no da lugar a que los niños se contagien menos.

11. Para que mi hijo tenga menos mocos le tengo que dar un mucolítico o un antihistaminico. FALSO

No existe ningún estudio científico de calidad que haya demostrado que tomando un jarabe de ningún tipo se tenga menos moco. Si existiera, los pediatras estaríamos encantados de mandarlo a nuestros pacientes. Hasta que alguien lo invente (y demuestre su eficacia) lo adecuado es la limpieza nasal y mantener bien hidratado al niño.

12. Voy a dejar de dar leche a mi hijo porque le produce mocos. FALSO

Este es quizá de los mitos más extendidos. La leche no produce mocos. Al igual que con los dientes, no existen estudios de calidad que hayan demostrado que esa afirmación sea correcta.


El copyright de a imagen de portada de este post pertenece a alterna bajo una licencia CC BY-NC-ND 2.0

Doce cosas que (quizá) no sabías de los recién nacidos

Los recién nacidos no vienen al mundo con un manual de instrucciones. Ni siquiera con un esquema explicando como «funcionan». En pediatría solemos decir que los niños no son adultos en pequeñito y esta máxima se hace más evidente en los neonatos (niños menores de un mes) debido a las grandes diferencias en su cuerpo y en la forma que tienen de comportarse.

Estas diferencias provocan dudas en los p/madres hasta el punto de hacerles pensar que sus hijos no están sanos. A lo largo de este post descubrirás un montón de cosas sobre los recién nacidos que te permitirán iniciar la p/maternidad desde el conocimiento y la seguridad.

  1. La respiración de los recién nacidos es diferente a la de los niños mayores. A veces tienen un patrón que les hace respirar muy deprisa durante unos segundos para luego realizar una pausa de menos de 10 segundos antes de volver a respirar, dando la sensación de que ésta se entrecorta. Es lo que se conoce como respiración periódica.
  2. Durante el primer día de vida suelen mantenerse en un estado de alerta tranquila debido a la descarga de adrenalina que realizan durante el parto. Posteriormente pasan a un estado de letargia en el que es difícil despertarlos para a los 2-3 días de vida iniciar a una fase más activa.
  3. La cabeza de los recién nacidos es muy grande en comparación con el resto del cuerpo por lo que cubrirla con un gorro durante las primeras 24 horas de vida ayuda a que no se enfríen.
  4. La mayoría de estos bebés hacen su primera micción en las 24 primeras horas de vida, aunque hasta un 30% retrasa el primer pis al segundo día de vida.
  5. Las primeras deposiciones de los bebés se conocen como meconio. Son de aspecto verde muy oscuro (casi negro) y son muy espesas y pegajosas (como la pez). A veces tarden 2-3 días en pasar a hacer deposiciones de aspecto normal.
  6. El cordón umbilical no tiene terminaciones nerviosas. No tengáis miedo de limpiarlo porque no duele.
  7. Todos los recién nacidos pierden peso y se considera normal hasta un 10%. A los 4-5 días de vida suelen comenzar a ganar peso para recuperar el peso inicial a la semana de vida.
  8. Los sentidos que más desarrollados tienen son el olfato y el tacto. Evita usar colonias tanto en él como en la madre. Las manoplas para las manos tampoco ayudan, deja que el bebé toque a su madre. Todo ello mejora el vínculo y el establecimiento de la lactancia materna.
  9. La piel de los recién nacidos suele estar seca y en ocasiones se cuartea. Esto se debe al paso de un medio húmedo (líquido amniótico) dentro de la madre a un medio aéreo en donde vivimos. No es imprescindible el uso de cremas para hidratarla, de hecho no suelen mejorar con ellas en estos primeros días.
  10. Los neoantos tienen el mismo frió y el mismo calor que las personas adultas. Si crees que hace frío, abrígales. Por el contrario, si tienes calor, seguramente a ellos también debas quitarles algo de ropa.
  11. Los recién nacidos solo saben expresarse con el llanto. Es normal que cuando algo no les guste lloren ya sea porque estén incómodos, quieran comer o hayan hecho sus necesidades, entre otras cosas. Si después de atenderles el niño sigue llorando debería ser valorado por un pediatra.
  12. La fiebre no es normal en los neonatos. En caso de que tu bebé tenga fiebre debes acudir al hospital.

Como has podido leer los recién nacidos son diferentes a los bebés mayores que ellos y muy diferentes a los niños que ya caminan. Si crees que algo no cuadra con tu bebé o crees que le pasa algo, lo mejor que puedes hacer es pedir una cita con tu pediatra del Centro de Salud para contarle tus inquietudes. Evita siempre que puedas acudir a las Urgencias del Hospital, allí hay niños enfermos que pueden contagiar a tu hijo, y no es lo mismo un catarro en un niño de 1 año que de 10 días de vida.

¿Debería poner a mi hijo la vacuna del rotavirus?

Todos los años el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría emite un informe en el que se dan una serie de recomendaciones respecto a qué vacunas deberían recibir los niños. Con estas recomendaciones se elabora un calendario vacunal como pauta de vacunación en la infancia.

Una de las vacunas recomendadas es la del rotavirus. En el post de hoy te explicamos por qué deberías vacunar a tus hijos ya que por desgracia esta vacuna, pese a existir una recomendación, no se financia actualmente en España por el Sistema Nacional de Salud lo que implica que son los padres los que deben afrontar el gasto.

¿Qué provoca el rotavirus?

El rotavirus es un microorganismo que da lugar a una gastroenteritis (diarrea) sobre todo en los niños que acuden a la guardería. En general, todos los niños pasados los dos años están inmunizados porque han entrado en contacto con el virus de una forma u otra.

Su trasmisión, como en la mayoría de las infecciones que dan lugar a gastroenteritis, es facal-oral, es decir, a través del contacto con las heces de los niños que la padecen.

Sin embargo, la gastroenteritis por rotavirus no es una gastroenteritis cualquiera siendo la primera causa de ingreso por este motivo en nuestro entorno ya que suele dar lugar a deshidratación. En los paises desarrollados esto se solucionaría con un suero intravenoso, mientras que en los países en subdesarrollados puede llegar a causar la muerte del niño.

¿Por qué es recomendable la vacuna?

Teniendo en cuenta que el rotavirus da lugar a la gastroenteritis más grave que puede tener un niño se entiende que la vacunación para esta infección esté recomendada. En nuestro país la inmunización de estos niños evitará hospitalizaciones  lo que conllevaría también pérdidas de jornadas de trabajo de sus padres.

¿Cuáles son las vacunas que existen en España?

 Actualmente en nuestro país existen dos vacunas comercializadas que se llaman Rotateq® y Rotarix®. Ninguna de las dos está financiadas por el Sistema Nacional de Salud por lo que son los padres los que tienen que comprarla en una farmacia y conservarla en nevara hasta el día de su administración.

La vacuna Rotateq® consiste en 3 dosis mientras que Rotarix® son 2. El precio de la pauta completa de vacunación de ambas es similar.

¿Cuándo debo vacunar a mi hijo frente al rotavirus?

Los padres que decidan vacunar a sus hijos deben saber que la pauta de vacunación comienza después de la semana 6 pero no mas tarde de las 12 semanas de vida. Más tarde de estos 3 meses ya no se puede vacunar del rotavirus por lo que debe decidirse pronto.

Las dosis de deben espaciarse al menos un mes pero además la pauta de vacunación debe haberse terminado antes de la semana 24 en el caso del Rotarix® (antes de los 6 meses) y de la semana 32 en el del Rotateq® (antes de los 8 meses).

¿Como es la vacuna del Rotavirus?

A diferencia de las vacunas que habitualmente se ponen, esta vacuna no es pinchada sino que se da bebida (vía oral). Se recomienda que sea una enfermera o un médico entrenado el que la administre al niño ya que en el caso de que la vomitara sería como si no se hubiera administrado.

¿La vacuna es segura?, ¿tiene efectos secundarios?

Para que una vacuna este comercializada debe haber pasado una serie de controles sanitarios que garanticen la seguridad de éstas y las vacunas del rotavirus no son diferentes. Antes de su aprobación la vacuna del rotavirus se sometió a varios ensayos clínicos con miles de pacientes en los que se comprobó la seguridad de las mismas.

Sin embargo, pueden dar lugar a efectos secundarios leves como un diarrea leve, vómitos y fiebre. Ninguno de ellos de la suficiente entidad como para que no se recomiende su uso.

¿Existe alguna contraindicación?

Esta vacuna no debe ser administrada en caso de anafilaxia a alguno de sus componente. Tampoco en aquellos niños con antecedente de invaginación intestinal ni tampoco en niños con inmunodeficiencias graves.


Si queires saber más puedes visitar la página del Comité Asesor de Vacunas en este Link.

NOTA: Dos Pediatras en Casa no ha recibido ninguna financiación ni ninguna gratificación por hacer este post. Si hemos decidido escribir sobre esta vacuna es porque estamos convencidos de que las vacunas mejoran la salud de los niños.

Consejos sobre Lactancia Materna: los primeros días

Seguimos con la recién estrenada sección, esta vez hablamos de los primeros días tras el parto y su relación con lactancia materna : un tabú para muchas madres y un mundo muy desconocido para otras. Después de este post esperamos que ya no lo sea tanto. Empecemos por el principio.

Tras el nacimiento: el «piel con piel»

La práctica del «piel con piel» supone la no separación de madre-hijo en el momento inmediato tras el nacimiento, directamente cuerpo con cuerpo, y mantenido durante al menos 60 minutos. Para ello deberán ser retrasadas prácticas tan habituales como la toma del peso, el secado y otras que se realizarán en las siguientes horas de vida del bebé. Se sabe que esto ayuda al recién nacido a estabilizar mejor sus parámetros fisiológicos (respiración, frecuencia cardíaca, temperatura) y además es un factor de buen pronóstico para el inicio y el establecimiento de la lactancia materna. La gran mayoría de los recién nacidos serán capaces de realizar un enganche espontáneo para la realizar su primera toma de calostro (la leche materna de los primeros días).

Siempre que no exista contraindicación e independientemente del tipo de parto debe realizarse según las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (Link)

El calostro: No se si será suficiente leche para mi Bebé

A menudo nos encontramos con madres que tienen dudas sobre si el escaso volumen de este líquido amarillo y espeso será suficiente alimento para cumplir las necesidades nutricionales de su bebé. La realidad es que sí: los recién nacidos no precisan de volúmenes mayores de 5-7 ml por toma (correspondiente a una cucharita de postre)en el primer día de vida. Además el calostro tiene una composición nutricional rica en grasas, proteínas y azúcares, y lo más importante en componentes inmunológicos que protegerán el intestino del bebé frente a los agentes infecciosos o las alergias (en ocasiones la llamamos la «primera vacuna»).

Dado que el volumen es pequeño la frecuencia de las tomas debe ser elevada para asegurar una adecuada ingesta. Se recomienda no realizar menos de 8-10 tomas al día. Es normal que tras las primeras horas de vida en las que el recién nacido se encuentra muy activo entre en un periodo de «bello durmiente» en el que será muy complicado despertarlo para comer. Tranquilos que después pedirán sin parar.

La pérdida de peso de los primeros días es necesaria pero debe ser controlada por los profesionales para que no sea excesiva.

Las grietas o enrojecimiento de los pezones así como el dolor durante la toma no son normales y se producen por una inadecuada técnica de enganche. A ser posible cuando existen estos problemas el enganche debería ser evaluado por un profesional con formación en lactancia o consejer@ en lactancia materna, para solventar las dificultades existentes y asegurar una continuación de la lactancia.

No dudes en que este será el mejor alimento del recién nacido en sus primeros días.

La subida de la leche

O bajada como dicen en algunos países. Este es el momento en el que la leche inmadura («calostro») pasa a ser madura, es decir se vuelve de color blanquecino y aumenta considerablemente en volumen para quedarse en esta forma tanto tiempo como dure la lactancia.

Los cambios en el pecho se vuelven evidentes: aumentan en tamaño (todavía más), temperatura y si la técnica de extracción del bebé no es adecuada podrían aparecer problemas como la ingurgitación o la obstrucción mamaria (normalmente veremos zonas del pecho enrojecidas, duras o doloridas).

El momento de la subida de la leche suele ser al 3º-4º día tras el parto en mujeres que han dado a luz por primera vez y en torno al 2º día para aquellas que ya han dado el pecho previamente. Factores como parto por cesárea o separación madre-hijo entre otros pueden retrasar este momento.

Es de suma importancia que la técnica de enganche sea adecuada (como ya hemos recalcado en el párrafo anterior) para que la transición a este momento sea lo más adecuada posible. Si tienes problemas con el enganche no dudes en consultar ya que los recién nacidos que no se «enganchan adecuadamente» además de producir grietas y dolor en la madre, no extraen la cantidad de leche materna que realmente necesitan y por ello serán niños que hacen tomas continuas al pecho, lloran si los separas y no ganarán peso de forma adecuada.

La lactancia materna durante el primer mes de vida

Pasados los primeros días, si no existen problemas con el enganche, pronto veréis como el recién nacido mojará un mínimo de 6 pañales al día con pis claro y hará deposiciones amarillentas, líquidas y con grumos. Empezará a regular las tomas siendo siempre más frecuentes durante la tarde y la noche con espacios de sueño profundo entre tomas, siendo muy importante realizarlas a demanda.

Será el pediatra durante este mes el que valore la ganancia de peso así como el estado de hidratación y nutrición del recién nacido.


En resumen y como veis el camino inicial es largo pero con la ayuda y el conocimiento suficiente no será complicado llegar. Recalcar que durante el inicio de la lactancia materna el dolor y la grietas NO son normales y que pedir ayuda a tiempo mejorará el éxito de vuestra lactancia.

La fiebre en los niños: entrevista en Madresfera

Hace unos días colaboramos en el podcast #buenosdíasMadresfera de Madresfera para hablar sobre la fiebre y dudas frecuentes como las convulsiones febriles o si es adecuado alternar Ibuprofeno y Paracetamol.

Por desgracia Elena no pudo estar presente pero Gonzalo estuvo al pie del cañón resolviendo todas las dudas que iban surgiendo.

Si quieres escucharlo dale al play:

Ir a descargar

Esperamos que os guste y os sea útil 😉

¿Son necesarios los probióticos para tratar una diarrea?

Cuando un niño tiene una gastroenteritis aguda (o lo que es lo mismo, una diarrea) los pediatras tenemos que decidir que tratamiento indicamos al paciente. Para poder responder a la pregunta no está de más hacer un repaso sobre esta patología y que evidencia hay sobre los diferentes tratamiento que están indicados mientras el crío mantenga deposiciones liquidas.

¿Qué es una gastroenteritis?

Esta enfermedad se caracteriza por pérdida de consistencia de las deposiciones habituales (ya sean blandas o líquidas) o aumento en frecuencia a más de tres al día. No es imprescindible para tener una gastroenteritis tener vómitos o fiebre. La causa principal son las infecciones, tanto por virus o por bacterias.

Lo habitual es que la gastroenteritis ceda en menos de una semana y no se prolongue más allá de 15 días. Se estima que los niños menores de 3 años presentan hasta dos episodios de gastroenteritis al año, lo que convierte a esta enfermedad en una vieja conocida de las consultas de pediatría. Nosotros ya publicamos una entrada en este blog sobre la gastroenteritis aguda en la sección Mitos y Leyendas, te recomendamos su lectura.

¿Cómo se trata una gastroenteritis?

La clave del tratamiento de la diarrea es la rehidratación oral, es decir, compensar las pérdidas de líquidos en las heces aumentando la cantidad de líquidos que toma nuestro hijo. Pero no vale cualquier líquido ya que debemos emplear soluciones de rehidratación oral (suero hiposódico) de venta en farmacias, evitando el empleo de bebidas comerciales ricas en electrolitos como son las bebidas para deportistas o los preparados caseros.

Además no debemos suspender la alimentación con sólidos, iniciando en cuanto la rehidratación oral se haya conseguido. La dieta no debe ser «blanda» ya que la alimentación normal del niño se debe mantener evitando comidas con mucha grasa y mucho azúcar.

En general, el empleo de medicinas para tratar una gastroenteritis no está indicado. De forma similar los antibióticos no deben emplearse de forma sistemática cuando un niño tiene una diarrea, primero porque muchas se deben a infecciones por virus y segundo porque las que son bacterias suelen resolverse también de forma espontánea.

¿Y qué pasa con los probióticos?

Los probióticos son «microorganismos vivos que cuando son administrados en una cantidad suficiente confieren un beneficio de salud a la persona que los toma«.

Pero, ¿que nos dice la evidencia científica acerca del empleo de estos microorganismos en los niños con diarrea? No resulta difícil pensar que, ya que la diarrea es un proceso intestinal, quizá al tomarme un probiótico consiga curarme antes.  Vayamos por partes…

¿Cuál es el objetivo al dar un probiótico?

La mayoría de los trabajos que han estudiado este tema se marcan como objetivo medir la reducción de la duración de la diarrea y la cantidad de deposiciones que se realizan al día. Por tanto, cuando un paciente se toma un probiótico en esta patología debería de esperar una mejoría de sus síntomas.

¿Y vale cualquier probiótico?

Existen el mercado una gran cantidad de preparados comerciales par administrar un probiótico. Algunos de ellos solos y otros en combinación. Para poder hacer una recomendación debemos conocer los trabajos que se han realizado para medir su efecto (incluidos metaanalisis, que son los trabajos estadísticos más potentes) ya que no todos los probióticos son útiles en el gastroenteritis.

¿Cuáles son los probióticos últimas en la gastroenteritis?

Los únicos probióticos que han demostrado disminuir de forma significativa los síntomas o la duración de la diarrea son:

– Lactobacillus GG

– Saccharomyces boulardi

– Lactobacillus reuteri DSM 17938

– Lactobacillus acidophilus LB (heated-inactivated)

Estos cuatro probióticos empleados a las dosis correctas han demostrado disminuir la duración de un episodio de diarrea en aproximadamente un día así como el riesgo de que ésta se prolongue más allá de cuatro días. Estos cuatro probióticos son los únicos sobre los que existe actualmente una recomendación para su empleo basada en la evidencia existente.

Y después de todo lo que hemos explicado, ¿debemos indicar un probiótico a todos los niños que tengan una gastroenteritis?

Nos reiteramos en que el pilar básico del tratamiento de una gastroenteritis aguda debe ser la rehidratación oral con soluciones hiposódicas. Los probióticos pueden emplearse para reducir la duración y sintomatología del proceso pero no son imprescindibles y, además, nunca deben sustituir a la rehidratación. En caso de decidir emplearse deben utilizarse aquellos que hayan demostrado ser eficaces para la mejoría de los síntomas del paciente.


Las recomendaciones que acabas de leer están basadas en el documento de posicionamiento del Comité de Nutrición de la ESPGHAN (Sociedad Europea de Gastroenterología, Hematología y Nutrición en Pediatría) y lo puedes consultar en este Link.

Consejos sobre Lactancia Materna: extracción y almacenaje

Iniciamos nueva sección dedicada a nuestra gran amiga que hemos titulado: Consejos sobre Lactancia Materna. Como ya habréis leído en muchos post de este blog, la lactancia materna está recomendada por la Organización Mundial de la Salud hasta los 6 meses de forma exclusiva y hasta los 2 años o más de forma complementaria, siempre que el bebé y la mamá quieran.

A través de diferentes capítulos iremos repasando conceptos básicos y muy útiles para todas aquellas madres que hayan decidido dar el pecho a su hijos. Dedicamos este primer post a los métodos de extracción y almacenaje de la leche materna.

¿Es necesario tener un sacaleches desde el inicio de la lactancia materna?

Durante los primeros días de vida del recién nacido será muy importante tanto el adecuado enganche al pecho como la frecuencia de las tomas. En la medida de lo posible debe haber sido supervisado por un profesional antes del alta para asegurar que el inicio de lactancia es óptima.

Para que se establezca una adecuada producción de leche materna es necesario respetar la demanda del niño, es decir ofrecer al bebé tantas tomas como quiera y durante el tiempo que requiera, con un mínimo recomendado de 8-10 tomas al día.

El empleo del sacaleches durante estos primeros días puede dar lugar a una estimulación por encima de las necesidades del niño que, en el caso de no ser estaría puede dar lugar a complicaciones mamarias como la mastitis. Por tanto, no debemos recomendar el uso del sacaleches en los primeros días e incluso hasta el primer mes.

En ocasiones cuando existen problemas en la alimentación bien sea por inadecuada técnica de enganche (con la consiguiente inadecuada producción de leche materna) , bajo peso del recién nacido o excesiva pérdida, separación madre-hijo, etc. , será necesaria la utilización del sacaleches con el objetivo de aumentar la producción o mantener la existente y poder retomar posteriormente la lactancia materna exclusiva.

En el caso de separación madre-hijo en los primeros momentos tras el nacimiento, puede resultar útil la estimulación con extracción del calostro tan pronto como sea posible: se recomienda no demorarla más allá de las primeras 6 horas tras el nacimiento, ya que se ha demostrado que se correlaciona con una buena producción de leche posterior.

Pasado el primer mes e instaurada la lactancia materna la necesidad de un sacaleches y su uso habitual debe ser valorado por la madre teniendo en cuenta el modelo de vida de cada familia.

Diferentes métodos de extracción

La extracción de leche materna puede ser tanto manual (con sacaleches o directamente con las manos) o bien eléctrica con sacaleches de una o dos copas extractoras:

  • La extracción manual sin sacaleches será la más útil para el calostro de los primeros días en el caso de necesitarlo.
  • Cuando el volumen de leche a extraer es mayor o se utiliza de forma rutinaria (por ejemplo durante la jornada laboral una vez la madre está incorporada al trabajo) se puede optar por el sacaleches manual o eléctrico. Éste último será siempre más eficaz y rápido. Se recomienda un tiempo de extracción no menor a 10-15 minutos o bien hasta que la salida de la leche sea de tan solo gotas. Existen extractores de dos copas que ahorrarán mucho tiempo además de ser más eficaz ya que se estimulan los dos pechos a la vez. Es muy importante elegir un tamaño adecuado de copa que evite el roce del pezón con el plástico y utilizar siempre una presión de extracción que sea cómoda para la madre (no debe producir dolor).

Cómo guardar la leche extraída

Una vez extraída la leche materna puede utilizarse para el consumo inmediato o almacenarse para ser utilizada en los siguientes días o incluso meses. Dependiendo del tiempo que vaya a ser guardada la leche deberemos emplear unos medios de conservación u otros.

Según el Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría, los tiempos de conservación y congelación de la leche materna son los siguientes dependerán si la leche es calostro o madura. En el caso el calostro puede converse a temperatura ambiente (27-32ºC) unas 12 horas. En la siguiente tabla tiene los tiempos para la leche madura.

Diapositiva1

La leche almacenada debe estar guardada en recipientes específicos para el consumo de alimentos infantiles (libres de bisfenol) y rotulada con el día de extracción. La leche extraída en un mismo día puede guardarse en un mismo recipiente pero siempre mezclada cuando esté a la misma temperatura (por ejemplo guardaremos en la nevera las extracciones de un mismo día y cuando estén todas frías podrán juntarse en un mismo recipiente para ser congelado). Es preferible almacenar en varios botes que en uno muy grande, ya que esto permitirá luego descongelar el volumen de leche que necesites.

Utilización de la leche materna extraída: métodos de alimentación con leche materna sin ofrecer el pecho

La leche materna puede calentarse o bien ofrecerse a temperatura ambiente: se recomienda no sobrecalentar por el riesgo de quemaduras, por lo que la temperatura debe comprobarse SIEMPRE antes de ofrecer la leche al bebé. Si ésta se había congelado o enfriado en la nevera lo más útil será calentarla con agua corriente caliente bajo el grifo, al baño maría o bien en el microondas. El uso de este último siempre es controvertido y en general no debe utilizarse rutinariamente. Tenéis que tener en cuenta que el proceso de sobrecalentamiento es más alto que con los otros métodos lo que puede provocar que la leche materna pierda propiedades. En cualquier caso, debe agitarse bien antes de ofrecerla para repartir bien el calor.

Muchos niños rechazan el consumo de leche materna en biberones con tetina (sobretodo por encima de los 3-4 meses de edad) pero aceptarán bien el uso de cuchara o vasito por lo que siempre será posible mantener la lactancia exclusiva aunque la madre inicie el trabajo. Solo habrá que averiguar cuál es la forma favorita de tomar leche para vuestro bebé.

Como hemos dicho antes, es preferible que la leche sea congelada en botes pequeños que en uno muy grande. Esto garantiza que no vas a desperdiciar leche en el caso de que tu hijo, en una toma concreta no la quiera.


Por último, es importante  conocer que la leche materna va a perder cualidades tanto inmunológicas como biológicas tras el proceso de extracción-enfriamiento-congelación-calentamiento pero siempre será mejor la leche materna extraída que ofrecer una fórmula infantil artificial.